Tinum, Yucatán, a 21 de marzo de 2023. La conjunción de la arqueología,
la naturaleza y la sabiduría maya, nuevamente dio como resultado el fenómeno
arqueo-astronómico del descenso del Dios Kukulkán en el Castillo de Chichén
Itzá, una de las 7 maravillas del mundo contemporáneo.
Ante el encanto y fascinación de 10,079 turistas, con este evento,
que se dio con un Sol radiante, se marcó el inicio de la primavera y, según las
creencias ancestrales, de la fertilización de la tierra.
Cabe señalar que en total fueron 28,493 turistas los que presenciaron
este año el equinoccio de Chichén, ya que a la cifra anterior hay que sumarle
11,514 del domingo -cuando la entrada es gratuita para los nacionales-, y los
6,900 de ayer lunes, que llegaron a pesar del mal tiempo generado por el Norte
No. 41.
"Es un orgullo mostrar a gente de todo el mundo la
forma tan sabia en que nuestros ancestros marcaban el inicio de la primavera y
de la fertilización de la tierra para obtener buenas cosechas", comentó
Mauricio Díaz Montalvo, director general del Cultur Yucatán.
A diferencia del año anterior, cuando la nubosidad afectó
casi todo el tiempo en que ocurre el espectáculo; hoy, el fenómeno arqueo-astronómico
se observó en todo momento, ni una sola nube se interpuso para el descenso de
la serpiente emplumada.
La filtración del Sol en cada uno de los nueve basamentos o
niveles con los que cuenta el templo sagrado, produjo la magia maya en la
alfarda norte del edificio.
Esta generosidad de Kinich Ahau (Dios del Sol) fue muy aplaudida
por los miles de asistentes, ante los gritos de ¡México! ¡México! ¡México!, al
que después se sumaron las menciones de otras naciones.
El descenso comenzó alrededor de las 3:45 de la tarde y llegó a su plenitud poco después de las 5. La gente ahí presente esperó hasta el último minuto, hasta la culminación de la combinación de luz y sombra para retirarse satisfecha.
Los aplausos que retumbaron en el Castillo generaron ecos que
se convirtieron en los “cantos de quetzales”, aves sagradas para la
civilización maya, y cuyo plumaje era usado para adornar la indumentaria de los
reyes y sacerdotes.
*Espectáculo milenario*
El milenario espectáculo que sigue y seguirá vigente sin
importar el paso de los siglos, nos hace un recordatorio sobre el profundo
conocimiento que tenían los mayas en arquitectura y en astronomía, y del
“pacto” que tenían con la naturaleza.
*Chichén, Patrimonio de la Humanidad y Una de las 7
maravillas del mundo contemporáneo*
Cabe recordar que, en 1988, la Unesco declaró a Chichén Itzá
como Patrimonio de la Humanidad y casi 20 años después la “New Open World
Corporation”, convocó a una elección global basada en internet que dio como
resultado que el templo de Kukulkán quede, desde el 7 de julio de 2007, como
una de las “Nuevas Siete Maravillas del Mundo Contemporáneo”.