Noticias de Yucatán.
ESTADOS UNIDOS.- Las autoridades de Luisiana confirmaron que diez reclusos escaparon del Centro de Justicia de Orleans; dos fueron recapturados, pero ocho siguen prófugos, entre ellos un hombre condenado por doble homicidio, informó Univisión.
La sheriff admitió fallas graves en el sistema carcelario y sospecha de ayuda interna en la evasión.
Nueva Orleans se encuentra en alerta tras la fuga de diez presos del Centro de Justicia de Orleans, una prisión local que alberga a más de 1,400 reclusos. Las autoridades han confirmado que ocho de ellos permanecen fugitivos, mientras que dos fueron recapturados durante el viernes, uno de ellos en pleno Barrio Francés, una zona turística del centro histórico de la ciudad.
Uno de los fugitivos más peligrosos es Derrick Groves, condenado en 2024 por dos homicidios en segundo grado y otros dos intentos de asesinato, tras su participación en un tiroteo ocurrido durante el Mardi Gras de 2018.
La sheriff de Nueva Orleans, Susan Hutson, calificó el escape como un hecho “casi imposible sin ayuda desde adentro”, y reveló que ya existen indicios de complicidad interna. Aunque no se han presentado cargos contra empleados, tres miembros del personal han sido suspendidos y se investiga si alguno colaboró con los reclusos.
Cerraduras defectuosas y fallas en la vigilancia
De acuerdo con Hutson, los presos aprovecharon cerraduras defectuosas en sus celdas para escapar. Imágenes de cámaras de seguridad muestran cómo algunos reclusos, vestidos con uniformes naranja y blanco, treparon una valla utilizando mantas para evitar ser heridos por el alambre de púas. Algunos fueron captados corriendo hacia una autopista cercana.
Una imagen difundida por la agencia AP muestra una abertura detrás de un inodoro en una de las celdas por donde escaparon los reclusos. Encima del hueco, alguien garabateó la frase “demasiado fácil”, con una flecha apuntando a la salida improvisada.
Según las autoridades, no había guardias en los bloques donde se encontraban los presos fugitivos, solo un técnico civil que debía monitorear las celdas desde una sala de observación. Sin embargo, se retiró a comer al momento de la fuga, lo que abrió una ventana crítica de oportunidad para los convictos.
Condiciones precarias y presupuesto insuficiente
La directora financiera de la Oficina del Sheriff, Bianka Brown, declaró que la cárcel carece de presupuesto para mantener un contrato de mantenimiento, lo que ha impedido reparar puertas rotas, cerraduras defectuosas y otros elementos de seguridad.
Por su parte, Jay Mallett, jefe de correccionales, admitió que el centro alberga a presos de alta peligrosidad en condiciones inadecuadas, ya que la prisión no cuenta con áreas de máxima seguridad, lo que representa un riesgo continuo.
La sheriff Hutson fue tajante: “Este incidente ha resaltado de nuevo la necesidad crítica de mejoras y reparaciones en nuestras instalaciones. Cualquier falla u olvido que haya contribuido a esta fuga será atendido con responsabilidades claras”.
Búsqueda intensiva y advertencias
La policía de Nueva Orleans, junto con agencias locales, estatales y federales, sigue en búsqueda activa de los ocho prófugos, cuyas edades oscilan entre los 19 y los 42 años. Además, están trabajando para identificar y proteger a testigos que hayan declarado en contra de los evadidos, ante el riesgo de posibles represalias. Una familia ya fue evacuada de su hogar como medida de precaución.
La superintendente de la policía de Nueva Orleans, Anne Kirkpatrick, advirtió que cualquier persona que ayude o esconda a los fugitivos enfrentará cargos penales.
La fiscal general de Luisiana, Liz Murrill, expresó su indignación ante la situación, calificándola como “más allá de lo inaceptable”, en un sistema penitenciario que ya venía arrastrando problemas de seguridad, hacinamiento y falta de fondos.
Fugas recientes en el sur de EEUU
Este escape se suma a otros casos recientes de evasiones en el sur del país. En marzo, un hombre en Texas huyó durante su traslado a un hospital psiquiátrico, y en diciembre, otro preso logró escapar con ayuda de su madre de una cárcel cercana a Houston, donde cumplía cadena perpetua por abuso sexual infantil.
La situación ha reabierto el debate sobre el estado de las cárceles en Estados Unidos, especialmente aquellas que albergan a presos de alta peligrosidad sin infraestructura adecuada ni recursos suficientes para garantizar la seguridad de la población y del propio sistema judicial.
