El profesor de Nutrición Humana y Bromatología de la Facultad de Medicina de Reus, Universidad Rovira i Virgili, España, destacó que la población con diabetes está en aumento en los países desarrollados.
Sin embargo, abundó que la diabetes tiene mayor incidencia en mercados emergentes que incluyen a México, debido a que está directamente asociada con la obesidad que es un fuerte problema entre los mexicanos.
Lo anterior, genera que se lleven a cabo iniciativas que involucren a los sectores de la población y se apliquen medidas positivas para la salud pública como la aplicación de impuestos a alimentos que favorecen tanto la obesidad como la diabetes como sucedió con las bebidas endulzadas.
Al participar en la Cuarta Cumbre Mundial YINI “Yoghurt y Diabetes Mellitus tipo 2: De la evidencia a la práctica clínica”, organizado por Instituto Danone, en San Diego, California, el académico indicó que en el mundo hay alrededor de 390 millones de personas con diabetes.
A su vez, estimó que para 2030 esa cantidad llegue a 600 millones, básicamente por el aumento en la obesidad.
“En México podría ser mayor (ese crecimiento, incluso más del doble) porque la prevalencia de obesidad está muy alta, es uno de los países que tiene más problema y va creciendo; en México aún no hemos visto que esto haya tocado fondo, entonces esperamos que la diabetes aumente en los próximos años enormemente, a no ser que se hagan múltiples estrategias para poder frenar esta enfermedad”, dijo.
En el evento realizado en el marco del Experimental Biology 2016, dijo que “estamos en alerta roja en este momento” porque además, los costos económicos de esta enfermedad son muy altos.
Por un lado, añadió que los costos de la obesidad se equiparan a los de fumar, mientras que la diabetes representa 5.0 por ciento de las muertes totales en el mundo.
Sin embargo, explicó que el problema no está en la mortalidad sino en la calidad de vida, debido a que se asocia a otros padecimientos como problemas cardiovasculares, ceguera, amputaciones tempranas e infecciones frecuentes, entre otros.
Por lo anterior, consideró que las estrategias deben incluir a todos los actores de la población, desde el gobierno, como a la iniciativa privada sobre todo de la industria alimentaria, así como de las universidades y las propias familias, pues hasta ahora las iniciativas sólo se enfocan en aspectos aislados.
“No es posible frenar el problema de la obesidad o de la diabetes hasta que no se involucre a todo el mundo, porque la industria alimentaria se involucra pero poco”, dijo al proponer la aplicación de impuestos a productos que contribuyen a la obesidad, así como a la diabetes; es decir, medidas como el gravamen a las bebidas a las bebidas azucaradas, pero aplicarlo en otros productos como la carne.
“Hay aspectos que se necesitan explorar pero que son mucho más efectivos desde el punto de salud pública como poner tasas impositivas en aquellos alimentos donde se excede el consumo y utilizar estas tasas para reducir el precio de alimentos que sabemos que son buenos y mejoran el riesgo”, opinó.
También se requieren iniciativas como la promoción la actividad física en escuelas y centros de trabajo, así como incentivar una dieta más sana con base en vegetales y granos, aunque reconoció que la diabetes tiene una mayor prevalencia en la gente desfavorecida, a quien le cuesta más trabajo seguir estas medidas, puntualizó.
