Noticias de Yucatán
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BANGKOK, Tailandia — Las autoridades tailandesas de protección de la naturaleza encontraron 40 cachorros de tigre en un congelador del Templo del Tigre, una controvertida atracción turística al oeste del país e investigan si los cadáveres implican al templo en tráfico ilegal de especies protegidas.
El hallazgo tuvo lugar cuando miembros de la unidad que protege la naturaleza sacaba tigres del templo en un proceso lanzado para cerrarlo tras recibir denuncias de que en el lugar se traficaba con especies protegidas.
El templo, un monasterio budista que ofrece a los turistas un contacto directo y cercano con los tigres a cambio de dinero ha sido acusado por grupos conservacionistas de explotar y abusar de los animales, algo que siempre han negado.
Las autoridades que cuidan de la naturaleza dicen que solo se había informado al gobierno de uno de los cachorros muertos, un requisito formal. La policía investiga los hechos. Es ilegal vender tigres y sus partes, un producto muy demandado en Asia, especialmente en China, donde se usa en la medicina tradicional.
Sin embargo, un representante del Templo del Tigre, Wat Pha Luang Ta Bua, dijo que habían informado a las autoridades de todos los nacimientos y muertes de cachorros, y que los cadáveres se conservaban para probar que no se habían vendido en el mercado negro.
“Hemos declarado todas estas muertes a las autoridades durante años”, dijo Supitpong Pakdjarung, quien fue oficial de la policía y ahora gestiona la parte económica del templo. “Saben de estos cadáveres desde hace tiempo”.
La agencia de protección de la naturaleza lleva meses tratando de cerrar el zoológico del templo, que se promociona como un lugar en el que tigres y humanos viven en armonía y que cobra a los turistas unos 140 dólares por bañarse, alimentar y jugar con tigres.
Se abrió una investigación sobre el posible comercio ilegal de tigres después de que un veterinario que trabajó en el lugar informase de la desaparición de tres animales.
Adisorn Noochdumrong, subdirector general del departamento que gestiona los parques nacionales y la conservación en Tailandia, dijo que fue un trabajador del templo quien informó a las autoridades sobre los cachorros muertos en el congelador.
“Los encontramos esta mañana”, dijo Adisorn. “Son 40 cachorros de tigre”.
Dijo que el departamento practicaría pruebas de ADN a los tigres requisados en el templo y a los cachorros para ver si existe relación entre ellos.
Los responsables del templo negaron cualquier comportamiento incorrecto. Supitpong dijo que había informado de todo a las autoridades en diciembre cuando revisaron el número de tigres en el lugar.
En marzo, el templo comunicó en una publicación de Facebook que era normal que algunos cachorros fallecieran y que el personal guardaba los cuerpos desde 2010. La publicación no daba una cifra exacta de cachorros muertos.
Teunchai Noochdumrong, que dirige la oficina de conservación de la naturaleza y es la esposa de Adisorn, dijo que no parece que los cachorros hayan sido mutilados pero tampoco había señales de cuál fue la causa de muerte.
En su mejor momento, el templo informó de la posesión de 148 tigres, casi todo adultos. La agencia de protección de la naturaleza ya requisó 10 a principios de año antes de que el templo consiguiera una orden judicial para detener el proceso. Luego de que las autoridades recusaran dicha orden con éxito, el lunes comenzaron a sacar a los animales.
El miércoles ya habían retirado 64 tigres más, según Teunchai. Creen que en el zoo quedan 73 tigres y esperan haberlos sacado antes del sábado. Dicen que el templo no tiene los documentos de propiedad de los animales y que, por tanto, según la ley tailandesa que protege a las especies en peligro, pertenecen al gobierno.
El miércoles, Supitpong se mostraba resignado a la pérdida de los tigres y al cierre de la atracción turística del templo. Hace poco consiguieron un permiso para gestionar un zoológico en un lugar cercano y dijo que estaba preparado para seguir adelante con esa opción.
“Ahora solo queremos que esto se acabe, que se den prisa y se lleven a todos los tigres. Una vez que los tigres no estén, pasaremos al zoológico”.
