El 22 de diciembre de 2016, policías preventivos de la Ciudad de México encontraron a la niña en la esquina de la Calzada Ignacio Zaragoza y Calle 67, sangraba del labio, tenía lesiones en el cráneo, huellas de encadenamiento, cicatrices, rodillas deformadas, cortes en el cuello, anemia, dermatitis y sarna, y otras heridas derivadas de violencia generalizada y falta de cuidados.
Las heridas eran tales que se le practicaron cirugías reconstructivas en el labio y el cráneo en el Instituto Nacional de Pediatría y continúa su tratamiento médico. Los trabajos de investigación permitieron localizar primero al abuelo materno, quien reconoció a la menor como su nieta y declaró que estaba bajo cuidado de su esposa -abuela de la niña- con la que el hombre no vivía desde hace más dos años.
Policías de investigación localizaron la casa de la mujer en el municipio de Ixtapaluca, Estado de México, donde encontraron a otros tres menores, primos de la niña y nietos de la misma abuela, pero aún buscan a los padres biológicos.
Asimismo, se pudo establecer "que la indiciada, abuela de la menor, fue quien presuntamente encadenó a la víctima, golpeándola durante varios meses hasta que la liberó; esta información fue corroborada por los nietos, quienes manifestaron la violencia que sufrió la niña, respecto a los tratos crueles e inhumanos cuando estuvo privada de su libertad", explicó la fiscal de la procuraduría capitalina.
La mujer fue aprehendida el 3 de marzo pasado y la fiscalía busca que un juez de control la vincule a proceso por lesiones y privación ilegal de la libertad.
