El empresario yucateco Michel Wabi Mdáhuar desvió casi $12 millones en beneficio personal, provenientes de un apoyo financiero del Conacyt, en unaoperación que, al parecer, es sólo la punta de iceberg de una extensa e intricada red subterránea de desvío de dinero público a través de "facturas fantasmas", en la que participan otros empresarios, funcionarios y allegados del gobierno local. Wabi Mdáhuar, socio y director de Tejidos de Punto Wabi y de otras cuatro compañías, obtuvo $12,046,963 en 2010 del Programa de Estímulos a la Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación del Estado de Yucatán, que maneja fondos del Conacyt. En lugar de invertir ese dinero en proyectos de innovación, Wabi Mdáhuar, con la complacencia de funcionarios y hasta de auditores privados, simuló que lo hacía y justificó el gasto de esa cuantiosa cantidad con "facturas fantasmas" de empresas suyas o de otras personas, o con la falsificación de facturas de empresas reales, según un nuevo trabajo sobre el tema realizado por Central 9, la Unidad de Investigación Periodística de Grupo Megamedia.Historial
El año pasado, Central 9 publicó que Wabi Mdáhuar y allegados suyos obtuvieron casi $25 millones de la Coordinación General de Comunicación Social (CGCS) del gobierno del Estado, a cargo de Jesús Rivero Covarrubias, también mediante la entrega de facturas falsas por servicios que jamás prestaron.En esa ocasión, como ahora, salieron a relucir las relaciones de este empresario con funcionarios del gobierno estatal y personas vinculadas al PRI, como Mario Sobrino Sierra, hermano de Carlos, asesor de la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco; y Angélica Araujo Lara, alcaldesa con licencia de Mérida y candidata priista al Senado. (La funcionaria designó en 2010 a Cecilia Wabi Dorbércker, hija del empresario, como su secretaria privada; y al hermano de ésta, Michel, como jefe de Atención Ciudadana en la Comuna).
No obstante que las compañías de Wabi Mdáhuar estaban prácticamente quebradas, en un caso inusual, el Programa del Conacyt, que entrega decenas de millones de pesos a proyectos de innovación tecnológica, benefició en 2010 a tres de ellas con las siguientes cantidades a fondo perdido: Tejidos de Punto Wabi, $5.384,600 para desarrollar un equipo fabricante de hilo de hamaca; Coco Frío, $5.116,635, para otro equipo de tejido de punto para algodón acabado; e Integradora de Yucatán, $1.549,728, por una cámara de maduración de queso. En total, las empresas de Wabi recibieron $12.046,963, equivalentes al 18% de todos los recursos entregados por ese programa en el Estado en 2010. A cambio, las compañías de Wabi se comprometieron a dar las siguientes cantidades para cada uno de esos proyectos: Tejidos de Punto Wabi, $7.068,321; Coco Frío, $5.943,382 e Integradora de Yucatán, $1.781,028. En conjunto, los tres proyectos reunieron un presupuesto global de $26.839,694, de los cuales, las empresas de Wabi darían $14.792,731 y el Conacyt, $12.046,963
Sin embargo, de acuerdo con las investigaciones, Wabi no dio dinero a los proyectos, sino simuló esa aportación con facturas falsas de sus empresas, de otras compañías o de allegados suyos.
Respecto a los recursos del Conacyt entregados a las empresas de Wabi Mdáhuar, los indicios apuntan a que la mayor parte terminó en los bolsillos del empresario. Este también justificó los gastos de esos recursos mediante facturas falsas.
En total, de acuerdo con las investigaciones, las facturas de las empresas fantasmas de Wabi justificaron el 65% de los $26,839,694 y las facturas de otras empresas dudosas, el 29%, para un total de 94%. Apenas el 6% de los gastos de los tres proyectos estaría amparado con facturas legales, según se desprende del expediente que la Auditoría Superior de la Federación integra sobre el caso, al que Central 9 tuvo acceso, y donde aparece la lista de proveedores con sus respectivas facturas, los depósitos bancarios de las empresas de Wabi e información sobre el modo de operar de estas compañías y sus vínculos con el gobierno y otros empresarios.
Las empresas beneficiadas con el programa de Conacyt figuran también en la lista de proveedores fantasmas de la CGCS en 2010, como informó Central 9 en su oportunidad.
Integradora de Yucatán, fundada el 14 de junio de 2008, casi un año después del ascenso de Ivonne Ortega al gobierno -que ahora se dedica a madurar quesos, según su propietario-, facturó $8.232,000 a la CGCS, de enero de 2009 a diciembre de 2010, por el concepto genérico de "servicio de cobertura y publicidad", que nunca se detalló y hasta por labores de perifoneo (anuncios por micrófono desde un auto) y entrega de volantes, que ni el empresario ni el gobierno han comprobado que efectivamente se realizaron.- HERNÁN CASARES CÁMARA