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María Noemí Canto Silveira dice que se sintió renacer luego de que el programa Médico a Domicilio entró a su vida y sin pensar, en realidad, que podría hacer algo por ella.
Vecina de la colonia Melitón Salazar, la señora Canto Silveira dijo que debido a los problemas de diabetes que padece desde hace algún tiempo, un uñero mal extraído causó que se le infectara un dedo de su pie izquierdo, por lo que fue necesario someterla a una operación.
—Para que no perdiera el dedo el médico me cortó la mitad, pero luego de la operación y por no seguir al pie de la letra los cuidados que me indicaron, ni acudir a las curaciones por falta de recursos para el transporte, el dedo se infectó y era tal el dolor que no podía caminar —recordó.
Una noche, en la que su esposo, de oficio bodeguero, se encontraba en el trabajo, y María Noemí se encontraba sola con su hija Yoremi, de nueve años, la señora se sintió muy mal, con fuerte dolor en el pie, pero no podía desplazarse sin ayuda.
De manera providencial recordó un volante que recibió a las puertas de su hogar días antes y en la que se hablaba del programa Médico a Domicilio. Sin dudarlo marcó el número y explicó su situación.
—Fue entonces que supe que el programa es para personas de la tercera edad o postradas y yo encajaba en este último perfil porque prácticamente no podía moverme sin ayuda —expresó.
—Así comenzó esta experiencia con el programa Médico a Domicilio, por la cual estoy muy agradecida, ya que me han brindado una atención profesional, pero sobre todo muy humana y gracias a la cual no perdí el dedo infectado y ya estoy prácticamente curada —afirmó.
El Dr. Luis Armando Moreno Urritia, quien atendió a la paciente durante los tres meses que duraron las curaciones, comentó que su caso fue complicado por el problema de diabetes y la hipertensión que padece, por lo que los cuidados fueron muy estrictos.
—La paciente ha colaborado muy bien y por eso ahora ya puede caminar y poco a poco dejará de depender del bastón que aún ahora tiene que utilizar.
—Este programa es una auténtica maravilla, dice doña María Noemí, en los tres meses que duró la curación recibí la visita, cada segundo día, del médico que además de revisar cómo marchaba, ponerme medicamentos y dejarme los que tenía que tomar, se interesó realmente en mí, preocupado no sólo por mi salud sino también por mi estado de ánimo y eso no hay manera de pagarlo —indicó.
Doña Noemí, platicó con el alcalde Mauricio Vila, que antes quedarse prácticamente postrada, preparaba salbutes y panuchos para vender, con lo que ayudaba a la economía familiar, que es precaria por el bajo sueldo que su esposo gana como bodeguero.
—La enfermedad me obligó a dejar de hacer la venta, pero me gusta trabajar y además necesito ganar dinero para ayudar a mi esposo con los gastos —señaló, por eso ahora decoro bolígrafos y mi hija se encarga de venderlos en la escuela, es una manera de ayudarnos entre todos.
La señora Canto Silveira recibió en días pasados la visita del alcalde, Mauricio Vila Dosal, a quien agradeció que su administración impulse programas como el de Médico a Domicilio.
—Al principio uno cree que no es verdad nada de lo que ofrecen y cuando llamé la verdad jamás esperé la atención tan especializada que recibí y que hoy ya me tienen en franca recuperación —añadió.
Además, siempre se preocuparon por canalizarme a donde fuera necesario para recibir otros apoyos, como la silla de ruedas que me dio el DIF y que representó por fin volver a salir a la calle acompañad de mi marido, aunque sea para ir a la tienda o tan sólo tomar el fresco, dijo.
Recalca que se ha vuelto una convencida promotora del programa, que recomienda a todos sus vecinos que no pueden desplazarse para recibir servicios médicos.
Mi esposo tiene Seguro Social donde trabaja, pero en mi caso de nada servía porque al no poder desplazarme normalmente tenía que solicitar servicio de taxi para ir a las curaciones que eran diarias y esto representaba 100 pesos al día.
El alcalde subrayó que mediante el programa “Médico a Domicilio”, inaugurado en abril de 2016, se ha apoyado con este servicio a las personas de la tercera edad, postradas, con alguna discapacidad y que no pueden trasladarse al médico para ser atendidas.
El teléfono para solicitar el servicio es 9823329, ahí toman sus datos y programa y la visita de un médico y una enfermera quienes realizan la revisión del estado de salud del paciente.
—Para nosotros representa todo un éxito porque nos ha permitido mejorar la vida de los pacientes con mayores necesidades —agregó.
También recordó que “Médico a Domicilio” es parte de las acciones municipales para lograr una Mérida más justa y disminuir la brecha de desigualdad entre los sectores de la ciudad.