Alicia García “X’Pet “, conocida comediante de arte regional, escribió el siguiente texto que les compartimos, y que mueve a la reflexión en torno lo que es el teatro regional.
Un tema muy comentado en la actualidad es la llegada de nuevas generaciones de actores que dicen hacer teatro regional. El uso de malas palabras que a menudo se escuchan en los espectáculos de mediodía, ha sido llevado a los escenarios más formales, trasladando de esta manera un show de restaurante, bar o cantina, a un recinto en donde es anunciado como teatro regional.
La mala información, la mercadotecnia y la falta de investigación, han generado entre espectadores muchas confusiones sobre que es el teatro regional yucateco, sobre todo en el turismo nacional. De visita en la capital yucateca asisten a restaurantes de mediodía, donde ofrecen espectáculos diversos, entre ellos, shows regionales divertidos, que atrapan al público con la comicidad yucateca, pero esto no es teatro regional.
En algunas ocasiones, parte de estos mismos espectadores acude a un teatro y escucha las mismas rutinas que presenció en los restaurantes. Algunas de estas secuencias carecen de gracia, por lo que tienen que estar saturadas de insultos y leperadas, para poder provocar una carcajada en la gente.
Entonces, ¿qué es el teatro regional? ¿qué lo distingue del show de mediodía? ¿Por qué restringir los insultos en el teatro regional si hay gente que los aplaude? ¿Por qué en algunas obras de teatro serio, muchas veces escuchamos las palabras bravas que ocasionan polémica al ser usadas en el teatro regional?
Existen diferentes géneros teatrales como la comedia, el melodrama, la tragedia, etcétera, los cuales poseen diferentes características estructurales. Las obras de teatro se clasifican en “a” “b” o “c”, según la temática y el lenguaje que utilizan.
Si la violencia, el sexo o las palabras bravas forman parte del contenido, sería incongruente que la obra se anunciara para niños. Esto es, que así como el lenguaje utilizado en la obra es coherente para los personajes (no me gusta usar el término “justificado”), también lo es la clasificación de la obra teatral.
Todos somos distintos y con diferentes formas de expresarnos. En una obra de teatro sucede lo mismo con los personajes, no podría expresarse de la misma manera un presidiario que un religioso, por mencionar un ejemplo.
Esta es una de las razones del por qué el dramaturgo coloca las palabras en un lenguaje adecuado. No olvidemos que el teatro es el reflejo de la vida misma.
Está también el show de mediodía donde hay la total libertad de realizar el espectáculo como se desee. Si en la presentación hay hipil, terno, guayabera o filipina, bombas, jaranas y comedia yucateca, estamos ante un show regional, en donde el principal atributo del artista es la “chispa” que tenga con el espectador, ese talento con el que se nace o esa habilidad que se adquiere de captar la atención del público, tan difícil de manejar ante tantos factores distractores que imperan en un restaurante botanero. No olvidemos que el espectáculo de mediodía es una rama del teatro, así como el cine y la televisión.
Cuando acudimos a un sitio en donde se presenta una obra de teatro que contiene crítica social, que cuenta una historia, que refleja parte de nuestra cultura yucateca independientemente de la temática y género que se trate en la obra, del género, estaremos ante una obra de teatro regional yucateco. Si por el contrario, nos topamos ante un espectáculo en donde el llamado “libreto”, carece de una historia ante la ausencia de dramaturgia, no tiene una estructura ni un tema y en donde la única finalidad es hacer reír al público por medio de un lenguaje altisonante, palabras soeces y chistes fáciles, aunque hayan actores vestidos de mestizos y hayan anunciado la obra como “teatro regional”, estaremos ante un espectáculo de prostitución del teatro regional.
Cabe mencionar que el significado de la palabra “prostitución” a la cual hago referencia, se refiere a la segunda acepción de la Real Academia de la Lengua Española, esto es: Dicho de una persona: Deshonrar, vender su empleo, autoridad, puesto, etcétera, abusando bajamente de ella por interés o adulación. Tal es el caso de algunos comediantes que sin ser actores ni mucho menos dramaturgos, llevan el espectáculo de mediodía a los teatros y tienen la osadía de llamarlo “teatro regional”, cuando ni siquiera se han dado a la tarea de leer e investigar acerca de lo que es teatro regional o teatro de revista (el cual tiene una estructura definida en donde interviene el chiste político, números musicales, sketch menor, sketch mayor, etcétera). Estos “pseudo” actores venden su arte en pro de abarrotar los teatros usando la mercadotecnia, con la finalidad de llevarse unos pesos más a sus carteras.
El espectáculo de medio día tiene su lugar en los restaurantes, cantinas, bares, etcétera pero por favor, dejemos que el teatro mantenga su lugar en donde le corresponda.
Todos tenemos derecho de buscar la manera de vivir realizando la actividad que más nos guste. Si se ha elegido el teatro comercial, haciendo a un lado arte y contenido de calidad, es válido, porque éste junto con la mercadotecnia, abarrotan los recintos de la ciudad y unos buenos “centavos” no caen mal al bolsillo.
Sin embargo, hay que saber reconocer la diferencia entre el buen teatro y lo que solamente deja dinero. Si nos vamos a dedicar a las parodias, al teatro comercial, al show de mediodía o solamente a subirnos al escenario de un teatro para insultarnos sin sentido y escuchar las ovaciones del público, por favor, lo mínimo que podemos hacer, es no anunciarlo como teatro regional, ya que, al anunciarlo como tal, se convierte en prostitución del teatro regional.
*Alicia García es una actriz diplomada en formación literaria y comediante.