Desconocimiento e impericia de la Fiscalía favorecerían a los agresores
Justicia, la gran ausente
Informe del Grupo Indignación sobre el pasado gobierno
Le exigen justicia al fiscal
Indignación dice que no se atiende bien una denuncia
Indignados por todo
(indignación, protesta)
Publicada: 16 octubre 2011
En las dos horas y media que duró esa protesta también se recitaron poemas, se narró una leyenda maya y se escuchó una denuncia de despojo de tierras en la comisaria de Cucá, en Tixpéual.
Esa manifestación, denominada Ocupa Mérida, comenzó a la 1 del día y fue simultánea a la realizada ayer en otras partes del país y en diversas naciones hispanoamericanas.
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Indignación por entrega de medalla a gobernadora de Yucatán
(medalla, galardón, indignación, Ivonne Ortega)
Rector de la Universidad Iberoamericana
El motivo de la presente comunicación es compartir con Usted el sentimiento de profunda indignación que ha causado en mí, al igual que en otros egresados de la Universidad Iberoamericana que viven en Yucatán, que nuestra querida y admirada Alma Mater haya otorgado una medalla denominada “San Ignacio de Loyola” como un reconocimiento explícito a la gobernadora del estado de Yucatán Sra. Ivonne Ortega Pacheco. Esto al menos se desprende de un comunicado oficial del gobierno del estado de Yucatán, anexo, que dice lo siguiente: “Autoridades de esta casa de estudios, otorgaron a Ortega Pacheco la medalla San Ignacio de Loyola, que reconoce el esfuerzo realizado para contribuir al desarrollo de Yucatán”.
Desconozco si el anuncio de la entrega de esta presea sea una tergiversación oficial de los hechos, lo cierto es que en la población ha provocado un profundo disgusto que demerita la imagen de nuestra Universidad, tal como podrá apreciar en los comentarios de los lectores de la prensa local a ese comunicado, mismos que también anexo.
El otro asesino de Janie
Publicada: 5 agosto 2011
La violencia feminicida de fatales consecuencias para integrantes de una familia en San José Tzal, en el sur de Mérida, exhibe, en medio del horror, la persistencia de agresiones de género y obliga a investigar la negligencia, incumplimiento e impericia de autoridades e instituciones de Yucatán, cuyas omisiones hubiesen desprotegido y causado la muerte de 4 integrantes de una familia, incluyendo al agresor que se suicidó, y lesiones graves a tres niñas, dice el Grupo Indignación.
En un comunicado de prensa, la agrupación recuerda que el lunes de esta semana Gregorio Hidalgo Magaña, un ex militar de 40 años de edad, asesinó a su esposa Janie Rosaura Salazar Pérez, de quien estaba separado, a dos de sus hijos e hirió de gravedad a 3 niñas. Posteriormente se suicidó.
Al respecto -añade-, es preciso recordar que la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de Yucatán faculta, tanto a las autoridades ministeriales como a las judiciales, a emitir medidas precautorias que garanticen la integridad física y psicológica de una mujer que denuncia violencia. Luego dice Indignación:
Las medidas tienen como objetivo, justamente, reducir los riesgos de la víctima ante una denuncia por violencia y generar condiciones para que quienes sufren de este fenómeno, puedan acceder a una justicia pronta y efectiva.
Sin embargo, es práctica sistemática del Ministerio Público negar dichas medidas.
La misma ley también faculta a la autoridad investigadora a proveer de refugio temporal a una mujer que esté en una situación de grave riesgo.
El presente caso exhibe que la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia es letra muerta en Yucatán.
Indignación ha documentado la práctica imposibilidad de las mujeres de Yucatán de acceder a la justicia en casos de violencia de género: los juzgados de paz que carecen de facultades, los Ministerios Públicos que retardan investigaciones y no otorgan órdenes de protección y otras medidas cautelares, las y los jueces que carecen de una perspectiva de género al momento de efectuar procesos penales, como evidencia el caso de Grettel Rodríguez, cuyo agresor salió en libertad ante la reclasificación que hizo la juez del delito.
