No hay nada como escuchar tu canción favorita. Y nada como escucharla a todo volumen. Pero mientras te enfrascas en tu rutina de ejercicio, trabajas o bailas con tu mezcla de música favorita, ¿valdrá la pena reconsiderar el volumen de tu música?
“Nuestros oídos son increíblemente complejos y sensibles. Hay miles de células con millones de estructuras que asemejan minúsculas fibras o diminutos vellos dentro de nuestro oído que permiten escuchar, pero que pueden ser fácilmente dañadas con sonidos altos,” alerta el Dr. Brian Wang, otorrinolaringólogo especialista en pérdida auditiva del Hospital Houston Methodist.
“Si el daño se acumula con el tiempo y causa pérdida auditiva, no hay vuelta atrás. De igual forma, si estás expuesto a sonidos muy fuertes como los tronidos de los cuetes, estar cerca de una sirena de ambulancia o policía, oír música estridente de una bocina o un concierto muy alto, pueden causar daños irreversibles a tú audición.”
Para reducir el riesgo de perder la audición, el Dr. Wang recomienda aprender cuándo la música es considerada muy alta y cómo escucharla sin peligro.
Los sonidos están por todas partes, y el volumen del sonido se define en decibeles (dB). Los sonidos de menos de 70 dB son seguros y no afectarán tu audición. A mayor volumen sean los sonidos y/o, el tiempo que lo escuches se prolongue, el daño auditivo se vuelve más probable.
“Lo que mucha gente no se da cuenta es que las personas escuchan sus dispositivos con un volumen por arriba de los 70 dB, y cuando estás usando auriculares o audífonos los sonidos viajan directo al interior de tus oídos,” describe el Dr. Wang. “Escuchar la música muy fuerte, y durante largos períodos de tiempo, pueden en efecto dañar tu audición con el paso del tiempo.”
FUENTE: Centro Nacional de Salud Ambiental de E.U.A