Quizá por ello se dice contento y emocionado de que la OSY presente por primera vez las nueve sinfonías de alemán en una sola temporada, como ya lo han hecho otras orquestas del mundo.
La considera una gran oportunidad que la gente no se debe perder, incluso aquéllos que nunca han ido a un concierto de la OSY.
“Beethoven es una gran oportunidad para iniciarse en la música, sus sinfonías son perfectas para la gente que nunca ha escuchado una porque son muy dinámicas, muy contrastantes, no son aburridas y son hermosas; obviamente la novena es una de las más cautivadoras pero también requiere un poco más de esfuerzo porque es un poco más larga, pero todas las demás son presentables para alguien que nunca ha asistido a un concierto”.
No es la primera vez que la OSY interpreta las nueve sinfonías, “pero nunca las había tocado en un ciclo completo”, dice el maestro, quien considera a Beethoven como el Goya de la música.
“La transformación de Goya de sus primeros cuadros a los últimos me recuerda a las últimas obras de Beethoven, que, por cierto, no fueron sus sinfonías sino música de cámara”, recuerda.
Entrevistado en el Club Campestre, donde mañana viernes se ofrecerá el primer concierto de este ciclo, el maestro Lomónaco, que se inició en la música a la edad de seis años, hace énfasis en que interpretar las sinfonías del Sordo de Bonn es un reto artístico importante.
“Cada programa es un entrenamiento distinto al que estamos acostumbrados; lograr una interpretación clara del estilo de un compositor es el reto, además de que las nueve sinfonías son muy conocidas por muchas interpretaciones en todo el mundo, por lo que una buena ejecución requiere de mucha preparación”.
Un ícono mundial
En el caso de la novena, Juan Carlos Lomónaco señala que se ha vuelto un ícono mundial, sobre todo por su cuarto movimiento. “Es la más ambiciosa, la más larga (dura 74 minutos); es cansada, el primer movimiento es largo, el segundo es extraordinario, el tercero es delicado y el cuarto es verdaderamente una obra maestra muy larga y compleja. La más compleja (de las sinfonías) es la novena”.
Admite que la quinta igualmente es bastante difícil, “la cuarta es muy virtuosa; la segunda es un reto porque la hemos hecho menos; ‘La heroica’ es muy larga; ‘La pastoral’ es delicada… no hay sencilla”, concluye.
También dice que la primera le parece hermosa, la segunda le inspira por su segundo movimiento, “La heroica” es de sus favoritas y la séptima contiene “una energía desbordante”.
El maestro reconoce que otro reto será la acústica. En el caso del Daniel Ayala, anticipa que será seca “porque ese teatro tiene materiales que absorben; el contraste se verá en el Club Campestre que tiene un fuerte rebote, como si fuese una iglesia”.
El director, para quien la música es como una religión y el motor más importante de su vida, reconoce que es complicado decir quién sería el Beethoven actual, porque “el arte, y la música en particular, va vinculado a vender y promocionar, con lo que se empieza a desvirtuar la figura del artista”.
“Encontrar una figura mítica como Beethoven es complicado”.— Iván Canul Ek
Ciclo Detalles
La OSY interpretará a partir de esta semana las nueve sinfonías de Beethoven.
Solistas
En el programa de la novena, la orquesta contará con la participación de cuatro solistas (soprano, mezzosoprano, tenor y barítono) y un coro dirigido por la maestra María Eugenia Guerrero.
Cierre temporal
La idea del ciclo de Beethoven tuvo que ver con el cierre temporal del Peón Contreras. “Eso nos puso en la disyuntiva de buscar nuevos espacios, lo que a fin de cuentas es una gran oportunidad para acercarnos a otro tipo de gente”, indica el maestro Juan Carlos Lomónaco. Y es que, además del Club Campestre, la OSY también tendrá funciones en el teatro Daniel Ayala Pérez.
Para unificar
Y para unificar la temporada, que tendrá lugar en dos sitios completamente diferentes, se eligió el ciclo Beethoven. “Esto le da oportunidad al público de escuchar las sinfonías en una sola temporada y a la orquesta, de entrenarse y mantenerse en forma en diferentes escenarios”.