Al hablar de la propuesta de cerrar parcialmente el Centro Histórico que realizó anteayer Eduardo Batllori Sampedro, titular de la Seduma, Jorge Escalante Bolio, presidente del Consejo Empresarial Turístico (Cetur), indicó que otro sitio abandonado en ese sector es el parque de Santa Lucía, que también perdió parte de sus jardines y carece de flores.
En sus arriates están visibles las enormes cajas de la red eléctrica de la zona, y se mantienen ahí las gradas metálicas despintadas y feas utilizadas por el público que acude a las serenatas que se realizan ahí los jueves. El escenario también necesita mejoras, y los bustos de los músicos homenajeados merecen mejor presentación y distribución.
En el Centro Cultural Olimpo hay enormes maceteros que ya perdieron sus plantas o estas se hallan en deplorable condición.
—Parece que los meridanos estamos peleados con las plantas y las flores —manifestó Escalante Bolio—. En la Plaza Grande se perdió el romanticismo como consecuencia de la mala imagen.
Consideró que no se requiere mucho esfuerzo e inversión para devolver vida a los jardines de la zona y poner flores en las calles.
Por ejemplo, mencionó el caso del parque Disney World, en Florida, donde cuelgan de los postes de alumbrado macetas con vicarias, una planta que en Yucatán abunda y crece con facilidad por todas partes.
Escalante Bolio fue entrevistado sobre el planteamiento de la Secretaría de Desarrollo y Medio Ambiente (Seduma) de cerrar el Centro Histórico al paso de vehículos para disminuir la contaminación en esa zona. Su titular, Eduardo Batllori, comentó que la gente que hace fila esperando el transporte urbano respira el dióxido de carbono y hollín que lanzan los autobuses y demás automotores que circulan en ese punto.
—El cierre de calles en el Centro Histórico es una demanda que presentó hace muchos años un sector de los empresarios turísticos —recordó—. No todos los turisteros apoyaron esa propuesta, pero sí la gran parte.
—En aquella ocasión se opuso cierta parte de los comerciantes de la zona que argumentaron que bajarían sus ventas porque se reduciría el movimiento de personas en las calles.
Está demostrado que esto último no ocurre. Hay varias ciudades del país, como Tlaquepaque y Monterrey, que convirtieron calles en pasos exclusivos para peatones y con ello dieron más vida a esas arterias y se desarrolló el comercio en general, no sólo las negociaciones del ramo turístico.
—La razón de lo anterior es que el cierre de calles contribuye a embellecer los lugares que se vuelven peatonales. En ellos se embellecen las fachadas, se colocan macetas con plantas y flores y aumenta la seguridad para quienes caminan. En Europa hay muchas ciudades que hace tiempo aplicaron esta medida.
Como se sabe, hoy día parte de las calles del centro de la ciudad se cierran en las noches de jueves a domingo. Los restauranteros de esas arterias ponen mesas y sillas en la vía pública y contratan a músicos y cantantes que aumentan el atractivo hacia los meridanos y turistas que quieren disfrutar de la ciudad en esas horas. En esos días también se instalan ahí artistas, artesanos y otras personas más que ofrecen productos.
Además, hace mucho que fueron convertidas en pasos peatonales la Primera y Segunda Calle Nuevas. La primera de ellas se llama ahora Pasaje Emilio Seijo.
Escalante Bolio manifestó que junto con el cierre de calles será necesaria una estrategia vial y aumentar la oferta de estacionamientos. Parte de estos serían para autobuses del servicio público, los cuales dejarían sus paraderos en las arterias que se volvería peatonales. Consideró que se puede rescatar predios abandonados con espacios interiores que pueden servir como estaciones que ofrezcan a los usuarios sombra, sanitarios y otras comodidades.
En sus arriates están visibles las enormes cajas de la red eléctrica de la zona, y se mantienen ahí las gradas metálicas despintadas y feas utilizadas por el público que acude a las serenatas que se realizan ahí los jueves. El escenario también necesita mejoras, y los bustos de los músicos homenajeados merecen mejor presentación y distribución.
En el Centro Cultural Olimpo hay enormes maceteros que ya perdieron sus plantas o estas se hallan en deplorable condición.
—Parece que los meridanos estamos peleados con las plantas y las flores —manifestó Escalante Bolio—. En la Plaza Grande se perdió el romanticismo como consecuencia de la mala imagen.
Consideró que no se requiere mucho esfuerzo e inversión para devolver vida a los jardines de la zona y poner flores en las calles.
Por ejemplo, mencionó el caso del parque Disney World, en Florida, donde cuelgan de los postes de alumbrado macetas con vicarias, una planta que en Yucatán abunda y crece con facilidad por todas partes.
Escalante Bolio fue entrevistado sobre el planteamiento de la Secretaría de Desarrollo y Medio Ambiente (Seduma) de cerrar el Centro Histórico al paso de vehículos para disminuir la contaminación en esa zona. Su titular, Eduardo Batllori, comentó que la gente que hace fila esperando el transporte urbano respira el dióxido de carbono y hollín que lanzan los autobuses y demás automotores que circulan en ese punto.
—El cierre de calles en el Centro Histórico es una demanda que presentó hace muchos años un sector de los empresarios turísticos —recordó—. No todos los turisteros apoyaron esa propuesta, pero sí la gran parte.
—En aquella ocasión se opuso cierta parte de los comerciantes de la zona que argumentaron que bajarían sus ventas porque se reduciría el movimiento de personas en las calles.
Está demostrado que esto último no ocurre. Hay varias ciudades del país, como Tlaquepaque y Monterrey, que convirtieron calles en pasos exclusivos para peatones y con ello dieron más vida a esas arterias y se desarrolló el comercio en general, no sólo las negociaciones del ramo turístico.
—La razón de lo anterior es que el cierre de calles contribuye a embellecer los lugares que se vuelven peatonales. En ellos se embellecen las fachadas, se colocan macetas con plantas y flores y aumenta la seguridad para quienes caminan. En Europa hay muchas ciudades que hace tiempo aplicaron esta medida.
Como se sabe, hoy día parte de las calles del centro de la ciudad se cierran en las noches de jueves a domingo. Los restauranteros de esas arterias ponen mesas y sillas en la vía pública y contratan a músicos y cantantes que aumentan el atractivo hacia los meridanos y turistas que quieren disfrutar de la ciudad en esas horas. En esos días también se instalan ahí artistas, artesanos y otras personas más que ofrecen productos.
Además, hace mucho que fueron convertidas en pasos peatonales la Primera y Segunda Calle Nuevas. La primera de ellas se llama ahora Pasaje Emilio Seijo.
Escalante Bolio manifestó que junto con el cierre de calles será necesaria una estrategia vial y aumentar la oferta de estacionamientos. Parte de estos serían para autobuses del servicio público, los cuales dejarían sus paraderos en las arterias que se volvería peatonales. Consideró que se puede rescatar predios abandonados con espacios interiores que pueden servir como estaciones que ofrezcan a los usuarios sombra, sanitarios y otras comodidades.