Incluso el Tribunal Superior de Justicia que al carecer de formación en materia de violencia de género protege a agresores, como en el caso de MAR, en el que eliminó un delito grave al agresor.
Otros dos casos que Indignación acompaña e ilustran el informe "Náach Yano'on" (Qué lejos estamos) presentado en 2009 continúan sin sentencia contra los agresores. Dicho informe, sobre acceso de las mujeres a la justicia en Yucatán, señala el persistente incumplimiento de la debida diligencia a la cual está obligado el Ministerio Público, lo que propicia la continuación de la violencia, entre otros críticos incumplimientos.
Este grave caso feminicida, multihomicida, que puede también presentar elementos de homofobia no está concluido, como sostiene el procurador aduciendo que "el agresor se suicidó", pues resulta indispensable determinar si existe responsabilidad de instituciones y servidores públicos que hubiesen omitido investigar de manera diligente, sancionar, otorgar medidas cautelares y proteger la vida y la integridad física de una mujer que vivía severos episodios de violencia a manos de un hombre cuyas características lo hacían altamente peligroso.
Este caso también exhibe que en Yucatán las condiciones que permiten la violencia de género no han sido erradicadas por la falta de políticas públicas efectivas que prevengan y combatan con los más altos estándares en materia de derechos humanos.
Tema: Sucesos de policía
El caso sucedido San José Tzal, en Mérida, ilustra cuando menos dos aspectos graves cuya responsabilidad es atribuible al gobierno del Estado.
Violencia sin fin : La situación de violencia sistemática que prevalece en perjuicio de las mujeres yucatecas al interior del hogar.
Ausencia de información: De acuerdo con Indignación, es preciso destacar la falta de datos en la materia, responsabilidad del Instituto de Equidad de Género del Estado (IEGY), presidido por Georgina Rosado Rosado, puesto que ha incumplido con una de las obligaciones que establece la ley en la materia, que es sistematizar y dar a conocer información estadística semestralmente sobre los casos de violencia de género que se dan en el Estado.
Datos útiles :
La organización indica que si se contara con información sobre la materia, permitiría implementar políticas públicas adecuadas para erradicar la violencia de género en el estado.
Ineficiencia :La negligencia de las instituciones encargadas de establecer políticas de equidad de género, en este caso el IEGY, y de investigar delitos relacionados con la violencia feminicida, es decir, la Fiscalía General del Estado de Yucatán.
Ya se sabía :Según datos señalados por diversos medios de comunicación, Janie Rosaura Salazar Pérez ya había presentado denuncias previas por agresiones cometidas en su perjuicio y de sus hijos, e incluso estuvo recibiendo terapia psicológica.
Sin ayuda: A pesar del historial de violencia que había vivido, Janie Salazar Pérez a manos de su pareja y que era del conocimiento de las instituciones, ninguna autoridad tomó medida efectivas para salvaguardar su integridad física y psicológica y la de sus hijos e hijas.
Sí hay una ley:
La Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de violencia del estado de Yucatán, faculta, tanto a las autoridades ministeriales, como a las judiciales, a emitir medidas precautorias que garanticen la integridad física y psicológica de una mujer que denuncia actos de violencia
Marcha por la paz
Cartas al Diario (nuevo conserjo INAIP)
Las instituciones ciudadanas que cumplen funciones esenciales en un estado democrático y que en México y en Yucatán constituyeron todo un logro en su momento continúan siendo desmanteladas en lo que se exhibe como una apuesta por el retorno al autoritarismo de un gobierno que por supuesto cuenta con el sometimiento del poder legislativo.
El sorpresivo nombramiento como consejero del Instituto de Acceso a la Información Pública de Yucatán de un hombre vinculado al ámbito empresarial, sin trayectoria alguna en la sociedad civil, sin conocimiento en materia de transparencia, cuya trayectoria más que independencia muestra complacencia con los gobiernos, constituye un ataque más a los organismos ciudadanizados.
