Noticias de Yucatán
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Cristina Rojas Cruz, directora de Aprendiendo a Vivir Juntos y Red de Discapacidad Unidos por la Integración, se reunió ayer en la tarde con un grupo de padres de familia de niños especiales en el local de una escuela en la calle 81 entre 64 y 64 A, en el centro de la ciudad.
El motivo de la reunión fue para que los padres diseñen estrategias que les permitan dar seguimiento a las demandas que interpusieron en la Prodemefa, Fiscalía General deJusticia del Estado y la Comisión de Derechos Humanos contra la Asociación Enséñame a Caminar por la Vida (Encavi) por el maltrato que recibieron sus hijos por personal de la asociación.
Según dijeron, a una de las menores que padece de autismo la sentaron sobre unas cajas derefrescos y le vendaron los ojos.
A esa asociación acudían 27 niños y ahora sólo van cinco. A los padres les cobraban “cuotas voluntarias” de 2,500 a 3,600 pesos.
Grupo de padres demanda justicia para sus hijos
Uno de los niños le dijo a los padres el maltrato que recibían en el lugar.
“A mi hija la sentaron en las cajas de refrescos y le vendaron los ojos, le dijeron que si no se estaba quieta se iba a caer”, señaló Alfredo Escamilla Borges.
“A mi hijo le ponían unos bichos, me dijo la directora que era una terapia que estaba aplicando, pero mi hijo ya le tiene terror a los animalitos”, expresó otro padre.
“Mi hijo llegaba con moretones y mordidas, pero me decían que era parte de la terapia del maestro que lo atendía. El esposo de la directora me decía que se golpeaba y él solo se hacía daño”, agregó otro de los padres presentes.
Los que pedían recibo les entregaban una factura por “cuota voluntaria”.
Los padres piden apoyo a las autoridades para llegar hasta las últimas consecuencias.- Ernesto Pinzón F.
Padres | Quejas
Los padres expresaron que al principio notaron avances en sus hijos, pero luego todo fue un retroceso.
Pagos
“A mi me dijeron que iba a pagar 3,000 pesos, pero después me que serían 2,500, aparte tenía que llevar su desayuno de mi hijo”, dijo una madre.
“Chucho no”
“La escuela la conocen como Chucho, mi hijo me decía Chucho no, Chucho no, porque ya no quería ir a la escuela”.
