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Rumbo a las elecciones de 2024 , tres de las “corcholatas” del presidente Andrés Manuel López Obrador aventajan en la carrera presidencial: Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores; Claudia Sheinbuam, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y Adán Augusto López, secretario de Gobernación, éste último si bien no es que se identifica como “el favorito”, es quien más oportunidades tiene de crecer, pues ser encargado de la política interior le permitirá “placearse” por todo el país, además de que pertenece al círculo más cercano y de más confianza del actual mandatario.
La llegada de Adán Augusto al gabinete se dio prácticamente a la mitad de la administración de López Obrador y meses después a las encuestas que miden las preferencias rumbo a 2024. En prácticamente empate técnico se encuentran Ebrard y Sheinbaum con 34 y 33%, respectivamente , mientras que López Hernández se ubica apenas con 4 puntos porcentuales, sin embargo es el exgobernador de Tabasco quien tiene mucho por crecer.
“Él se sabe el no favorito, sabe que tiene que estar por si acaso porque el riesgo de que se caiga la favorita, Sheinbaum, es alto. Entonces si se cae la favorita, se activa el Plan B y él puede ser el Plan B: cercano al presidente, secretario de Gobernación, y tiene una gran posibilidad de crecer porque está en una posición de que puede viajar todos los días dónde quiera, puede resolver asuntos en los estados y puede ir creciendo”, explica Roy Campos, director de Encuesta Mitofsky.
Un aspecto que llamó la atención esta semana y que fue retomado por medios nacionales fue la campaña de promoción de Adán Augusto en Moterrey. Un camión promocional circuló con su imagen en una foto en la que aparece levantando los brazos con el presidente López Obrador y la frase "#AdánVa, transformación Nuevo León".
En la historia de México hay varios secretarios de Gobernación que dieron el salto a una candidatura por la Presidencia de la República, y algunos de ellos la consiguieron: Gustavo Díaz Ordaz (PRI), Luis Echeverría (PRI), Francisco Labastida (PRI) y Santiago Creel Miranda (PAN).
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Juan Pablo Navarrete, investigador de la Universidad de la Ciénega de Michoacán, explica que no debe sorprender que un presidente tenga un “favorito”, sin embargo, aclara que ello no garantiza obtener la candidatura ni mucho menos ganar la presidencia.
“No nos debe espantar que el presidente tenga un preferido, el asunto es que los últimos tres sexenios, dos de los preferidos no han obtenido la candidatura y uno perdió la elección. El preferido de Fox era Santiago Creel, la candidatura se la quedó Calderón. El preferido de Calderón era Ernesto Cordero, la nominación la obtuvo Josefina Vázquez Mota, y con Peña Nieto, la candidatura la quería Miguel Ángel Osorio Chong, pero la obtuvo José Antonio Meade, pero perdió la elección. El apoyo del presidente no es definitivo para obtener la candidatura o para ganar”, señala.
Hace prácticamente un año el presidente López Obrador “destapó” a su posible sucesor. Enlistó a Claudia Sheinbaum y a Marcelo Ebrard, además de Tatiana Clouthier, secretaria de Economía; Rocío Nahle, titular de Energía, a Esteban Moctezuma, embajador de México en Estados Unidos, y a Juan Ramón de la Fuente, representante de México ante la Organización de las Naciones Unidas. Sin embargo, de su tierra natal pronto saldría una “corcholata más”: Adán Augusto López, quien llegó a la Secretaría de Gobernación tras la salida de Olga Sánchez Cordero.
Desde antes de incorporarse al gobierno, el abogado de profesión recibió halagos en su tierra y la del presidente López Obrador. En julio de 2021, en una visita por el estado se le preguntó al mandatario federal si incorporaría a su gabinete a Adán Augusto López, a lo que respondió que sí pero que dependía del entonces gobernador y lo calificó de “trabajador, responsable, honesto, leal, tiene convicciones".
Semanas después llegó su nombramiento y con él la versión de que se sumaría a la carrera por la presidencia de la República, pero él mismo se encargó de rechazarla.
“Yo no sudo calenturas ajenas. Ya les comenté que yo tengo un compromiso con el señor presidente, que me invitó a acompañarlo en esta tarea”, dijo en enero pasado.
Días después, fue el propio presidente quien lo “destapó”. Al finalizar un encuentro con diputados de Morena, Partido del Trabajo y Verde Ecologista, consultó a los legisladores: “¿Verdad, díganme si sí o no: verdad que tenemos un buen secretario de Gobernación?", lo que de respuesta obtuvo gritos de sí y que empezaran a corear "¡Presidente, presidente!".
El doctor en Historia por la Universidad Iberoamericana y profesor-investigador del Centro de Investigación y Docencia, José Antonio Crespo, sostiene que Adán Augusto sabe que no es el favorito, por lo que buscará apoyar a la elegida.
“Él debe saber que él no es, aunque mucha gente no lo descarta y dicen que puede ser el caballo negro. Creo que su cálculo es que no va a ganar y que entonces mejor le conviene utilizar su fuerza, su cargo, en beneficio de Claudia Sheinbaum y entonces le tocará algo si gana Claudia, entonces más bien está apostándole a Claudia y no a Marcelo”, explica.
Con un 4% de preferencias, el secretario ya figura en las encuestas que miden las preferencias rumbo a 2024, pero para que un secretario de Gobernación tome notoriedad se requiere que el presidente se lo permita, explica Marco Arellano Toledo, académico de la UNAM.
“Los secretarios de gobernación crecen cuando hay vacíos de poder, cuando el presidente sale menos a la prensa, cuando da menos la cara, pero López Obrador da demasiado la cara como para que un secretario de Gobernación crezca”, destaca.
En las campañas que recién terminaron Adán Augusto se “placeó” por el norte, centro y sur. Le gritaron “¡presidente, presidente!”, sin embargo aún faltan más de 17 meses para que se sepa si convierte o no en el caballo negro, es decir, aquel personaje que hoy no le ven posibilidades de triunfar pero que podría dar la sorpresa.