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Vicente Zambada Niebla “El Vicentillo” ha dado detalles de los negocios del narcotráfico en el juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán como ya lo hizo su tío Jesús Zambada.
Frente a la corte, el primogénito de Ismael “El Mayo” Zambada confirmó que Guzmán Loera ordenó asesinar en 2004 a Rodolfo Carrillo Fuentes, uno de los máximos responsables del Cártel de Juárez luego de que se negara a darle la mano durante una reunión.
Luego de saludar a “El Chapo”, Zambada Niebla dio paso a explicar con detalles su relación con el capo mexicano, con quien comenzó a trabajar a los 15 años con la aprobación de su padre.
“El Vicentillo” coordinó los envíos de droga desde Sudamérica y Centroamérica hasta la frontera con Estados Unidos.
Posteriormente su relación se hizo más estrecha cuando Guzmán Loera se fugó escondido en un carro de lavandería del penal de Puente Grande en 2001.
MANDA ASESINAR A CARRILLO FUENTES
Tras detallar que su padre y "El Chapo" sobornaban habitualmente a las fuerzas de seguridad -con un "presupuesto" mensual que se movía en torno al millón de dólares-, “El Vicentillo” confirmó que Guzmán Loera ordenó la muerte en 2004 de Rodolfo Carrillo Fuentes.
Fuentes fue acribillado a tiros a la salida del cine en un centro comercial de Culiacán, en Sinaloa, acompañado de su mujer, Giovanna Quevedo, y de sus dos hijos.
"Le localizaron en un centro comercial", ha relatado Vicente en declaraciones recogidas por el 'New York Times', "y cuando salió Carrillo, le asesinó la gente de mi compadre Chapo".
Vicente lamentó que el tiroteo acabara matando a la mujer de Fuentes, aunque sus dos hijos sobrevivieron al ataque. "Fue una desgracia", declaró Vicente, quien aseguró que Carrillo estaba acompañado de miembros de la Policía Judicial mexicana.
Todo, según declaró el año pasado su tío, Jesús "El Rey" Zambada, porque Fuentes -hermano menor de los capos Amado y Vicente Carrillo Fuentes, líderes del Cártel de Juárez-, dejó a “El Chapo” con “la mano estirada”, tras negarse a saludarlo durante un encuentro.
“El Vicentillo” se declaró culpable en Chicago por el tráfico de miles de kilos de cocaína y aceptó el papel de testigo en el juicio contra el ex líder del Cártel de Sinaloa con la esperanza de ver reducida su futura sentencia.
Varios medios informaron que se esperaba que Zambada fuera procesado por cargos de contrabando de toneladas de droga al ser la mano derecha de su padre, sin embargo, antes de que comenzara el juicio, su defensa afirmó que durante años había estado trabajando en secreto como espía para la DEA e intercambiando información sobre sus rivales a cambio de la capacidad de administrar su negocio libremente. Fuente:Elimparcial.