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MORELIA, Mich. (apro).- En tierras purépechas, el arrastre de seguidores de la candidata Margarita Zavala Gómez del Campo es desolador:
Al iniciar un recorrido por las calles del centro histórico de Morelia, la esposa del expresidente, Felipe Calderón, apenas juntó dos docenas de simpatizantes vestidos con playeras con las insignias de su campaña. De hecho, fueron más las cámaras y reporteros que rodearon a la candidata por la vía independiente quien llegó a la Plaza Valladolid acompañada por su cuñada Luisa María Calderón “Cocoa”.
Bajo el sol del mediodía, Zavala primero atendió a los medios de comunicación a quienes insistió que no habrá ninguna alianza con Ricardo Anaya, además de dejar claro que no concuerda con el “voto útil” para derrotar al puntero Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
De paso minimizó su caída en las encuestas, como la del diario Reforma, en la que retrocedió dos puntos porcentuales de marzo a abril en las preferencias electorales, alejándose de su más cercano rival, José Antonio Meade y ya ni hablar del líder de Morena.
“Las encuestas son una fotografía y no una sentencia ni un destino marcado; lo que tenemos que hacer como ciudadanos es trabajar para que la realidad sea otra o para que a la hora de la votación sea otra. Pero por supuesto yo no califico, ni descalifico las encuestas, ni me importa quien las pague, las veo como tales y muchas son muy serias, incluso”, soltó.
Fue como un paseo familiar en las calles morelianas.
Zavala caminó unas dos horas arropada por “Cocoa” quien presentaba a su cuñada ante a los comerciantes de establecimientos como farmacias, tlapalerías, zapaterías, abarrotes, librerías y otras tiendas. A su paso, saludó a ancianos, a niños, a amas de casas, estudiantes y vendedores ambulantes. Con todos hubo dialogo y selfies.
Eso sí, la exprimera dama fue increpada un par de veces por los muertos derivados de la guerra declarada al narco por su esposo, el expresidente Felipe Calderón a principios de su sexenio, justamente en Michoacán.
La primera vez fue en la Plaza Valladolid cuando al llegar una mujer llamada Sandra le soltó: “Usted es gente vividora del pueblo. En Michoacán no la queremos. Su candidatura es ilegal. Calderón dejó un panteón”.
Inmediatamente la señora fue invitada a alejarse por la gente de Zavala, pero a la expresidenta le llovió otro reclamo en su caminata, a la que asistió su otro cuñado, Juan Luis Calderón:
Otro michoacano le espetó “Ahora viene la señora, es más de lo mismo… Seguramente a Michoacán le va ir muy bien como con Calderón. Nos dejó sin trabajo y con cabezas (de gente decapitada) por todos lados. Ella es la esposa, imagínese. A todos los ciudadanos no nos fue bien, a ustedes si porque tienen dinero. En dos sexenios del PAN, el país se fue para abajo”.
En contraste, muchas personas también le reiteraron su apoyo a Zavala, le decían “¡vamos a ganar la presidencia Margarita!”, “¡con todo señora!” y no faltaron las loas a favor de AMLO y los susurros de “hasta cree que va a ganar, todos con López Obrador”.
En las calles coloniales, Zavala repartió volantes a transeúntes y automovilistas y escuchó historias de personas enfermas con recursos insuficientes para medicamentos. La candidata les dijo que por ley, no podía atender las situaciones y sólo los orientaba a las instituciones correspondientes.
Ya al final de su recorrido, en el mercado Independencia, Margarita Zavala tomó el micrófono para reflexionar sobre la soleada caminata. Ensalzó a Michoacán, culpó al gobierno del estado sobre la inseguridad, lo llamó “cobarde” y enfatizó sobre el problema de acceso a medicinas.
De poco sirvió. Quienes pasaban le soltaron “Es un honor, estar con Obrador”, “AMLO, AMLO, AMLO”. Desde un auto le recordaron “2018, el peje presidente, acuérdense”.
La candidata sólo contestó: “Ok”.
Así cerró un día más de campaña la expanista: En tierra de su esposo, con el desplome en las encuestas, sin músculo popular y sólo arropada por su círculo familiar, más el millón de firmas de las cuales, siempre presume.
