El caso de Enrique Pascual Beltrán Alanis ha encendido las alertas en San Luis Potosí, donde se destapó una nueva denuncia contra un falso médico que operaba en la ciudad. El hombre, de 27 años, se hacía pasar como dermatólogo en la Clínica Koslov Derma, un establecimiento que se encontraba en un domicilio particular en la colonia Puente del Carmen, en Ríoverde, una localidad con una comunidad pequeña pero creciente. Aunque su fachada parecía profesional y confiable, su falta de una formación académica legítima y la inexistencia de registros oficiales han puesto en evidencia el peligro que representan los falsos médicos para la salud pública.
Este caso no es aislado, ya que ha habido varios episodios similares en el país, como el de Marilyn Cote en Puebla, una falsa psiquiatra que logró engañar a pacientes durante años. La creciente preocupación radica en cómo estos individuos, con carisma y astucia, son capaces de ganarse la confianza de sus pacientes, poniendo en riesgo su bienestar.
¿Quién es Enrique Pascual Beltrán Alanis?
Según la información que circula en redes sociales y que fue recogida por diversos medios, Enrique Pascual Beltrán Alanis aseguraba haber estudiado medicina en la Universidad del Valle de México (UVM) y haber cursado estudios adicionales en Estados Unidos. Sin embargo, un simple chequeo en el Registro Nacional de Profesiones dejó al descubierto una verdad incómoda: no existe ningún registro que lo valide como médico, lo que levanta serias sospechas sobre su verdadera formación y capacidad profesional.
El perfil de Enrique Pascual parecía creíble para muchos, sobre todo debido a su carisma y conocimientos que algunos consideraban “autodidactas”, pues había logrado impresionarlos con su aparente comprensión de temas médicos. Sin embargo, estas cualidades no son suficientes para ejercer legalmente la medicina, especialmente cuando se trata de la salud de personas que confían en el profesionalismo de quienes los atienden.
Las cédulas falsas: el fraude detrás de la clínica
Una de las pruebas más claras del fraude cometido por Pascual Beltrán Alanis son las cédulas profesionales que utilizaba en sus recetas médicas. Según investigaciones preliminares, las tres cédulas que aparecen en los documentos expedidos por él no son válidas. Los números que figuran en las recetas son los siguientes:
Cédula 170003716: No tiene ningún registro oficial en el sistema del Registro Nacional de Profesiones.
Cédula 2314904: Este número pertenece a un licenciado en contaduría pública, no a un médico, y data de 1996.
Cédula 030836: Esta cédula presenta inconsistencias, ya que no tiene los números suficientes para validarla.
Estas discrepancias en las cédulas son un claro indicio de su falsedad, y evidencian la suplantación de identidad que se llevó a cabo para hacer creer a las personas que estaban siendo atendidas por un profesional debidamente capacitado.
La defensa del “carisma” frente a la legalidad
A pesar de las pruebas en su contra, algunos defensores de Enrique Pascual han salido a su favor, argumentando que su talento y conocimientos autodidactas lo hacían apto para ejercer la medicina. Estos defensores destacan su “carisma” y su inteligencia desde una edad temprana, lo que lo hacía parecer un “prodigio académico”. Sin embargo, esta postura resulta peligrosa, pues pone en duda la importancia de la formación profesional y el registro oficial para ejercer como médico. La salud de las personas no debe depender de la simpatía o la destreza personal de alguien, sino de la legitimidad de su formación y la capacidad para ofrecer atención médica adecuada.
La falta de acción oficial
A pesar de que el caso ha generado un gran revuelo en redes sociales y ha llamado la atención de la comunidad, la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) y los Servicios de Salud de San Luis Potosí aún no han emitido un posicionamiento oficial sobre este fraude. Esta falta de respuesta oficial genera incertidumbre en la población, que exige una mayor vigilancia para evitar que otros casos similares se repitan.
Un antecedente político
Cabe señalar que Enrique Pascual no es un desconocido en la política de San Luis Potosí. En 2012, se registró ante el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana con la intención de postularse como diputado local por el Décimo Distrito Electoral. Sin embargo, no logró obtener los votos necesarios para ser electo, lo que sugiere que su interés por ocupar un cargo público no se concretó en su momento, pero su nombre ya había circulado en el ámbito político.
Este antecedente podría ser relevante, pues demuestra que Pascual no es ajeno a las aspiraciones de poder, lo que puede agregar un matiz de intriga sobre sus motivaciones detrás del falso ejercicio de la medicina.
La denuncia de Enrique Pascual Beltrán Alanis resalta la necesidad de un control más riguroso en el ejercicio de profesiones como la medicina. Es fundamental que las autoridades y las instituciones responsables de regular estas profesiones se aseguren de que los médicos cuenten con la formación adecuada y con los registros pertinentes. Asimismo, los pacientes deben ser más conscientes de la importancia de verificar la legitimidad de los profesionales de la salud que los atienden, para evitar caer en fraudes que puedan comprometer su bienestar.