La construcción de una cisterna por carencia de agua llevó a la familia Morales Ordaz a hallar a un vecino muy peculiar en su patio: los restos de lo que sería un mamut o mastodonte. Esto sucedió en San Lorenzo Toxico, Ixtlahuaca, al norte del Edomex, el cual es el primer caso en la zona.
Fue hace 15 días que el descubrimiento detonó la curiosidad de los vecinos de la localidad y que a manera de pifia ahora proponen cambiar el nombre de la comunidad por Toxico de los Gigantes, Toxico Mágico o Toxico del Mamut.
La casa de los Morales Ordaz está a casi una hora de Toluca y a un costado de la carretera Toluca-Atlacomulco. Ahí llegaron en 2000 y con ello poblaron el lugar donde antes sólo eran cerros y polvo, y había poca señal celular.
Los hombres del hogar son albañiles, pero a principios de abril por accidente se convirtieron en arqueólogos al toparse con partes de un esqueleto, que se presume serían un fémur y mentón de un mamut o mastodonte que datarían de hace 10 mil años.
El descubrimiento apenas está tapado con unas lonas y su resguardo es con tal fervor que incluso los habitantes han dejado de realizar sus actividades.
Desde la fosa de casi dos metros de altura, con cinco metros de ancho y siete de largo, Adolfo Morales, padre de la familia, con asombro narró que es la primera vez en su labor de albañil que descubre algo así.
“Toda mi familia está a gusto porque dicen en todos lados que no hay (mamuts) y de buenas a primeras los encontramos aquí”.
Con pala y pico llegaron al hallazgo y en un inicio se mostraron escépticos, pero se percataron de que era un hueso y decidieron dar parte al INAH.
Su hijo, Adolfo Morales Ordaz, narró que dieron parte a las autoridades del INAH en Toluca, quienes hace unos días acudieron a su hogar a realizar peritajes. Reveló que hay interés del municipio de Ixtlahuaca por rescatar los restos y realizar más excavaciones para ver si hay más huesos.