El 11 de los corrientes el conocido locutor y reportero Francisco Chi Lavadores publicó el siguiente escrito, que por sí solo habla:
A la opinión pública:
Con respecto a la plata que me debe el Senador tricolor Jorge Carlos Ramírez Marín y que es Vox Populi, debo aclarar que se trata de una operación que pactamos él y yo en marzo de 2021 cuando resultó electo precandidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la alcaldía de Mérida, Yucatán, posición que luego también fue avalada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
El señor es mi amigo desde hace más de 40 años, por lo tanto había una confianza mutua y al igual que en sus aspiraciones políticas pretéritas, esta vez me pidió que a través de los medios que administro como son redes sociales y radio, le haga propaganda durante su proyecto hacia el Palacio Municipal de la capital yucateca, al igual que lo hice con abanderados de otros institutos políticos que jugaron para diputados locales, presidentes municipales y diputados federales, como parte de los servicios periodísticos y publicitarios que brindo para sostener mi negocio, al cual me dedico desde hace 50 años.
Debo precisar que en sus campañas pasadas me pagó todo, nunca me debió nada y por ende, ahora admití su solicitud y aunque me tachen de ingenuo, no firmamos ningún documento para establecer las cláusulas del convenio, debido a nuestra amistad y la buena relación comercial que había entre las partes.
No hay nada de chayos, ni lame huevos como sugieres algunos despistados que no me conocen, pues durante todo ese tiempo mis actividades siempre han sido totalmente lícitas y apegadas a la ley, con absoluta transparencia y lo mismo le trabajo a empresas del sector privado que a las asociaciones religiosas, sindicatos y toda persona física o moral que requiera de mis servicios profesionales.
Al finalizar la reciente contienda política y perder ante el panista Renán Barrera Concha, Ramírez Marín pidió chance a sus proveedores y acreedores para liquidar sus compromisos, pero no le cumplió a todos, por ejemplo a sus operadores políticos y colaboradores no les pagó un solo peso, es decir, los rayó impunemente.
Virtualmente desapareció, se reintegró a su escaño en la Cámara Alta y se deslindó de todo lo pasado, pero a mí no a ver la cara de pendejo como a otros, lo único que le exijo es que solvente el monto del servicio que le otorgué que asciende a módicos e irrisorios 8 mil pesos más IVA, que para él es como quitarle un pelo a un gato, pues es un hombre acaudalado y multimillonario.
No voy a tolerar que se salga con la suya, por supuesto que no, estoy dispuesto a llegar hasta el Senado en la CDMX y hacer un plantón en la sala de sesiones, pero antes agotaré otros recursos a mi alcance como insistir en la cobranza extra judicial, pues además debo decirles que tengo un montón de amigos abogados muy prestigiosos quienes en forma desinteresada se han puesto a mis órdenes para entablar un pleito jurídico al tal Ramírez Marín y obligarlo a que me pague vía demanda penal y tribunales.
El parlamentario tricolor me conoce bien y sabe de lo que soy capaz de hacer para defender mis legítimos intereses y les aseguro que no daré marcha atrás. Que me pague y punto. Recuerden que el que ríe de último, ríe mejor.
Ayer el comunicador puso en su espacio de Facebook la frase en la imagen que aparece en esta publicación: Gracias, Senador J.C. Ramírez Marín. Ahora puedo decir como el poeta Amado Nervo: "Vida nada me debes, vida estamos en paz". Con lo cual da a entender que ya le fue cubierta la cantidad que le adeudaban.
Que pena que se tenga que recurrir -justificadamente- a estas tácticas contra políticos o quien sea para tengan la vergüenza de cumplir con sus compromisos económicos, sin importar de la cantidad de que se trate. Eso habla de la calidad moral de las personas. Eso habla de la clase de autoridad que tendríamos si llegaran al puesto.
Como dijera Juan Gabriel ¡Pero que necesidad de tanto problema! y de tanta exhibición para pagar $8,000 pesos.