BANGKOK, Tailandia — Las autoridades tailandesas de protección de la naturaleza encontraron 40 cachorros de tigre en un congelador del Templo del Tigre, una controvertida atracción turística al oeste del país e investigan si los cadáveres implican al templo en tráfico ilegal de especies protegidas.
El hallazgo tuvo lugar cuando miembros de la unidad que protege la naturaleza sacaba tigres del templo en un proceso lanzado para cerrarlo tras recibir denuncias de que en el lugar se traficaba con especies protegidas.
El templo, un monasterio budista que ofrece a los turistas un contacto directo y cercano con los tigres a cambio de dinero ha sido acusado por grupos conservacionistas de explotar y abusar de los animales, algo que siempre han negado.
Las autoridades que cuidan de la naturaleza dicen que solo se había informado al gobierno de uno de los cachorros muertos, un requisito formal. La policía investiga los hechos. Es ilegal vender tigres y sus partes, un producto muy demandado en Asia, especialmente en China, donde se usa en la medicina tradicional.
Sin embargo, un representante del Templo del Tigre, Wat Pha Luang Ta Bua, dijo que habían informado a las autoridades de todos los nacimientos y muertes de cachorros, y que los cadáveres se conservaban para probar que no se habían vendido en el mercado negro.
“Hemos declarado todas estas muertes a las autoridades durante años”, dijo Supitpong Pakdjarung, quien fue oficial de la policía y ahora gestiona la parte económica del templo. “Saben de estos cadáveres desde hace tiempo”.
La agencia de protección de la naturaleza lleva meses tratando de cerrar el zoológico del templo, que se promociona como un lugar en el que tigres y humanos viven en armonía y que cobra a los turistas unos 140 dólares por bañarse, alimentar y jugar con tigres.
Se abrió una investigación sobre el posible comercio ilegal de tigres después de que un veterinario que trabajó en el lugar informase de la desaparición de tres animales.
Adisorn Noochdumrong, subdirector general del departamento que gestiona los parques nacionales y la conservación en Tailandia, dijo que fue un trabajador del templo quien informó a las autoridades sobre los cachorros muertos en el congelador.
“Los encontramos esta mañana”, dijo Adisorn. “Son 40 cachorros de tigre”.
Dijo que el departamento practicaría pruebas de ADN a los tigres requisados en el templo y a los cachorros para ver si existe relación entre ellos.
Los responsables del templo negaron cualquier comportamiento incorrecto. Supitpong dijo que había informado de todo a las autoridades en diciembre cuando revisaron el número de tigres en el lugar.
En marzo, el templo comunicó en una publicación de Facebook que era normal que algunos cachorros fallecieran y que el personal guardaba los cuerpos desde 2010. La publicación no daba una cifra exacta de cachorros muertos.
Teunchai Noochdumrong, que dirige la oficina de conservación de la naturaleza y es la esposa de Adisorn, dijo que no parece que los cachorros hayan sido mutilados pero tampoco había señales de cuál fue la causa de muerte.
En su mejor momento, el templo informó de la posesión de 148 tigres, casi todo adultos. La agencia de protección de la naturaleza ya requisó 10 a principios de año antes de que el templo consiguiera una orden judicial para detener el proceso. Luego de que las autoridades recusaran dicha orden con éxito, el lunes comenzaron a sacar a los animales.
El miércoles ya habían retirado 64 tigres más, según Teunchai. Creen que en el zoo quedan 73 tigres y esperan haberlos sacado antes del sábado. Dicen que el templo no tiene los documentos de propiedad de los animales y que, por tanto, según la ley tailandesa que protege a las especies en peligro, pertenecen al gobierno.
El miércoles, Supitpong se mostraba resignado a la pérdida de los tigres y al cierre de la atracción turística del templo. Hace poco consiguieron un permiso para gestionar un zoológico en un lugar cercano y dijo que estaba preparado para seguir adelante con esa opción.
“Ahora solo queremos que esto se acabe, que se den prisa y se lleven a todos los tigres. Una vez que los tigres no estén, pasaremos al zoológico”.