No es el único. La ratificación del presidente de la Codhey en junio pasado, a pesar de su probada impericia, ha ocasionado un profundo deterioro en materia de derechos humanos en el estado. Sus tardías e inocuas recomendaciones o la ausencia de éstas en casos de tortura ha otorgado a elementos policíacos tal impunidad.
De la ratificación del presidente de la Codhey fue responsable la anterior legislatura con el voto prácticamente de todos los legisladores del PRI y del PAN. Quienes se abstuvieron u opusieron no lograron contrarrestar el acuerdo para validar a un ombudsman que fue cómplice de los gobiernos de ambos partidos.
En el caso del Instituto de Acceso a la Información, la legislación le otorga al poder ejecutivo una participación en un proceso del que debiera estar excluido y que ha ocasionado el nombramiento de personas sin trayectoria desde la ciudadanía.
La pésima ley en la materia ocasiona una perversa simulación que pretende ampararse en el ordenamiento legal para actuar de manera arbitraria, opaca y autoritaria, saboteando la participación ciudadana.
Esto es particularmente grave en el contexto actual, en el que el gobierno de Yucatán enfrenta serios cuestionamientos en materia de transparencia y rendición de cuentas, particularmente en el manejo de los recursos públicos.
Garantizar el acceso a la información pública es esencial para vigilar el ejercicio del poder y constituye un derecho de la ciudadanía que debe protegerse con firmeza.
Indignación deplora el nombramiento del señor Álvaro Traconis y le hace un firme llamado a renunciar de inmediato a un cargo para el que no cuenta ni con la pericia ni con los conocimientos ni con la trayectoria que se requiere y que, en cambio, despierta todas las sospechas como propuesta de un gobierno que pretende obstaculizar la rendición de cuentas e incumplir sus obligaciones en materia de transparencia.
Exigen un informe de los torturados
También le piden que explique cuál ha sido su actuación en estos casos.
En un escrito, Indignación expone lo siguiente al respecto: Con profunda consternación hemos escuchado acusaciones de tortura que habría sido infligida en instalaciones de la Procuraduría o de la SSP contra personas detenidas en el marco del reciente proceso electoral.
Consternadas y con indignación escuchamos sólo el silencio de la Codhey. Los casos denunciados habrían ameritado ya una palabra del ombudsman. La presencia de la Codhey en estos casos habrá incluido, suponemos, médicos expertos capaces de confirmar o desechar la acusación de tortura.
Una violación a los derechos humanos tan grave como la tortura ameritaría una pronta exposición pública por parte del ombudsman señalando, en su caso, a los responsables.
Los responsables no son únicamente, por supuesto, quienes directamente hubiesen participado en la comisión de este crimen sino también, y sobre todo, los encargados de la Procuración de Justicia en Yucatán.
En cualquier lugar del mundo civilizado y comprometido con los derechos humanos, los responsables habrían sido removidos de su puesto inmediatamente y ya estarían siendo investigados.
Un gobierno que hubiese tolerado cualquier acción de tortura, que hubiese protegido a quien la inflige, que omitiese investigar y sancionar o que la hubiese alentado, en cualquier lugar en el que los derechos humanos tuviesen algún significado, tendría que renunciar inmediatamente por vergüenza. Y tendría también que someterse de inmediato a una investigación.
La tortura es un crimen de lesa humanidad, una práctica deleznable, inaceptable. La tortura nos agravia a todos como sociedad. El silencio de la Codhey nos agravia de la misma manera. Qué conveniente ha resultado para los gobiernos de Yucatán, tanto emanados del PAN como del PRI, esta Comisión de Derechos Humanos que suele esperar varios meses antes de emitir sus inocuas resoluciones.
En Yucatán nos costó un enorme trabajo y demasiado tiempo lograr que se tipificara la tortura como delito en el código penal. Autoridades y diputados de otro tiempo se negaban a reconocer como delito este crimen. Autoridades y diputados actuales toleran hoy estos agravios: la tortura y la inacción de la Comisión de Derechos Humanos.