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Animadoras del club de fútbol americano Washington Redskins aseguran que en 2013 se vieron obligadas a participar en una sesión de fotos erótica en Costa Rica, recoge The New York Times.
Además, según las porristas, les retiraron a todos sus pasaportes cuando llegaron al país centroamericano, en unas circunstancias que una de las animadoras calificó de "casi chulería".
Durante la sesión de fotos en el resort Occidental Grand Papagayo de Costa Rica, supuestamente destinada a ilustrar un calendario del club, varias chicas del equipo de apoyo fueron obligadas a posar topless, aunque las fotografías previstas no debían ser de esa naturaleza.
La inquietud de las animadoras no se debió tanto al carácter inesperado de las fotografías, sino al hecho de que el club había invitado a los patrocinadores, todos hombres, como observadores durante la sesión de fotos.
Las mujeres aseguran que no sufrieron ningún tipo de abuso sexual, aunque reconocen que la situación les marcó.
Además, uno de los días, al terminar las prácticas de baile, el jefe del equipo dijo a 9 de las 36 animadoras que no habían cumplido su trabajo y debían escoltar a los patrocinadores en un club nocturno.
"Aunque no nos ponían pistolas en la cabeza, era imposible negarse a ir", destacó una de las animadoras. El encargo no implicaba mantener una relación íntima, aunque las chicas se sentían como si cumplieran la tarea de un chulo. The New York Times
Animadoras del club de fútbol americano Washington Redskins aseguran que en 2013 se vieron obligadas a participar en una sesión de fotos erótica en Costa Rica, recoge The New York Times.
Además, según las porristas, les retiraron a todos sus pasaportes cuando llegaron al país centroamericano, en unas circunstancias que una de las animadoras calificó de "casi chulería".
Durante la sesión de fotos en el resort Occidental Grand Papagayo de Costa Rica, supuestamente destinada a ilustrar un calendario del club, varias chicas del equipo de apoyo fueron obligadas a posar topless, aunque las fotografías previstas no debían ser de esa naturaleza.
La inquietud de las animadoras no se debió tanto al carácter inesperado de las fotografías, sino al hecho de que el club había invitado a los patrocinadores, todos hombres, como observadores durante la sesión de fotos.
Las mujeres aseguran que no sufrieron ningún tipo de abuso sexual, aunque reconocen que la situación les marcó.
Además, uno de los días, al terminar las prácticas de baile, el jefe del equipo dijo a 9 de las 36 animadoras que no habían cumplido su trabajo y debían escoltar a los patrocinadores en un club nocturno.
"Aunque no nos ponían pistolas en la cabeza, era imposible negarse a ir", destacó una de las animadoras. El encargo no implicaba mantener una relación íntima, aunque las chicas se sentían como si cumplieran la tarea de un chulo. The New York Times
