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Cuando el cigarro se apaga, la exposición al humo que no es inhalado ni por el fumador activo ni por el pasivo es preocupante, pues las moléculas producidas por la combustión del tabaco permanecen en el ambiente durante mucho tiempo con consecuencias nocivas para la salud, alertó un experto en toxicología.
Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, que se celebra el 31 de mayo de cada año, el investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) de México, Arnulfo Albores Medina, afirma en una entrevista con Xinhua que este fenómeno ocurre cuando uno entra en una habitación donde estuvo previamente un fumador como en restaurantes y oficinas, así como diversos sitios públicos.
De acuerdo con el experto, el humo que queda en los objetos atraviesa la piel y se incorpora a la circulación sanguínea, porque la dermis permite el paso de compuestos lipídicos.
"El humo del tabaco es una mezcla compleja que contiene alrededor de 7.000 productos químicos, entre ellos el cadmio, arsénico, benceno, tolueno y hidrocarburos aromáticos policíclicos", menciona el científico.
Este año, la celebración se centra en las repercusiones del consumo de tabaco en la salud cardiovascular de las personas en todo el mundo. Muchos de los componentes del cigarro, prosigue Albores Medina, son clasificados como carcinógenos.
"Una de las consecuencias de inhalar estas partículas nocivas en los niños, por ejemplo, es que estos absorberán la nicotina a través de la piel y se habitúan a ella, con lo que en unos años pueden ser futuros consumidores de tabaco", puntualiza.
Hay moléculas que tienen cierta reactividad, explica Albores y otras forman parte del organismo, y no van necesariamente a causar algún problema; sin embargo, altas concentraciones de otros tóxicos y sus mezclas, sí que nos pueden dañar.
Muchos de los afectados, continúa el experto, solo requieren que unas pocas moléculas entren al organismo para que alteren a una célula y, si esta no puede controlarla, causa un daño tal que, con el paso de tiempo, el individuo corre el riesgo de desarrollar una enfermedad grave.
"El arsénico que contiene el humo del cigarro genera cáncer de piel, pero pueden pasar hasta 20 ó 30 años para que se manifieste", advierte Albores.
Asimismo, aclara que no todos los compuestos presentes en el humo de tabaco generan efectos similares, ni al mismo tiempo, pues cada uno afecta el organismo de acuerdo con sus características y a las particularidades de los individuos expuestos; por ejemplo, género, estado de salud, nutrición, etc.
En México, al menos 10 por ciento del presupuesto en salud se destina al control de enfermedades provocadas por el humo del tabaco como: enfisema, problemas circulatorios, renales, reproductivos y pulmonares, y diferentes tipos de cáncer, en el que destaca el de pulmón.
"El tabaquismo es un padecimiento social que representa una prioridad nacional en problemas de salud en México", reitera el experto del Cinvestav.
Para el país, refiere el especialista en Toxicología, es un costo muy alto tanto directamente como por la disminución en la productividad de los enfermos; por ello, considera necesario diseñar estrategias cada día más efectivas para disminuir el consumo de este producto.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la epidemia mundial de tabaco causa cada año más de siete millones de defunciones, casi 900.000 de las cuales corresponden a personas no fumadoras que respiran humo de tabaco ajeno.
Cerca del 80 por ciento de los más de 1.000 millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos medios y bajos, que son los que soportan la mayor carga de enfermedad relacionada con este producto, según el organismo internacional.
A pesar de que se conocen bien los daños para la salud cardíaca que provoca el tabaco y de la disponibilidad de soluciones para reducir la morbimortalidad que ocasiona, amplios sectores de la población desconocen que es una de las principales causas de las enfermedades cardiovasculares.
El Día Mundial Sin Tabaco 2018 coincide con una serie de iniciativas y oportunidades mundiales para reducir la epidemia del tabaquismo y sus repercusiones en la salud pública, que son, principalmente, un gran número de muertes y mucho sufrimiento de millones de personas en todo el mundo.
