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Otra “prueba” de la supuesta mala planeación del hospital regional de Tekax, esgrimida por la ex gobernadora Ivonne Ortega Pacheco y sus ex funcionarios es lo que llaman “exceso de superficie construida” en ese nosocomio, advierte el ex gobernador Patricio Patrón Laviada.
-Desde que empezamos a diseñar el proyecto del hospital de Tekax convencimos al entonces presidente Vicente Fox de la necesidad de abrir en la zona, en el futuro, un hospital más grande, de 60 camas, cuyas obras fueran más baratas. Con esta idea se concibió el hospital de Tekax: al principio, 30 camas censables, pero habilitado para ampliarlo a 60, como Ivonne Ortega hizo después en Ticul, una vez que abandonó las obras en Tekax. ¿Por qué ella no habló de un hospital de 30 camas?, porque el Sur necesita uno de 60.
Patricio Patrón recuerda que el gobierno federal aprobó $51 millones en 2006 para construir un hospital de 30 camas en Tekax. De esa cantidad, él ejerció $28 millones en la construcción del 63% del edificio y dejó $23 millones más para su conclusión y equipamiento.
-Con esos $28 millones decidimos hacer el hospital de 30 camas, como nos dijo la SSA y, ¡con el mismo dinero!, dejamos lista la infraestructura – 5,216 metros cuadrados -, para crecerlo a 60.
Patricio Patrón: ¿Dónde está la mala planeación?
Según esa idea, dice, un hospital de segundo nivel con 30 camas debe tener una superficie construida de 3,200 metros, “pero nos acusan de entregar un edificio de 5,200 metros cuadrados, que ocasionó el aumento en los costos de operación y de mantenimiento”.
Ese argumento muestra la ignorancia y la mala fe de esos ex funcionarios, añade Patrón Laviada.
-La obra ya estaba, lo único que había que hacer era, más adelante, poner las camas, que es lo más barato. De aquí viene la confusión de la mala planeación.
-Claro, yo pude haberle dicho a la SSA: dame esos 50 millones, construyo un hospital de 30 camas y, luego, el que viene, que pida otros $50 millones para el resto.
-Esto muestra la evidente colusión de funcionarios locales con federales para pedir y autorizar cuantiosos recursos adicionales a una obra que no lo requería.
El ex gobernador confiesa que muchos de esos funcionarios lo odiaban “porque no les convenía oír que con el dinero para un hospital de 30 camas podía hacer uno de 60; que podía hacer más con los mismos recursos”.
Lo mismo me ocurrió con la SCT, añade. “Me daban dinero para construir un kilómetro en el Periférico y hacíamos cuatro con la misma cantidad.
“Por supuesto, esto de traer los precios para abajo me ocasionó muchos problemas en el gobierno federal. Funcionarios de la Función Pública me lo decían continuamente: Patricio, a ti te odian en el gobierno por ese tu desmadre de traer precios más bajos, que le mueven a todos el tapete”.
En otro momento de la entrevista, Patrón Laviada explica que la decisión de poner el hospital de Tekax y no en Ticul, como hizo Ortega Pacheco, es porque Tekax queda más en el centro de la zona sur del estado y está más pegado a los municipios con mayores índices de marginación. Además, Ticul está a una hora de distancia de Mérida y Tekax a hora y media.
Pero regresemos al asunto del exceso de superficie construida, indica Patricio. “Ese argumento tiene la misma consistencia del otro, según el cual la mala planeación del proyecto original se sustenta en un memorándum con sugerencias y observaciones de dos funcionarios menores de la Secretaría de Salud federal, como dije antes.
“Con ese documento tan endeble, entregado a la prensa el 25 de mayo de 2011 por el entonces secretario de Salud del gobierno del Estado y director de los Servicios de Salud, Álvaro Quijano Vivas, han pretendido justificar el derroche de más de $112 millones en las obras del hospital de Tekax.
“Ese memorándum no es el informe técnico que las autoridades debieron emitir para justificar la aprobación de millonarias partidas adicionales a esa obra. Son simples sugerencias, sin valor técnico o jurídico”.
En esa rueda de prensa, añade Patrón Laviada, Quijano Vivas distribuyó también copia de un oficio que le dirige a Francisco Torres, secretario de Obras Públicas, donde le adjunta el memorándum y le pide tomar en cuentas sus recomendaciones. Torres, a su vez, turna otro oficio al jefe del Departamento de Infraestructura, Miguel Ángel Caballero García, quien dirige otra comunicación a Arturo Bárcenas León, subdirector de Infraestructura Médica de la SSA y, casualmente, uno de los firmantes de ese memorándum, solicitándole que autorice hacer esos cambios a la SOP. Es decir, afirma Patrón, “los mismos funcionarios de Ivonne se auto autorizaron los cambios”.
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