Autoridades esperan el arribo de más centroamericanos, pese a que ya se vieron rebasadas para atenderlos.
Tijuana, Baja California (Agencia Reforma).- Conforme se acercan los centroamericanos de la caravana migrante a esta frontera, que a la fecha suman mil 659, las autoridades de los tres órdenes de Gobierno se ven cada vez más rebasadas.
En la ciudad había otros 2 mil 800 migrantes, muchos de ellos mexicanos desplazados, que ocupan la mayor parte de los albergues, puesto que las citas para pedir asilo a Estados Unidos están lentas y el proceso puede tardar de uno a dos meses.
Autoridades locales confirmaron que ya se alertó al Gobierno federal sobre esta situación, puesto que consideran que no se ha hecho suficiente.
El director de la Policía de Tijuana, Mario Martínez, dijo que es difícil dar atención a tantas personas.
"Precisamente el día de ayer, personal del Ayuntamiento se inconformó sobre esto, no se ha hecho lo necesario por parte del Gobierno federal para remediar esta situación", aseguró.
"Habiendo varias aduanas, varias aduanas no sé por qué forzosamente llegaron por Tijuana, es una cuestión que ningún Gobierno puede controlar y estamos haciendo, la verdad, lo posible por mantener el orden en ese aspecto".
En promedio, desde el domingo han llegado 84 migrantes de la comunidad LGBT; el martes llegaron 357 más; la madrugada del miércoles 398, y este jueves, alrededor de las 03:00 horas, llegaron 820 personas.
Debido al incidente de la noche del miércoles, cuando residentes de Playas de Tijuana enfrentaron a migrantes cerca del muro fronterizo, los camiones que transportaban 820 centroamericanos se negaron a ingresar a la ciudad y los dejaron de madrugada en la periferia.
El Grupo Beta, de apoyo al migrante, no tenía preparada una logística, debido a que desconocía que los autobuses se negarían a ingresar a la ciudad.
Por ello, los 820 centroamericanos descansaron dos horas, y después la mayoría del grupo caminó unas tres horas hasta el centro de convenciones El Alamar.
Ahí, el Instituto Nacional de Migración tenía previsto que los migrantes descansaran, pero el centro privado se negó a dar apoyo, por lo que hubo que pedir autobuses a ese punto, los cuales no estaban considerados, afirmó un oficial municipal.
Luego de esperar por más de una hora, los centroamericanos comenzaron a desesperarse y a desconfiar del Grupo Beta y de los policías que resguardaban el área.
"Compañeros, sabemos que los autobuses que vienen nos quieren deportar, no se suban, sigamos caminando", gritaba Daniel Cárgamo, de Honduras.
El migrante lamentó que en todos los estados han tenido presencia de organismos locales o internacionales de derechos humanos, pero en Tijuana no.
"Aquí, en Tijuana, derechos humanos no está", mencionó, "aquí no hay nadie, no confíen en las autoridades, nos quieren deportar".
"¿Dónde está derechos humanos?", cuestionaba.
La desesperación invadió al grupo de centroamericanos y decidieron subir a dos camionetas pick up de particulares, quienes afirmaron que se llevarían a los migrantes al parque La Amistad, en Mesa de Otay, al noreste.
En tanto, unos cinco camiones se llevaron a otros migrantes hasta un desayunador en la zona centro, al noroeste de la ciudad.
La noche del miércoles hubo un incidente entre residentes de Playas de Tijuana y centroamericanos, al menos tres reporteros fueron agredidos y uno lesionado.
¡Migrantes dispersos !
La ciudad tiene llenos sus albergues, pero las autoridades solo habilitaron un espacio para 360 personas la noche del miércoles en la zona centro, la Unidad Deportiva Benito Juárez.
Unos 70 migrantes más permanecen en Playas de Tijuana, junto al cerco fronterizo.
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