Noticias de Yucatán
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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La casa nacional del priismo no estaba tan llena como en otras ocasiones minutos antes de la unción de Enrique Ochoa. Solo se escuchaban murmullos y uno que otro aplauso y gritos débiles de “unidad” de los delegados a la sesión extraordinaria del Consejo Político Nacional.
Sin embargo, minutos más tarde, al tomar posesión como presidente nacional del PRI ante 541 de 738 consejeros que integran el Consejo, Enrique Ochoa Reza recibió un aplauso tronador cuando defendió a Enrique Peña Nieto como “el principal activo del partido”.
El exdirector de la Comisión Federal de Electricidad tomo posesión como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, en una ceremonia en la que no hubo protestas ni inconformidades y a la que llegaron un buen número de miembros del gabinete, salvo el de Hacienda, Luis Videgaray, a quien se identifica como su principal apoyo político.
Como muestra de unidad y para calentar el ambiente desangelado el jilguero, nombró a los expresidentes del partido que llegaron a la sesión: Fernando Ortiz Arana, José Antonio González Fernández, Adolfo Lugo Verdusco, Humberto Roque Villanueva, Jorge de la Vega, Roberto Madrazo y María de los Ángeles Moreno, quien fue la única que pidió la palabra fuera del orden del día.
Luego de recordar su militancia en el PRI y de señalar que le dolieron los recientes descalabros electorales, manifestó que el partido debe cambiar en sus prácticas para que sea congruente y no asemejarse a proyectos de la derecha y alejarse de la imagen de la corrupción y abuso del poder.
Cuando ya se esperaba una manifestación de inconformidad, dijo que el nuevo aspirante a presidente del PRI goza de buena fama personal y académica, así como de una larga vida priista de años y pidió que votaran a su favor ante el aplauso de los asistentes.
Y así fue, Ochoa Reza, quien hasta hace unos días era un priista casi desconocido, ahora tomó posesión de la dirigencia del PRI como presidente sustituto haciendo una defensa a ultranza del gobierno de Peña Nieto.
En sus primeras palabras, Ochoa Reza hizo un reconocimiento a Manlio Fabio Beltrones quien estuvo ausente en la sesión del Consejo Político Nacional.
Ante un auditorio lleno de simpatizantes de algunos estados acarreados desde temprano, Ochoa dijo que iniciaba una nueva etapa del partido con una mayor cercanía con el gobierno federal.
“No podemos ignorar ni culparnos a nosotros mismos ni eludir responsabilidades”, demandó al asegurar que se abrirán las puertas a la crítica y a la sociedad para analizar los errores y las razones por las cuales perdieron siete de los doce gobiernos en las elecciones pasadas.
Para lograr esto, dijo que será necesario retomar la confianza de la sociedad y de los mismos priistas mismos.
“No cerremos los ojos” pidió ante los asistentes. “Estamos a tiempo de rectificar”, indicó al anunciar una gira nacional para los primeros cien días en los que visitará 32 entidades federativas.
A partir de esa gira, señaló que se hará una propuesta de cambios en el partido para la Asamblea Nacional y una nueva integración del Comité Ejecutivo Nacional.
Fue entonces que Ochoa hizo una defensa de Peña Nieto ante los “panistas nefastos” qué gobernaron el país doce años.
“Enrique Peña Nieto que es el mayor activo del PRI”, manifestó al tiempo que aseguró que en lo que lleva de su gobierno ha creado más de 2 millones de empleos, cuatro veces más que los de Vicente Fox y de Felipe Calderón, la economía ha crecido 2.1 por ciento más que los gobiernos panistas y las tarifas de luz y teléfono han bajado también.
El nuevo líder del PRI sostuvo que también han bajado los niveles de violencia, secuestro y ejecuciones.
“El mayor activo del PRI es Enrique Peña Nieto. El problema es que no hemos comunicado bien, la política de comunicación ha fallado y es un error la distancia del partido y gobierno” sostuvo.
Exhortó a los priistas a dar la batalla y formar una nueva y moderna relación del partido con el gobierno, “donde el gobierno rinda cuentas al partido y el partido sea su defensor”.
Finalmente, dijo que la corrupción es el principal problema para los partidos y que el PRI debe ser garante de la honestidad de los gobernadores y que incluso debe exigir su destitución.
“Tenemos que ser un partido que señale la corrupción de los gobiernos emanados de nuestras filas, que exija su fiscalización e incluso su destitución”, aseguró.
“Hay que Limpiar la casa, pero también en contra de los otros partidos de los que sean gobernadores o exgobernadores. El PRI que debe ir contra de la corrupción pero que también debe defender a los suyos. Es la hora de demostrar que el PRI está de pie.”
Hasta ahí llego el primer discurso de Ochoa Reza en un acto donde nunca hubo actos de inconformidad de la militancia priista y que fue arropado por loa funcionarios del gobierno peñista: David Penchina director del Infonavit; la secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu; Gerardo Ruiz Esparza, de Comunicaciones y Transportes; José Reyes Baeza, del ISSSTE; José Antonio Meade, titular de Desarrollo Social; Aurelio Nuño, de la SEP; Pedro Joaquín Coldwell, de Energía, entre otros.
