Pasajeros del crucero “Liberty” inyectaron vida al malecón con su presencia, pero sin dejar mucha derrama económica, comentaron los dueños de negocios locales y prestadores de servicios turísticos.
Cerca del 40 por ciento del turismo proveniente del crucero que arribó ayer en la mañana a las costas de Progreso, decidió quedarse en la comunidad a disfrutar del mar, generando un buen ambiente en el malecón al aprovechar las bondades que ofreció el clima, con una muy agradable brisa bajo el caluroso sol de primavera, permitiéndole a los visitantes del país del norte bañarse en el mar y tomar el sol.
Desafortunadamente la buena afluencia de gente no significó beneficios para los negocios locales, pues los encargados de éstos manifestaron tener un día flojo, con pocas ventas, las cuales al final del día no levantaron en ningún sector, puesto que los paseantes luego de consumir un par de bebidas cerraban sus cuentas, teniendo más o menos la misma actitud en otros giros comerciales.
Alrededor de las 14:00 horas el turismo comenzó a retornar al barco, dejando entre los prestadores de servicios un amargo sabor de boca, al notar las bajas ganancias que ofreció la jornada.
Cerca del 40 por ciento del turismo proveniente del crucero que arribó ayer en la mañana a las costas de Progreso, decidió quedarse en la comunidad a disfrutar del mar, generando un buen ambiente en el malecón al aprovechar las bondades que ofreció el clima, con una muy agradable brisa bajo el caluroso sol de primavera, permitiéndole a los visitantes del país del norte bañarse en el mar y tomar el sol.
Desafortunadamente la buena afluencia de gente no significó beneficios para los negocios locales, pues los encargados de éstos manifestaron tener un día flojo, con pocas ventas, las cuales al final del día no levantaron en ningún sector, puesto que los paseantes luego de consumir un par de bebidas cerraban sus cuentas, teniendo más o menos la misma actitud en otros giros comerciales.
Alrededor de las 14:00 horas el turismo comenzó a retornar al barco, dejando entre los prestadores de servicios un amargo sabor de boca, al notar las bajas ganancias que ofreció la jornada.