Interrumpe la lectura de la edición sabatina de Diario de Yucatán, en su moderna oficina, y sale al encuentro de los reporteros de Grupo Megamedia.
El ingeniero Raúl Ancona Riestra, director general de Proser, en amplia entrevista, habla de la polémica construcción del "paso deprimido", segunda de dos licitaciones que le otorgó el Ayuntamiento de Mérida. La otra obra es el rescate y techado del Pasaje de la Revolución.
Como experto, confiesa que la glorieta de Montejo no es el mejor lugar para comenzar el llamado proyecto de modernidad de Mérida, y se dice respetuoso del espíritu cívico y del deseo ciudadano.
Y aunque lamenta y condena la violenta represión del 4 de julio en la prolongación de Paseo de Montejo, afirma que su compañía proseguirá y culminará la polémica obra municipal.
¿Cuál es su mayor logro profesional?
Tener la constructora Proser a lo largo de 20 años y haber construido muchas obras en la República mexicana. Proser se fundó entre 1990 y 1991 con el inicio de la carretera Mérida-Cancún y se consolida con trabajos que le realizamos a Walmart en 1994. Somos una de las empresas que más le ha trabajado a Grupo Cifra en todo el país.
¿Cuál es el problema más difícil que ha enfrentado?
Hay varios problemas dentro de la construcción. La vida está llena de conflictos. Si hablamos de situaciones difíciles, qué mejor muestra que lo desagradable de los sucesos del lunes 4 con el inicio de la construcción del túnel, distribuidor vial o "paso deprimido".
¿Por qué decidió concursar con su empresa por la construcción del "paso deprimido"?
Somos una empresa que nos dedicamos tanto a la edificación como a las vías terrestres. En el caso particular de esta obra, es construir lo que nosotros llamamos un puente, y puentes son la mayor parte de las obras que hemos realizado. Como ejemplo tenemos el de la carretera Mérida-Progreso. Le trabajamos a los gobiernos federal y estatal, durante la administración de Patricio (Patrón Laviada), y también con Ivonne (Ortega Pacheco). Ya realizamos seis puentes, recientemente terminamos el que está frente a la Universidad Marista, llamado puente Temozón. Independientemente de los que se construyeron en la carretera Mérida-Campeche y el que estamos terminando en Maxcanú, nuestra experiencia en construcción de puentes en la Península es fuerte. El concurso para construir el túnel es un trabajo que se adaptaba a lo que hacemos.
¿Quiénes son los socios de Proser? ¿Cuánto ganará con esa obra?
Son mi hermanito, el ingeniero Carlos, y el licenciado Enrique González Prieto, socios de Proser desde hace muchos años. Presupuestamos como todas las empresas un 10% de utilidades. En este caso, cotizamos un 11%, que incluye gastos de administración, de obra y de oficina central, porque consideramos que es una obra con alto monto para realizar en un período corto. Uno de los retos es terminar la obra, cotizada en 61 millones, en el plazo previsto, 84 días.
¿Está orgulloso de ser el constructor del primer "paso deprimido" en Yucatán?
Desde el punto de vista constructivo sin ninguna duda que sí, pero por otro lado, por los sucesos sumamente desagradables que enmarcaron el inicio de los trabajos, nunca se puede uno sentir orgulloso, al contrario, uno se siente triste, indignado. Nosotros rechazamos la violencia de manera total y categórica. Siempre hemos sido gente de paz y cualquier espíritu cívico, cualquier deseo ciudadano hay que respetarlo.
¿Usted llevó los guardias de seguridad ese día?
No, no es así. La situación que vivimos el lunes 4 fue totalmente ajena, desproporcionada y por eso yo mismo interactúe telefónicamente y después de viva voz con Antonio Duarte (Briceño), director de Obras Públicas, para que nos apoyara con la fuerza pública.
En el momento que vimos que no había las condiciones para poder trabajar suspendimos las labores esa tarde. La policía llegó más tarde, como debería ser. A partir del martes 5 había una calma chicha con la presencia de la fuerza pública. Lo que pasó, nosotros lo condenamos enérgicamente.
