El menor que montaba al equino dijo que se le quebró el freno, por lo cual al ver que empezaba desenfrenado galope saltó de la montura, soltó la brida y dejó al penco al garete.
Con tan mala suerte corrió Chel Ku que precisamente en ese momento salía del fraccionamiento Viva II en la calle 11 entre 16 y 18, porque fue impactado por la mole de hueso y carne que salió de la oscuridad en frenético galope.
El motociclista estaba acompañado de su esposa Nancy Guadalupe May Ojeda y sus dos pequeños hijos, un varón de unos 8 años y una niña de unos dos o tres años.
Después del golpazo el caballo siguió su loca carrera con rumbo desconocido y dejando al motociclista con probable fractura en el pie izquierdo, varias costillas rotas y posible esguince en el cuello. Fue increíble que los acompañantes de Chel Ku resultaran ilesos, salvo pequeños golpes; a los menores los protegió el armazón de la moto, pues iban adelante y la señora May Ojeda fue protegida por el cuerpo de su esposo.
Mientras se esperaba la llegada de los paramédicos para el traslado del herido se suscitaron varias quejas de los indignados vecinos del fraccionamiento; primero respecto a que las autoridades debían de prohibir la monta de caballos cerca de núcleos poblacionales.
Además que la proliferación de estos llamados “poch vaqueros” ocasiona varios perjuicios, además de los que pueden pasar como en este caso, ya que la monta de los equinos causa tremendos levantamientos de polvo que perjudican a los moradores que viven cerca.
Agregaron que otro problema es la llegada de numerosos aprendices de automovilistas en este tramo. Además, en este caso reprocharon que a pesar de que no hay iluminación suficiente en esta zoba, los aspirantes a vaqueros continúen perjudicando hasta entrada la noche, pues prácticamente está en penumbras todo este cruce incluido el parque del fraccionamiento.
El joven que montaba el caballo responde al nombre de Axel Urudiel Tax Canché, pero por ser menor de edad, la responsabilidad directa recae en el dueño del animal y en el padre del menor, que tendrán que afrontar las consecuencias de su afición a la monta de equinos.
