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Fojal ha entregado más de 14 mil créditos en este año; sin embargo, los hombres obtienen uno por cada 13 que reciben las emprendedoras.
Desde que era una niña, Sarahí Francisco García aprendió el oficio de corte y confección. Ella es originaria de Veracruz, pero vive en Jalisco desde hace dos décadas. Cuando era soltera hacía vestidos y blusas para venderlos junto con su hermana, pero ambas dejaron de hacerlo cuando contrajeron matrimonio.
Sin embargo, después de un tiempo Sarahí también quiso contribuir con los gastos de su hogar, apoyar a su esposo y a sus hijos. Por eso comenzó a coser ropa para venderla.
Tomó algunos cursos de emprendimiento en un grupo comunitario de mujeres que hay en su colonia y luego decidió a ir al Fondo Jalisco de Fomento Empresarial (Fojal), donde le prestaron cuatro mil pesos para comprar material. Después de pagarlos recibió seis mil pesos más y continuó así hasta llegar a cerca de 30 mil pesos.
Actualmente está enfocada en fabricar playeras para uniformes de empresas y participa por un crédito de 300 mil pesos para comprar una bordadora y más equipo para crecer y mejorar el taller que tiene en casa.
Y aunque es apurado, celebra su nuevo ritmo de vida, pues le permite lujos eventuales a los que antes no podía acceder. “Ahorita que saco dinero extra hasta en la comida se nota, porque antes nomás nos alcanzaba para ir pasándola, y ahorita con este trabajito hasta nos podemos echar unos taquitos y darnos ese gustito. Pero más que eso, aspiro a tener una mejor vida, más prosperidad”.
De acuerdo con el Fojal, las mujeres son quienes más piden y aprovechan los financiamientos que se entregan para poder abrir, ampliar o impulsar un negocio. La dependencia informa que durante 2017 se otorgaron 13 mil 774 financiamientos a mujeres y sólo 993 a hombres.
Pero la tendencia es cada vez mayor. Entre enero y agosto de este año, la cifra de financiamientos a mujeres rebasó la de todo el año anterior. Fueron 14 mil 656 otorgados a emprendedoras y otros 240 a hombres.
El titular del organismo, Xicoténcatl Méndez, precisó que la mayoría de los créditos son solicitados por jefas de familia excluidas del sistema financiero normal: no tienen acceso a créditos pero sí una habilidad productiva, como el caso de Sarahí.
Sin embargo, también existen casos de mujeres con grandes empresas que reciben financiamientos mayores para expandir sus negocios.
Según datos del Global Women Entrepreneur Leaders Scorecard, organismo que evalúa el desempeño de las mujeres en áreas de emprendimiento, México está en la quinta posición mundial.
NUMERALIA
Créditos para las emprendedoras
1,000 millones de pesos, meta con la que el Fojal pretende cerrar este año en créditos entregados.
870 millones en apoyos el año pasado
500 millones entregados en 2016
Con crédito de Fojal, le da un nuevo rostro a su negocio
Aunque Sandra Vivas inició su negocio en un local que rentaba, hoy tiene un espacio propio, cada vez más clientes y ahora quiere acceder a un nuevo crédito para expandirse. EL INFORMADOR/G. Gallo
Hace una década, Sandra Vivas Aguayo rentó un local y comenzó a vender cena en su natal Ocotlán. Tenía tres empleadas que le ayudaban. Su hermana estaba entre ellas.
Al notar que sus ventas iban tan bien que necesitaba ampliar su lugar de trabajo, se acercó al Fondo Jalisco de Fomento Empresarial (Fojal) para solicitar un financiamiento. Le prestaron 300 mil pesos y, además, le brindaron acompañamiento y capacitación para mejorar los procesos de su negocio.
Ella ya tenía un terreno y con ese dinero pudo fincar un local más grande para su cenaduría. “Como mi negocio tenía ganancias sí fui apta para un crédito. Ya tengo casi año y medio dando mis pagos y hasta ahorita no he fallado, voy muy bien”.
Lo fuerte de su negocio es el pozole, del cual hace hasta tres ollas vaporeras en un día, lo que equivale a más de 300 litros. Además vende cecina, tacos, enchiladas, sopes, tostadas y tortas.
Actualmente, Sandra tiene 10 empleados y su negocio va hacia arriba. Y por su buen historial de pagos, hace dos meses logró acceder a otro financiamiento de Fojal, con el que espera fincar un segundo piso que convertirá en almacén.
Su meta, a la distancia, es poner otra sucursal para expandirse.
