Noticias de Yucatán
(arboricidio, educación)
(arboricidio, educación)
Publicada: 3 marzo 2012
En las imágenes, el estado en el que quedaron dos árboles de flamboyán que se encuentran sembrados junto a los muros del plantel 95 del Centro de Bachillerato Tecnológico y de Servicios (CBTIS). Al parecer, para evitar que los alumnos se escapen de la escuela, autoridades del CBTIS contrataron a la empresa Maxicercas para elevar los muros mediante la instalación de unas cercas, por lo que se tuvieron que cortar ambos árboles; arriba, apenas un tronco quedó del árbol más joven que fue talado. A la izquierda, el que antes fuera un frondoso árbol cuyas ramas más altas fueron podadas porque perjudicaba la nueva cerca elevada 
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Dos árboles de flamboyán que se encontraban en la vía pública fueron mutilados por trabajadores de Maxicercas para la colocación de una barda perimetral del Centro de Bachillerato Tecnológico y de Servicios (CBTIS) No. 95, ubicado a un costado del estadio de béisbol Kukulcán.
La disposición de colocar la malla de acero en el muro, según informaron los estudiantes, fue para evitar que los alumnos se fugaran a la hora de clases. La costumbre del "pudz escuela", arraigada entre muchos alumnos, ni con la vigilancia privada contratada por el CBTIS No. 95 se solucionó.
Entonces la Dirección del ese plantel escolar contrató a la empresa Maxicercas para que cortara las ramas de dos flamboyanes, que tienen muchos años de antigüedad, y elevara un metro más la barda con mallas de acero.
Uno de los árboles talados perdió todas sus ramas y follaje, y ahora sólo se aprecia el tronco sobre la acera. El otro árbol de flamboyán perdió un grueso tronco y parte de sus ramas altas, porque presuntamente estorbaban la nueva malla de acero.
Esos árboles, según contaron los alumnos, protegía con su sombra a los que esperan camiones urbanos, a los grupos de alumnos que tenían recesos de clases y también era refugio de vendedores ambulantes y voceadores de periódicos por su enorme copa de hojas durante las épocas de florecimiento.
"Estuvo muy mal. Es un atentado contra la ecología", recriminó un alumno del CBTIS.
Los alumnos de este plantel de educación media superior informaron que la fuga de alumnos era constante en ese lugar. Los jóvenes brincaban por el muro y bajaban por los árboles que están pegados a dicho muro.
El reglamento municipal prohíbe la tala de árboles en la vía pública sin autorización, porque es una propiedad del Ayuntamiento. Sin embargo, como ha ocurrido en otros tantos casos donde los árboles estorban y son talados, se duda de que se aplique la sanción correspondiente a los infractores de la ley ambiental.
Aunque no no es atribuible a la misma empresa que instaló la malla ciclónica de acero en la parte norte del CBTIS No. 95, otro árbol que proyecta bastante sombra a la entrada principal de la escuela también perdió una gruesa rama, porque se aprecia una ruptura del tronco.
Ayer mismo, trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad también mocharon un frondoso árbol de tamarindo que está en la acera de la calle 33 entre 82 y Avenida Itzaes.
El tamarindo está en la vía pública y su copa ya alcanzaba los cables de alta tensión de la CFE. Para disminuir los riesgos de apagones o ruptura de cables, la CFE desbastó el centro de la copa y le dejó un corte tipo "V" al árbol frutal.
Estos tres arboricidios casi simultáneos o atentados contra la ecología no causó indignación entre los alumnos del CBTIS y los vecinos de la calle 33, o de los defensores del medio ambiente. Sólo vieron que los tres árboles perdieran sus gruesas ramas.
El ataque a los árboles también se vio en el Paseo de Montejo: los arbolitos recién plantados en los andadores perdieron parte de sus ramas por la conglomeración de personas que asistieron al pasado Carnaval
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La disposición de colocar la malla de acero en el muro, según informaron los estudiantes, fue para evitar que los alumnos se fugaran a la hora de clases. La costumbre del "pudz escuela", arraigada entre muchos alumnos, ni con la vigilancia privada contratada por el CBTIS No. 95 se solucionó.
Entonces la Dirección del ese plantel escolar contrató a la empresa Maxicercas para que cortara las ramas de dos flamboyanes, que tienen muchos años de antigüedad, y elevara un metro más la barda con mallas de acero.
Uno de los árboles talados perdió todas sus ramas y follaje, y ahora sólo se aprecia el tronco sobre la acera. El otro árbol de flamboyán perdió un grueso tronco y parte de sus ramas altas, porque presuntamente estorbaban la nueva malla de acero.
Esos árboles, según contaron los alumnos, protegía con su sombra a los que esperan camiones urbanos, a los grupos de alumnos que tenían recesos de clases y también era refugio de vendedores ambulantes y voceadores de periódicos por su enorme copa de hojas durante las épocas de florecimiento.
"Estuvo muy mal. Es un atentado contra la ecología", recriminó un alumno del CBTIS.
Los alumnos de este plantel de educación media superior informaron que la fuga de alumnos era constante en ese lugar. Los jóvenes brincaban por el muro y bajaban por los árboles que están pegados a dicho muro.
El reglamento municipal prohíbe la tala de árboles en la vía pública sin autorización, porque es una propiedad del Ayuntamiento. Sin embargo, como ha ocurrido en otros tantos casos donde los árboles estorban y son talados, se duda de que se aplique la sanción correspondiente a los infractores de la ley ambiental.
Aunque no no es atribuible a la misma empresa que instaló la malla ciclónica de acero en la parte norte del CBTIS No. 95, otro árbol que proyecta bastante sombra a la entrada principal de la escuela también perdió una gruesa rama, porque se aprecia una ruptura del tronco.
Ayer mismo, trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad también mocharon un frondoso árbol de tamarindo que está en la acera de la calle 33 entre 82 y Avenida Itzaes.
El tamarindo está en la vía pública y su copa ya alcanzaba los cables de alta tensión de la CFE. Para disminuir los riesgos de apagones o ruptura de cables, la CFE desbastó el centro de la copa y le dejó un corte tipo "V" al árbol frutal.
Estos tres arboricidios casi simultáneos o atentados contra la ecología no causó indignación entre los alumnos del CBTIS y los vecinos de la calle 33, o de los defensores del medio ambiente. Sólo vieron que los tres árboles perdieran sus gruesas ramas.
El ataque a los árboles también se vio en el Paseo de Montejo: los arbolitos recién plantados en los andadores perdieron parte de sus ramas por la conglomeración de personas que asistieron al pasado Carnaval
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