Cientos de miles de peregrinos acudieron a la Basílica de Guadalupe ayer en busca de consuelo, de pagar una manda o por tradición, a conmemorar el 490 aniversario de las apariciones de la Virgen de Guadalupe.
Por segundo año consecutivo, la pandemia de covid-19 obligó a modificar la forma de rendir culto a la Virgen. En esta ocasión, los peregrinos fueron conducidos por brigadas de la Basílica y de la alcaldía Gustavo A. Madero directamente debajo de la imagen de la guadalupana, sin posibilidad de permanecer dentro del santuario mariano.
La presencia de los peregrinos en el interior del templo de redujo a los dos o tres minutos que tardaban en bajar al basamento, abordar la banda sin fin que cruza debajo de la imagen de la Virgen, y finalmente salir del templo.
La única posibilidad de asistir dentro del templo fue de forma virtual, con la colocación de fotografías de los peregrinos en las bancas del templo mariano y de velas en representación de cada peregrino que pagó el paquete respectivo.
A lo largo del día se desarrollaron misas en las que se permitió el acceso a una cantidad reducida de peregrinos.
El secretario de Gobierno, Martí Batres, recorrió el santuario mariano y anunció que se mantenía el saldo blanco y que se esperaba la asistencia de unos tres millones de peregrinos, tomando como referencia del 1 de diciembre y hasta el sábado 11, muy lejos de los 10 millones de asistentes que se calculaban para el mismo periodo en años previos a la pandemia.
Covid-19 fue el eje en que se desarrolló esta edición de las apariciones guadalupanas. A todos los asistentes se le exigió ingresar con cubrebocas, los peregrinos eran rociados con soluciones desinfectantes en el último tramo de la Calzada de Guadalupe, antes de ingresar al santuario, y la imposibilidad de permanecer en el atrio y en el exterior se debió al intento de limitar los contagios de coronavirus.
Mientras que en el interior del templo mariano hubo sana distancia, afuera, miles de peregrinos acudieron para festejar a la Guadalupana. Las Mañanitas fueron grabadas con aterioridad.
A diferencia de años pasados, fue notable la reducción en el número de visitantes a la Basílica, no se observaban los grandes campamentos de peregrinos instalados dentro y fuera del atrio a la espera de Las Mañanitas a la Virgen.
La ceremonia se grabó con antelación y entre los asistentes este año estuvieron María Victoria, Lucero, Mijares, Paty Manterola, Guadalupe Pineda, Ernesto Laguardia, Gala Montes y el torero Diego Silveti, acompañados del mariachi Gama Mil.
Como sucede cada año, los peregrinos arribaron a lo largo del sábado a pie desde diversos puntos de la ciudad y desde estados vecinos. También utilizando bicicletas, camiones de carga, camionetas de menores dimensiones y autos, etcétera.
Conforme se acercaba la medianoche, la cantidad de peregrinos se incrementó hasta los cerca de 3 millones que las autoridades capitalinas estimaron.
Minutos antes de las 12 de la noche, la calzada Guadalupe era un río de gente que caminaba hacia la Basílica para, sin importar el frío, estar cerca de la Virgen de Guadalupe.
Es una peregrinación que lleva 15 años. Venimos de aquí del centro de la zona de La Merced; que nos dé mucha salud y que ya termine esto de la pandemia”, pidió.
Cada año tengo que estar presente aquí ahorita ya llevo 20 años así con esto”, dijo César Alonso Rojas, otro de los peregrinos.
Y para honrar la memoria de su nieta fallecida en septiembre pasado a causa de una enfermedad renal, Felipa Cortez, de 80 años, viajó desde Chalco, Estado de México.
Nosotros venimos como a una manda por que mi nieta falleció y cada año venía a visitar a la Virgen y entonces nosotros cumplimos su manda”, agregó Felipa Cortez.