Acerca vestidos de diseñador para una boda de ensueño
El negocio de Estefanía creció. Las personas le rentan o venden sus vestidos de novia y ella se encarga de que éstos sean accesibles para quienes no pueden comprar uno nuevo. EL INFORMADOR/G. Gallo
Cuando su mamá le contó que en su boda no había usado un vestido propio, sino el de su abuela (que también usó su tía), Estefanía Santoscoy, de 26 años, vio una oportunidad de negocio: ¿Qué pasaría si una mujer que va a casarse pudiera usar un vestido de diseñador, pero sin pagar el precio real?
De esa forma nació Etiquette Bride Experience, la primera tienda en línea de renta y venta de vestidos de novia con más de 20 marcas de gama alta que, en sus respectivas tiendas, cuestan más de 25 mil pesos.
El objetivo de Estefanía: que los vestidos no se queden en el armario y puedan ser utilizados por otras mujeres, y que quienes los compraron también puedan recibir una ganancia.
Su negocio inició a pequeña escala, con apoyo de sus padres y unos cuantos vestidos que ella conseguía con sus amigas, familiares y personas que conocía. Gracias a sus conocimientos empresariales (participó en la Coparmex y en Reto Zapopan), su empresa creció muy rápido.
Se acercó a Fojal y allí le prestaron 400 mil pesos que usó para infraestructura y equipamiento, pues además del trabajo en línea tiene instalaciones físicas en donde recibe a las novias y les ofrece una experiencia de venta personalizada, más allá de la simple compra o renta del vestido.
“Nunca pensé que pudiera ser apta para un crédito, y en Fojal aprendí muchísimo. Me llevaron de la mano y fueron muy profesionales, siempre indicándome qué requería para el proceso. Fue muy rápido y cero burocrático”.
El negocio consiste en que, si una persona tiene un vestido de novia y quiere rentarlo o venderlo, lo deja a concesión en Etiquette Bride Experience y recibe un porcentaje por la venta o renta del mismo. Hoy, la empresa tiene sucursales en Guadalajara y la Ciudad de México, con 400 vestidos en línea que las novias pueden adquirir a mitad de precio. Y en renta, el ahorro es de hasta 70 por ciento.
Desde piñaterías hasta startups
Créditos. El año pasado, el Fojal entregó convenios que van desde 18 mil y hasta cinco millones de pesos para mujeres, sin importar si ponen un negocio de piñatas o tienen un proyecto de tecnologías de información.
Libertad. Xicoténcatl Méndez señaló que la mayoría son microcréditos para negocios que las mujeres abren para tener un ingreso, y para aquellas que ya tienen un negocio y quieren ampliarlo.
Historial. También se tienen casos de mujeres con empresas grandes que acceden a financiamientos mayores, siempre y cuando cumplan requisitos como un buen historial en buró de crédito y estabilidad comprobada.
Montos. Hay casos de entre tres y hasta cinco millones de pesos entregados. Para Fojal, una empresaria que accede a esos montos tiene años funcionando y puede presentar estados financieros completos.
Compromiso. Según los registros de Fojal, las mujeres son mejores pagadoras que los hombres. Ocho de cada 10 de ellas pagan en tiempo y forma, además de que es más fácil que se dejen asesorar, y soportan más las críticas y recomendaciones para sus negocios que los hombres.
Emprenden más para salvar el “día a día”
De acuerdo con el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) Women’s Report, el emprendimiento en mujeres va en incremento. Sólo en 2016, alrededor de 163 millones de mujeres comenzaron o ya estaban en proceso de formar nuevos negocios en 74 economías a nivel mundial.
Pero uno de los puntos más importantes es que las empresarias proporcionan ingresos para sus familias, empleo para otras mujeres y hombres, y desarrollo en su comunidad.
No obstante, la mayoría de quienes inician un negocio pequeño de giros tradicionales, como los servicios, lo hace por necesidad de un mayor ingreso en su hogar y no por voluntad de crear, aseguró la investigadora de la Escuela de Negocios del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Claudia Ibarra Baidón.
“En países emergentes, las mujeres están emprendiendo más por necesidad que por oportunidad. Y aquí la diferencia es importante, porque cuando emprendemos por necesidad, realmente lo que buscamos es completar nuestros recursos financieros para salvar el día a día. Eso vuelve más complejo que el negocio crezca y se sostenga en el tiempo”.
Del otro lado está el emprendimiento por oportunidad: cuando no existe una presión absoluta por mantenerse de las ganancias que pudiera generar la idea de negocio, lo que permite que éste pueda madurar y tenga más probabilidades de permanencia.
Se duplican los convenios
A inicios de la administración, en Fojal se entregaron poco más de siete mil créditos, pero para 2017 fueron casi 15 mil. Además, en los primeros ocho meses de 2018 ya quedó superada la cifra de todo el año anterior. Fuente:informador.