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La casa nacional del priismo no estaba tan llena como en otras ocasiones minutos antes de la unción de Enrique Ochoa. Solo se escuchaban murmullos y uno que otro aplauso y gritos débiles de “unidad” de los delegados a la sesión extraordinaria del Consejo Político Nacional.
Sin embargo, minutos más tarde, al tomar posesión como presidente nacional del PRI ante 541 de 738 consejeros que integran el Consejo, Enrique Ochoa Reza recibió un aplauso tronador cuando defendió a Enrique Peña Nieto como “el principal activo del partido”.
El exdirector de la Comisión Federal de Electricidad tomo posesión como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, en una ceremonia en la que no hubo protestas ni inconformidades y a la que llegaron un buen número de miembros del gabinete, salvo el de Hacienda, Luis Videgaray, a quien se identifica como su principal apoyo político.
Como muestra de unidad y para calentar el ambiente desangelado el jilguero, nombró a los expresidentes del partido que llegaron a la sesión: Fernando Ortiz Arana, José Antonio González Fernández, Adolfo Lugo Verdusco, Humberto Roque Villanueva, Jorge de la Vega, Roberto Madrazo y María de los Ángeles Moreno, quien fue la única que pidió la palabra fuera del orden del día.
Luego de recordar su militancia en el PRI y de señalar que le dolieron los recientes descalabros electorales, manifestó que el partido debe cambiar en sus prácticas para que sea congruente y no asemejarse a proyectos de la derecha y alejarse de la imagen de la corrupción y abuso del poder.
Cuando ya se esperaba una manifestación de inconformidad, dijo que el nuevo aspirante a presidente del PRI goza de buena fama personal y académica, así como de una larga vida priista de años y pidió que votaran a su favor ante el aplauso de los asistentes.
Y así fue, Ochoa Reza, quien hasta hace unos días era un priista casi desconocido, ahora tomó posesión de la dirigencia del PRI como presidente sustituto haciendo una defensa a ultranza del gobierno de Peña Nieto.
En sus primeras palabras, Ochoa Reza hizo un reconocimiento a Manlio Fabio Beltrones quien estuvo ausente en la sesión del Consejo Político Nacional.
Ante un auditorio lleno de simpatizantes de algunos estados acarreados desde temprano, Ochoa dijo que iniciaba una nueva etapa del partido con una mayor cercanía con el gobierno federal.
“No podemos ignorar ni culparnos a nosotros mismos ni eludir responsabilidades”, demandó al asegurar que se abrirán las puertas a la crítica y a la sociedad para analizar los errores y las razones por las cuales perdieron siete de los doce gobiernos en las elecciones pasadas.
Para lograr esto, dijo que será necesario retomar la confianza de la sociedad y de los mismos priistas mismos.
“No cerremos los ojos” pidió ante los asistentes. “Estamos a tiempo de rectificar”, indicó al anunciar una gira nacional para los primeros cien días en los que visitará 32 entidades federativas.
A partir de esa gira, señaló que se hará una propuesta de cambios en el partido para la Asamblea Nacional y una nueva integración del Comité Ejecutivo Nacional.
Fue entonces que Ochoa hizo una defensa de Peña Nieto ante los “panistas nefastos” qué gobernaron el país doce años.
“Enrique Peña Nieto que es el mayor activo del PRI”, manifestó al tiempo que aseguró que en lo que lleva de su gobierno ha creado más de 2 millones de empleos, cuatro veces más que los de Vicente Fox y de Felipe Calderón, la economía ha crecido 2.1 por ciento más que los gobiernos panistas y las tarifas de luz y teléfono han bajado también.
El nuevo líder del PRI sostuvo que también han bajado los niveles de violencia, secuestro y ejecuciones.
“El mayor activo del PRI es Enrique Peña Nieto. El problema es que no hemos comunicado bien, la política de comunicación ha fallado y es un error la distancia del partido y gobierno” sostuvo.
Exhortó a los priistas a dar la batalla y formar una nueva y moderna relación del partido con el gobierno, “donde el gobierno rinda cuentas al partido y el partido sea su defensor”.
Finalmente, dijo que la corrupción es el principal problema para los partidos y que el PRI debe ser garante de la honestidad de los gobernadores y que incluso debe exigir su destitución.
“Tenemos que ser un partido que señale la corrupción de los gobiernos emanados de nuestras filas, que exija su fiscalización e incluso su destitución”, aseguró.
“Hay que Limpiar la casa, pero también en contra de los otros partidos de los que sean gobernadores o exgobernadores. El PRI que debe ir contra de la corrupción pero que también debe defender a los suyos. Es la hora de demostrar que el PRI está de pie.”
Hasta ahí llego el primer discurso de Ochoa Reza en un acto donde nunca hubo actos de inconformidad de la militancia priista y que fue arropado por loa funcionarios del gobierno peñista: David Penchina director del Infonavit; la secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu; Gerardo Ruiz Esparza, de Comunicaciones y Transportes; José Reyes Baeza, del ISSSTE; José Antonio Meade, titular de Desarrollo Social; Aurelio Nuño, de la SEP; Pedro Joaquín Coldwell, de Energía, entre otros.