Autoridades sanitarias de Yucatán habrían detectado este año el primer caso de VIH-sida contagiado en una sala de tatuajes, se informa en Megamedia.
El paciente, un sujeto de sexo masculino de 28 años, soltero, heterosexual y no promiscuo, habría adquirido la enfermedad al ponerse dos tatuajes en el cuerpo en un local de la ciudad de Mérida, según relataron sus familiares.
Sin embargo, el Instituto Mexicano del Seguro Social, que atendió al paciente, no asentó esta causa en su expediente.
La vocera de la delegación del IMSS, Dina Sosa Moguel, explicó que los casos atendidos en esa institución no detallan el motivo del contagio.
Las estadísticas del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de VIH/SSA, por su parte, reportan cero casos de transmisión sanguínea del VIH, la vía de contagio por la aplicación de tatuajes.
Funcionarios de la Secretaría de Salud de Yucatán dijeron, por medio de un vocero, que esa dependencia sólo reúne las cifras de casos notificados por las instituciones de salud y no conoce los detalles.
Factor de riesgo
Los familiares del paciente, entrevistados a condición de no revelar su identidad, relataron que sufrió altas temperaturas, diarrea, tos y pérdida de peso, sin que los medicamentos que le recetaron los médicos del Seguro mejoraran su condición.
Fue hasta después de la aplicación de dos exámenes de sangre cuando detectaron la infección por VIH, afirmaron.
—Nuestro familiar no es parte del grupo de personas con riesgo de contraer sida, pero aceptó haberse hecho dos tatuajes en un local de Mérida que, luego supimos, no reunía las condiciones mínimas de higiene.
Según el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el sida, “las personas que reciben o sufren punción o heridas con instrumentos punzo-cortantes contaminados por sangre, como los usados en acupuntura, perforaciones y tatuajes, corren el riesgo de contraer la enfermedad”.
Ricardo Márquez Jaramillo, infectólogo de ese Centro, explica que un tatuaje es la inserción de tinta en la piel por medio de una aguja.
“El maquillaje permanente, como el delineador de ojos y labios, por ejemplo, es una forma de tatuaje, en tanto el piercing es la modificación del cuerpo, también mediante una aguja que perfora un agujero e inserta una joya”.
Estas prácticas son riesgosas, ciertamente, pero tienen variables que se prestan a la confusión al momento de relacionarlas directamente con el VIH, dice.
“Algunos pacientes atribuyen su contagio a los tatuajes para no revelar a sus familiares sus prácticas sexuales de riesgo”.
Lo que sí es cierto, añade, es la posibilidad de contraer el VIH a partir de los tatuajes o las perforaciones, si el equipo utilizado tiene sangre de otra persona infectada o varios clientes comparte la misma tinta.
Las jeringas, agujas y otras herramientas usadas para los tatuajes o el piercing deben ser desechadas luego de su uso o esterilizadas debidamente, pues “de no hacerlo existe un riesgo de transmisión del VIH.
“También hay que verificar que el personal de una sala de tatuajes utilice tintas provenientes de envases nuevos, cerrados, con etiqueta y fecha de caducidad, y no rellenables.
“De lo contrario, se corre el riesgo de usar tinta contaminada con la sangre de algún portador del virus”.
Las piezas que se colocan (piercing), agrega, deben contar también con fecha de caducidad y certificado de biocompatibilidad con el cuerpo humano.
El especialista advierte sobre la necesidad de que los lugares de tatuaje y de perforaciones cumplan con condiciones mínimas, entre otras, agua y drenaje, servicio de recolección de residuos peligrosos biológico infecciosos, certificado por la Semarnat, personal capacitado y con cartilla de vacunación contra hepatitis y tétano y tarjeta de control sanitario.
Asimismo, las superficies de trabajo, sillas y equipo no desechable deben limpiarse y esterilizarse permanentemente. Fuente: Megamedia.