Noticias de Yucatán
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La intención de la Coparmex al poner a la vista de todos los graves efectos de la informalidad en la productividad del país -y por tanto en el ingreso- es llevar el debate sobre el incremento al salario mínimo a la arena de los números, sacarlo del plano electorero en que está metido.
“De lo que tenemos que hablar es de la baja productividad del país, de cómo es culpa de la informalidad y de cómo ésta es consecuencia del mayor problema de nuestra economía: un rígido marco legal que frena el crecimiento”, señala Nicolás Madáhuar Boehm, presidente local del organismo.
Según datos del Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C. (Cidac), si México hubiera aumentado su productividad 5% cada año durante las dos últimas décadas -como lo han hecho otras economías- los mexicanos tendríamos hoy el doble de ingreso. Desafortunadamente, el ritmo de crecimiento ha sido del 0.12% anual.
La discusión sobre el aumento del salario mínimo debe enfocarse en las causas que obstaculizan el crecimiento del país, advierte la Coparmex.- La excesiva regulación, muro infranqueable
“La baja productividad explica por qué el país no crece a un ritmo que permita elevar el ingreso de los mexicanos a los niveles deseados por todos”, interviene Gustavo Cisneros Buenfil, director del Centro para la Competitividad de Yucatán.
Impacto en el ingreso
“Como sostiene un estudio de la consultora McKinsey, México tiene una economía que se mueve en dos velocidades: la de las empresas grandes (de más de 500 trabajadores) y la del resto de negocios. Una economía dinámica y otra que está estancada”, apunta Cisneros.
De claroscuros
La productividad de las empresas grandes y modernas se ha elevado un 5.8% anual, pero la de las pequeñas y medianas se ha desplomado 6.5%. “Este dato es impresionante: en 1999 las Pymes tenían el 28% de la productividad de las grandes, en 2009 era de sólo el 8%. Es decir, un negocio pequeño necesita contratar 12 empleados por cada trabajador de una empresa grande para producir lo mismo. Obviamente esto se refleja en el sueldo”.
Otro apunte interesante: la mayor parte del crecimiento del empleo (62%) se ha dado en empresas con tasas negativas en el valor agregado.
“Estamos generando ineficiencias, estamos siendo cada vez más improductivos, estamos metiendo más gente al negocio, pero obtenemos menos producción”, comenta el director del CCY.
La situación es más grave de lo que uno se podría imaginar: los negocios con 50 o menos trabajadores tienen un nulo valor agregado por persona. “Sobreviven, no generan nada para el país. Y el 95% de las empresas mexicanas cae dentro de este rango”, agrega.
El mayor de los obstáculos para elevar la productividad es el marco regulatorio, dice Madáhuar Boehm.
“Es indispensable eliminar las barreras que ocasionan que las empresas se mantengan pequeñas e informales, las autoridades tienen que promover el espíritu empresarial”.
Amarres y trabas
“Volvemos al tema de siempre. Seguimos discutiendo los problemas como resultantes y no buscamos las causas de esas resultantes. Las barreras impuestas por el mismo gobierno son las verdaderas causas de por qué la productividad está tan baja y, por ende, el salario”, añade.
“Y esto lo padecemos todos los días. Desde cobrar un cheque rebotado -algo punto menos que imposible en este país, cuando está tipificado como fraude en cualquier economía moderna- hasta contratar o despedir a un trabajador, que debería ser un proceso ágil. En México hay una serie de amarres legales y trabas que no permiten tener un mercado eficiente”.
Pagar los platos rotos
Por si fuera poco, el gobierno le pasa el problema de la fiscalización a las empresas, que necesitan tener un empleado para atender los temas laborales, otro para el IMSS, uno más si tiene que ver con Profepa.
“Todos trabajan realmente para el gobierno. la empresa les paga para cumplir los requisitos de regulación, normatividad y tramitología, pero no hacen nada por la productividad del negocio”, dice el presidente del CCY.
Competencia desleal
Otro tema muy importante es el del financiamiento. Hay un déficit de crédito estimado en 60,000 millones de dólares para las Pymes.
“Es un tema de oferta y demanda. Los gobiernos estatales y municipales consumen la mayor parte del crédito, desplazan a los demás jugadores. Los bancos no tienen por qué prestarle a nadie más”, dice Madáhuar, quien destaca otras condiciones indispensables para elevar la productividad del país: la reducción en el costo de la energía eléctrica, mejorar la infraestructura, establecer programas de capacitación laboral y mejorar la seguridad.
Si seguimos con un marco legal que no permite al capital tener certeza y fluidez, si el mercado laboral no es flexible, si las empresas no tienen acceso a financiamiento para adquirir tecnología, si existe un tema de tramitología excesiva, si en la parte fiscal las empresas necesitan un departamento completo para tratar con el Seguro Social, Hacienda, Secretaría del Trabajo, Profeco, si el gobierno no facilita un entorno propicio para que crezca la productividad. no tiene sentido sentarse a discutir nada.
Reglas abusivas
“¿Por qué hay tanta informalidad? Porque el árbitro ha impuesto unas reglas del juego abusivas. Y ese problema debe estar en la esencia de la discusión. El mercado -entendido como empresas, empleados, ciudadanos- le está diciendo al gobierno: con las reglas que tienes no puedo, mejor me voy al lado informal”, comenta el líder de Coparmex.
El tema es cómo en un estado como Yucatán el 65% de la población económicamente activa está en la informalidad. ¿Quiénes están mal? ¿Los trabajadores o quienes ponen las reglas que hacen que ese 65% se vaya a la informalidad?
“El tema está en las reglas, en la estructura económica del país y del Estado, que hace que la mayor parte de la fuerza productiva esté del lado oscuro”, sentencia.
“Se tiene que incluir todo esto en la discusión sobre el salario mínimo o todo terminará reducido a un sí o no que se decidirá en una consulta popular con motivación meramente electoral”.
CONCLUSIÓN
En conclusión, advierte el líder de Coparmex, no es factible incrementar los salarios mínimos por decreto.
“Un marco regulatorio adecuado, una estructura de servicios gubernamentales con calidad y precios internacionales, financiamiento adecuado y el respeto al sistema de derecho serán los detonantes para que el ingreso promedio del trabajador mexicano crezca”.
Para el presidente de la Coparmex en Mérida, Nicolás Madáhuar Boehm, no es factible incrementar los salarios mínimos por decreto.
Según datos del Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C., si México hubiera aumentado su productividad 5% cada año durante las dos últimas décadas los mexicanos tendrían hoy el doble de ingresos.
Clave para mejorar ingresos
“De lo que tenemos que hablar es de la baja productividad del país”, afirmó.