Noticias de Yucatán. Noticias de Hoy
(apro).- Al otro lado del auricular, Erick Uriel Sandoval Rodríguez, no cabe de felicidad. Tres horas antes de hablar vía telefónica con Apro, salía del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) 14 de Gómez Palacio, Durango, después de siete meses y 10 días de haber sido detenido por efectivos de la Policía Federal en Apililulco, municipio Cocula, Guerrero.
“¡Gracias a Dios todo se arregló!”, suelta tras saludar a la reportera y advertir que ya había tenido contacto con su padre y su madre, Froylán Sandoval y Carmen Rodríguez, así como con sus hermanos y sus hijos, de 12 y nueve años.
“Soy el regalo de mi bebé, que pasado mañana cumple 12 años”, añade eufórico Sandoval Rodríguez, al señalar que notificó de su liberación a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), que realizó un informe sobre su detención ilegal.
“De reparar daño, no le podría comentar nada, no estoy pensando en eso, estoy en shock. Estoy contentísimo, no tengo cabeza para pensar en ese tipo de cosas. Ya en su momento Dios pondrá en su lugar las cosas”, puntualiza al ser cuestionado si está dispuesto a iniciar algún proceso judicial contra la Procuraduría General de la República (PGR).
Erick Uriel Sandoval Rodríguez cuenta que, durante el tiempo que estuvo en prisión, no sufrió maltrato, sólo se sintió “deprimido y desubicado”, por no pertenecer “a ese mundo”.
Y explica: “Para pasar el tiempo (en prisión) te pones a hacer ejercicio y bajas los kilos que tienes de más. Físicamente estoy mejor, flaco, pero mejor”.
Para el profesor de Educación Física, su estancia fue lamentable al enterarse de que en el Cefereso 14 “hay muchas personas inocentes igual que yo, nada más las ponen por ponerlas, y que pienso que tienen que salir libres”.
Involucrado por equivocación por la PGR en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Sandoval Rodríguez reitera qué hacía aquel 26 de septiembre de 2014, que marcó al país.
“Estaba vendiendo micheladas en la fiesta del pueblo. Eso está en mi declaración preparatoria, quién se iba a imaginar que te involucren en estas cosas, si no estás en eso (del crimen organizado). Ya a la PGR le tocará explicar su equivocación. Ahora sólo me queda dar gracias a Dios, porque puso a los abogados y a la gente de la CNDH para lograr mi libertad”, resalta.
Erick Sandoval fue puesto en libertad, luego de que la jueza Primero de Distrito de Procesos Penales, con sede en Matamoros, Tamaulipas, Martha Georgina Comte Villalobos, emitió el resolutivo por el que se dicta “auto de libertad por falta de elementos para procesar” a Sandoval Rodríguez, por su responsabilidad en el delito de secuestro en agravio de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en septiembre de 2014.
De acuerdo con el resolutivo, la jueza determinó dejarlo en libertad, tras ser recluido en el Cefereso 14, de Gómez Palacio, Durango, “con las reservas de ley (…) por no haberse acreditado, hasta el momento su probable responsabilidad en el delito de secuestro”.
El 1 de octubre, al inculpado se le decretó otro auto de libertad “con las reservas de ley” por el delito de delincuencia organizada, al no haberse acreditado el delito.
En ambos resolutivos, el eje central fueron las faltas al debido proceso contra otros involucrados por la PGR en la desaparición de los 43. Los imputados dijeron que fueron torturados para emitir sus declaraciones, entre ellas la de mencionar a una persona apodada La Rana o el Güereque, en el presunto asesinato e incineración de los estudiantes.
CNDH celebra liberación
Al darse a conocer la liberación de Erick Uriel Sandoval Rodríguez, la CNDH celebró que se haya hecho justicia en este caso y refrendó su solidaridad con las víctimas y familiares de los 43 normalistas desaparecidos, así como su compromiso de mantener cercanía con ellos en su exigencia de justicia y de que no haya impunidad.
En un comunicado, recordó que su postura siempre fue que la detención contra Sandoval realizada por la PGR “era equivocada y que, por tanto, había sido privado injustamente de su libertad”.
El organismo aseguró que el error “acentuó la violación a los derechos a la verdad y al acceso a la justicia que corresponde a las víctimas de los trágicos hechos de Iguala”. Y lamentó: “Tuvieron que pasar 224 días desde que esa persona fue injustamente privada de la libertad para que un juez ordenara su libertad”.
Según la CNDH, la impartidora de justicia resolvió, dentro de la causa penal 66/2015, abierta por el secuestro de los 43 normalistas de Ayotzinapa, que las autoridades incurrieron en irregularidades, lo que afectó el debido proceso.
La resolución de libertad, agregó, “se basa en la desvaloración judicial de pruebas que implican en los hechos al individuo identificado por sus cómplices como Édgar (a) La Rana, real partícipe de los eventos criminales, no sobre el hecho demostrado fehacientemente por la CNDH relacionado con la identidad de Érick Uriel Sandoval –jamás reconocido por la PGR— de que no era él a quienes los presuntos ejecutores de los abominables hechos de Iguala se referían en sus declaraciones”.
En otros términos, dijo, la resolución no se basó en la identidad de Érick Uriel Sandoval, inocente de los hechos, sino en pruebas desvaloradas que sólo favorecen al verdadero presunto partícipe de los hechos.
La CNDH reiteró que, a pesar de que entregó pruebas de la inocencia de Sandoval Rodríguez, la PGR mantuvo su “injusta acusación contra un inocente, mientras que, según sus propias pruebas, el verdadero presunto partícipe de los hechos goza de libertad en total impunidad”.
Además, recordó que presentó escritos Amicus Curiae ante los tribunales federales que conocieron del caso y emitió medidas cautelares para su salvaguarda, la de sus familiares y la de testigos.
Por último, la CNDH aseguró que “para acceder a la justicia se requieren voluntad política y adecuaciones normativas, institucionales y operativas para hacer efectiva la protección a los derechos que, aunque reconocidos en nuestra Constitución General, aún estamos muy lejos de cumplirlos a satisfacción”.