Cuando el cigarro se apaga, la exposición al humo que no es inhalado ni por el fumador activo ni por el pasivo es preocupante, pues las moléculas producidas por la combustión del tabaco permanecen en el ambiente durante mucho tiempo con consecuencias nocivas para la salud, alertó un experto en toxicología.
Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, que se celebra el 31 de mayo de cada año, el investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) de México, Arnulfo Albores Medina, afirma en una entrevista con Xinhua que este fenómeno ocurre cuando uno entra en una habitación donde estuvo previamente un fumador como en restaurantes y oficinas, así como diversos sitios públicos.
De acuerdo con el experto, el humo que queda en los objetos atraviesa la piel y se incorpora a la circulación sanguínea, porque la dermis permite el paso de compuestos lipídicos.
"El humo del tabaco es una mezcla compleja que contiene alrededor de 7.000 productos químicos, entre ellos el cadmio, arsénico, benceno, tolueno y hidrocarburos aromáticos policíclicos", menciona el científico.
Este año, la celebración se centra en las repercusiones del consumo de tabaco en la salud cardiovascular de las personas en todo el mundo. Muchos de los componentes del cigarro, prosigue Albores Medina, son clasificados como carcinógenos.
"Una de las consecuencias de inhalar estas partículas nocivas en los niños, por ejemplo, es que estos absorberán la nicotina a través de la piel y se habitúan a ella, con lo que en unos años pueden ser futuros consumidores de tabaco", puntualiza.
Hay moléculas que tienen cierta reactividad, explica Albores y otras forman parte del organismo, y no van necesariamente a causar algún problema; sin embargo, altas concentraciones de otros tóxicos y sus mezclas, sí que nos pueden dañar.
Muchos de los afectados, continúa el experto, solo requieren que unas pocas moléculas entren al organismo para que alteren a una célula y, si esta no puede controlarla, causa un daño tal que, con el paso de tiempo, el individuo corre el riesgo de desarrollar una enfermedad grave.
"El arsénico que contiene el humo del cigarro genera cáncer de piel, pero pueden pasar hasta 20 ó 30 años para que se manifieste", advierte Albores.
Asimismo, aclara que no todos los compuestos presentes en el humo de tabaco generan efectos similares, ni al mismo tiempo, pues cada uno afecta el organismo de acuerdo con sus características y a las particularidades de los individuos expuestos; por ejemplo, género, estado de salud, nutrición, etc.
En México, al menos 10 por ciento del presupuesto en salud se destina al control de enfermedades provocadas por el humo del tabaco como: enfisema, problemas circulatorios, renales, reproductivos y pulmonares, y diferentes tipos de cáncer, en el que destaca el de pulmón.
"El tabaquismo es un padecimiento social que representa una prioridad nacional en problemas de salud en México", reitera el experto del Cinvestav.
Para el país, refiere el especialista en Toxicología, es un costo muy alto tanto directamente como por la disminución en la productividad de los enfermos; por ello, considera necesario diseñar estrategias cada día más efectivas para disminuir el consumo de este producto.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la epidemia mundial de tabaco causa cada año más de siete millones de defunciones, casi 900.000 de las cuales corresponden a personas no fumadoras que respiran humo de tabaco ajeno.
Cerca del 80 por ciento de los más de 1.000 millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos medios y bajos, que son los que soportan la mayor carga de enfermedad relacionada con este producto, según el organismo internacional.
A pesar de que se conocen bien los daños para la salud cardíaca que provoca el tabaco y de la disponibilidad de soluciones para reducir la morbimortalidad que ocasiona, amplios sectores de la población desconocen que es una de las principales causas de las enfermedades cardiovasculares.
El Día Mundial Sin Tabaco 2018 coincide con una serie de iniciativas y oportunidades mundiales para reducir la epidemia del tabaquismo y sus repercusiones en la salud pública, que son, principalmente, un gran número de muertes y mucho sufrimiento de millones de personas en todo el mundo.