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Las pantallas sin apenas bordes van camino de convertirse en el estándar de los móviles presentados durante la segunda mitad de este año. El formato 18:9 gana adeptos y es fácil entender por qué: permite un mayor disfrute del contenido multimedia y aprovecha al máximo el cuerpo del terminal para adoptar pantallas que antes habrían resultado gigantescas en aparatos que ahora resultan manejables. Aunque la pantalla infinita la inventó la japonesa Sharp y fue popularizada en China por Xiaomi el año pasado con el Mix, ha sido su adopción en el iPhone X y en la serie Galaxy 8 de Samsung lo que la ha llevado al estrellato.
Y ahí quiere entrar también OPPO con su nuevo F5, un smartphone que, visto de frente, guarda bastantes similitudes con los de su competidora surcoreana. Todos cuentan con bordes mínimos en los extremos superior e inferior y han optado por pantallas de tamaño muy generoso. La del OPPO, con 6 pulgadas que ocupan el 84,2% del cuerpo del móvil, está entre la del Galaxy S8 y la del Note 8. Eso sí, la resolución FHD+ de su panel TFT es inferior a la de los terminales Samsung, aunque la calidad de la imagen resulta muy satisfactoria y, sin duda, la menor resolución ayudará a extender la vida de la batería de 3.200 mAh., que se antoja escasa para tanta pantalla. No obstante, la marca ha asegurado hoy durante la presentación del terminal que es suficiente para utilizar el ‘smartphone’ durante 12 horas seguidas.
Lo que también permite una batería discreta es mantener el tamaño del aparato en parámetros sorprendentes: pesa solo 152 gramos y tiene un grosor de 7,5 que, en este caso, sí que dan para incluir el jack de auriculares que parece condenado a la extinción en muchas otras marcas. Pero, quizá por eso, el F5 no es resistente a salpicaduras ni a polvo. Claro que poco más se puede esperar de un móvil que costará en torno a los 400 euros, y que pretende competir con Xiaomi en relación calidad-precio.
Desafortunadamente para OPPO, las entrañas del F5 son algo más discretas que las de sus competidores en el segmento de las pantallas infinitas: la marca china ha optado por incorporar un procesador de gama media-alta de Mediatek, el Helio P23 con ocho núcleos a 2,5Ghz., y no el más avanzado de Qualcomm como esperaban muchos y como hacen tanto Xiaomi con el Mi Mix 2 como Samsung con una de las versiones del Note 8. El último buque insignia de OPPO viene acompañado de 4GB de RAM y 32GB de almacenamiento interno en la versión estándar y de 6GB de RAM y 64GB de almacenamiento en la más cara.
En cualquier caso, la gran apuesta de OPPO con el F5 no está tanto en el ‘hardware’ como en el ‘software’. Por un lado, teniendo en cuenta que el sensor de huellas dactilares no le cabe en el panel frontal y que lo ha tenido que colocar en la tapa trasera, la empresa de Shenzhen ha seguido la senda de Apple e incluye un sistema de reconocimiento facial que ha podido probar EL PAÍS y que resulta rápido y muy certero. Basta con encender la pantalla, ya sea con un gesto de doble toque sobre ella o apretando el botón de encendido, y mirar directamente a la cámara frontal. El desbloqueo se realiza en un segundo y parece fiable, ya que, a pesar de que OPPO recuerda que no es un sistema tan seguro como el de la contraseña o la huella dactilar, después de haber agregado el rostro de este periodista -solo se permite guardar uno- no responde con el de otros y pide directamente la clave.
Por otro lado, el fabricante chino, que ha logrado hitos empresariales como batir al iPhone como el teléfono más vendido de China con sus R9 y R9S, ha diseñado un sistema de inteligencia artificial para que retoque directamente los ‘selfis’. La cámara frontal de 20 megapíxeles detecta 200 parámetros de la cara de quien se autorretrata, los compara con una base global de rostros -de la que OPPO no da más detalles-, y determina cambios sutiles pero efectivos en la imagen para lograr “una belleza natural” que no logran los efectos de otras marcas.
Este curioso sistema se ha diseñado en colaboración con profesionales de la fotografía y del maquillaje, y también tiene en cuenta el tono de piel, el sexo de quien aparece en la imagen -aunque sea una pareja, lo detecta correctamente-, y el tipo de luz existente en la fotografía para tomar sus decisiones, que de momento no son personalizables. Además, la inteligencia artificial va aprendiendo con el tiempo, posiblemente según aumenta la base de datos.
El F5 integra todas estas funciones en el sistema operativo desarrollado por OPPO -ColorOS 3.2- que está basado en Android 7.1, y cuenta también con un elemento inesperado: una bandeja triple para poder utilizar simultáneamente dos tarjetas SIM y una de memoria adicional. Eso puede ayudar a quienes consideran escasos 32GB de almacenamiento interno y no quieren renunciar a utilizar dos números de teléfono de forma simultánea.
Entre los aspectos negativos que han saltado a la vista en un primer contacto con el móvil está la resolución del vídeo que graba la cámara principal -las fotografías son de 16 megapíxeles, pero se queda en FHD para vídeos-, la falta de un estabilizador óptico -aunque el objetivo es muy luminoso, f 1.8-, y la carencia del chip NFC que sirve para hacer pagos o transferencia de datos sin contacto.
A pesar de ello, el F5 parece un contendiente interesante en la batalla de las pantallas ‘infinitas’, e introduce algunas funciones interesantes que están bien desarrolladas. Curiosamente, el móvil estará disponible primero fuera de China y no se sabe si terminará comercializándose en su país de origen, algo que apuntala la estrategia global que OPPO parece estar desarrollando para fortalecerse fuera de sus fronteras, sobre todo en India y en el sudeste asiático.
Información de El País