Noticias de Yucatán
(Proceso).- Miguel Ángel Osorio Chong encarna el fracaso
del gobierno de Enrique Peña Nieto en devolverle la seguridad a los mexicanos.
Más allá de las cifras rojas en homicidios dolosos y la prevalencia de la
delincuencia organizada, el exsecretario de Gobernación pasó ya como el
principal funcionario a quien se le escapó Joaquín El Chapo Guzmán y que fue
incapaz de crear un nuevo modelo policial para el país, pese a disponer de
millonarios recursos y de miles de hombres bajo su mando.
En diciembre de 2012, cuando Peña Nieto lo llevó a la
Secretaría de Gobernación (Segob), se proyectó como un secretario poderoso con
la reinstauración del viejo régimen del PRI, en el que el titular de esa
dependencia tenía el control político y del aparato de seguridad del país.
Pero sus desencuentros con los militares, en especial con
el secretario de la Defensa Nacional, el general Salvador Cienfuegos, limitaron
desde el inicio del gobierno su capacidad para cumplir una de las prioridades
de la agenda presidencial. Las graves violaciones a los derechos humanos que
involucraron al Ejército y la Marina dividieron aún más al gabinete de
seguridad en el que Osorio tenía gran fuerza, al menos en el papel.
Además de la política interior, como secretario de
Gobernación controló la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) y a sus 35 mil
hombres de la Policía Federal, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional
(Cisen), el Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación
Social (OADPRS, encargado de las prisiones federales) y el Sistema Nacional de
Seguridad Pública (SNSP), responsable de la coordinación con los gobiernos estatales
y municipales para la seguridad en el país.
Más pronto que tarde se demostró que ese arsenal de
instituciones se quedó en la inercia burocrática, con cambios e improvisaciones
como constante, aunque algunos obligados por el descalabro que representó la
fuga del Chapo Guzmán en julio de 2015. Los resultados de su gestión fueron
desastrosos: 103 mil 910 homicidios dolosos en el país, de acuerdo con las
cifras de la propia dependencia que controló durante cinco años y que no marcan
ninguna diferencia respecto del sexenio de Felipe Calderón.
La primera encomienda de Osorio era hacer realidad la
oferta presidencial de crear una Gendarmería Nacional, con la que Peña Nieto
pretendía retirar a las Fuerzas Armadas de las labores de seguridad pública en
las calles y regresarlas a sus cuarteles.