¿Cuánto tiempo dura la inmunidad natural que produce una infección de la variante ómicron del coronavirus SARS-CoV-2? Hasta el mes de enero de 2022, aún es muy pronto para tener una respuesta concreta, pero varias voces en la comunidad científica ya ofrecen un estimado.
Desde finales de noviembre de 2021, cuando la variante ómicron (B.1.1.529) fue detectada en Sudáfrica y clasificada por la OMS como una ‘variante de preocupación’, ésta se ha posicionado como la variante dominante en todo el mundo, en mayor medida, gracias a su capacidad de eludir los anticuerpos neutralizantes producidos por la vacunación o por infecciones previas de covid.
Previo a la aparición de ómicron, varios estudios habían establecido que la inmunidad natural de una persona que superaba la cepa original del coronavirus, o variantes como alfa o delta, duraba entre cuatro y seis meses. De igual manera, la protección que ofrece un esquema completo de vacunación (dos dosis) empieza a disminuir a partir del cuarto o sexto mes; por ello, la necesidad de una dosis de refuerzo.
Ómicron modificó un poco las reglas del juego. Es decir, el cuerpo humano todavía es capaz de generar anticuerpos después de superar los síntomas de una infección “menos severa”, como es el caso de ómicron (incluyendo el anticuerpo anti-N, el cual solo se manifiesta en inmunidad natural). Sin embargo, hay dudas de que dicha inmunidad tenga la misma resistencia que con otras variantes.
Carlos del Río, profesor en la División de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Emory, estima que la gente estaría protegida al menos por 90 días luego de superar un infección de ómicron. Paul Hunter, especialista en enfermedades infecciosas por la Universidad de Anglia del Este, estima que tendría que pasar un año para que la mayoría de la gente vuelva a contraer ómicron; no obstante, la re-infección es muy posible:
“Podremos cachar ómicron más de una vez, aunque las infecciones posteriores casi siempre serán menos graves que la primera vez”.
Obviamente, estas estimaciones pueden cambiar de nuevo, dependiendo de la aparición de una nueva variante. En el peor de los casos, esta hipotética variante podría eludir los anticuerpos producidos por ómicron o la dosis de refuerzo y convertirse en la nueva variante dominante.
“El resultado más probable es que uno ya no se infectaría de nuevo con ómicron porque se espera que la ola de ómicron disminuya, pero entonces el mayor riesgo es que aparezca otra cepa”.
Palabras del doctor Anthony Cunningham, virólogo de la Universidad de Sídney. “Todo depende de qué tipo de cepa viene después”.
Un consenso en la comunidad científica a lo largo de esta pandemia ha sido que, entre más grave sea la infección, mejor será la inmunidad que desarrolle el cuerpo. Sin embargo, hay una manera segura de obtener una protección igual o más eficiente que la inmunidad natural, sin tener que jugarse la probabilidad de manifestar sintomatología grave y sus secuelas: la vacunación.