El código de ética de los ingenieros cita que se deben rechazar los trabajos que atenten contra el interés general. ¿Considera que con la obra del túnel no viola ese reglamento?
Afortunadamente no. Como constructores sabemos que cuando se hacen obras hay gente que está a favor y en contra, y tratamos de evitar esa situación de conflicto. Tenemos claro que el túnel como tal, como construcción, se va a realizar para recibir los beneficios que se esperan con esta obra. Las edificaciones en general siempre causan perjuicios a los vecinos. No se viola el código.
Proser entrega cada año un reconocimiento al alumno más destacado de la Facultad de Ingeniería de la Uady. ¿Cree que como director de la empresa les da un buen ejemplo a las nuevas generaciones de profesionales?
Entendemos muy bien que con esta obra se está dando preferencia a los vehículos sobre los viandantes y los ciclistas. Mérida es una ciudad que ha tenido en los últimos años un crecimiento desmedido y en este caso la obra es para beneficiar a los vehículos. Hacemos una exhortación a las autoridades para que se trabaje fuerte en el tema del transporte público, en ciclopistas, en darle la importancia al peatón. Sin ninguna duda que sí, en la medida en que el ingeniero absorba sus responsabilidades profesionales será ejemplo. Esto hay que desligarlo con cualquier cosa relacionada con la violencia, no queremos por ningún motivo ser gestores de violencia y desde el punto de vista constructivo tratamos de hacer una obra que quede bien y sea de beneficio para la comunidad, no hay proyectos perfectos y sabemos que hay muchas cosas que se pueden mejorar e invitamos a la ciudadanía a que se sume a este proyecto. Nosotros como ingenieros trataremos de ser un ejemplo para las generaciones venideras
En la violenta represión del lunes 4 en la glorieta de Montejo algunos amigos, colegas y compañeros suyos fueron agredidos. ¿No teme que su círculo social le dé la espalda?
Ojalá y entiendan que nosotros fuimos totalmente ajenos a ello. Me asusto de la cantidad de gente que me ha llamado, que me dicen que conocen a la familia Ancona. Tuve tiempo de platicar, cuando estuve en la obra, con amigos entrañables, como el Lic. José Enrique Gutiérrez López, que no solamente es nuestro amigo, es nuestro abogado, nuestro notario. El me dijo: "Tú qué haces, tienes un contrato y dedícate a cumplirlo y nosotros estamos opuestos a que se realice". Es como deberían hacerse las cosas, con diálogo, con tranquilidad.
En los últimos días se han publicado desplegados en los que organismos empresariales y civiles piden a Proser que retroceda y no haga la obra, ¿es posible?
Hemos leído con detenimiento los desplegados en el Diario. Tenemos un contrato firmado y surgiría un problema al dejar de construir el túnel. A pesar de que renunciemos a la obra, que dentro de la ley está previsto, perderíamos la fianza. Eso sería secundario, ya que la ley permitiría que la siguiente propuesta solvente sea la ejecutora de la obra, lo que ocasionaría más perjuicios a la ciudadanía. Túnel sí o túnel no, no creo que sea el tema, ahora se trata de la unión de todos los empresarios para condenar la violencia. Hay gente a favor y en contra de la obra. En lo que estamos de acuerdo es que quizá no es el mejor lugar para comenzar este proyecto de modernidad de Mérida. Con toda seguridad hay otros puntos más fáciles para trabajar y la glorieta de Montejo es el punto más conflictivo, pero eso no es decisión de nosotros.
¿Después de los hechos de ese día, puede dormir con la conciencia tranquila?
Afortunadamente sí. Una cosa es la conciencia tranquila y otra es la incomodidad de la situación que hemos vivido. La gente más allegada, mi esposa y mis hijos, todos nos sentimos indignados con esta situación. Si nosotros pudieramos hacer algo para que ésto no vuelva a suceder lo haremos con toda certeza. Si la solución para que no existiera ese hecho fuera exclusivamente dejar la obra, sin ninguna duda lo haríamos, pero entendemos que son dos cosas que dentro de la vinculación que tiene son diferentes. Recalco que, aunque he dormido poco los últimos días por los problemas que hemos pasado, procuraremos solucionar las cosas tratando de hacer la obra, un túnel bien construido.