El costo diario por cuidar y readaptar a cada uno de los presos en el país creció más de 100 por ciento en una década.
Actualmente las cárceles estatales y federales destinan en promedio 330.50 pesos cada día para cubrir la alimentación, las medicinas y los uniformes de los reos, así como los pagos de energía eléctrica, combustibles, mantenimiento de inmuebles, salarios de custodios y organización de actividades educativas, culturales y deportivas, mientras esos mismos gastos podían cubrirse con 128 pesos diarios en 2010.
El Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 señala que los centros penitenciarios cuentan con una partida aprobada por 17 mil 370 millones de pesos, mientras que un informe del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS) precisa que a julio de este año la población carcelaria en todo el país era de 198 mil 349.
Dicha cantidad de presos resulta menor en 22.4 por ciento si se compara con los 255 mil 638 reos que hubo en 2014, año con la mayor población penitenciaria en México y el último antes de que entrara en vigor el nuevo sistema penal acusatorio, que eliminó el ingreso automático de personas a prisión preventiva para diversos crímenes de bajo impacto.
En ese mismo año la Secretaría de Hacienda aprobó un presupuesto de 18 mil 505 millones de pesos, lo que dejaba un gasto promedio diario de 273.17 pesos para cubrir las necesidades básicas de atención y funcionamiento de los Centros de Readaptación Social.
A partir de 2015 la población penitenciaria comenzó a ver una reducción constante. En ese año se registraron 247 mil 488 presos, para 2016 bajó a 217 mil 868 puestos, en 2017 hubo 204 mil 617 personas y en 2018 alcanzó su nivel más bajo en esta década con 197 mil 988.
La principal causa del descenso de reos se debe a que el nuevo sistema penal acusatorio ha logrado disminuir en gran medida el número de internos procesados. En 2014 sumaban 107 mil 295 presos en espera de una sentencia, pero desde 2015 se ha presentado una baja sostenida hasta llegar a las 76 mil 832 personas encarceladas registradas en 2019.
Actualmente las personas que siguen un proceso judicial tras las rejas por delitos del fuero federal representan 17.1 por ciento y las que cometieron crímenes del fuero común, 82.9 por ciento.
A pesar del descenso en la población penitenciaria del país, las partidas presupuestales no se redujeron en el mismo ritmo, pues en 2015 se aprobó el mayor monto para los centros de readaptación social con 20 mil 118.6 millones de pesos y entre 2016 y 2019 los recursos se mantuvieron estables entre los 18 mil 841 y los 17 mil 370 millones de pesos. Es decir, que el presupuesto de las cárceles en el país disminuyó 13.6 por ciento entre 2015 y 2019.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2018 el sistema penitenciario federal registró el ingreso de 4 mil 124 personas a alguna de las 19 cárceles federales en el país, mientras que 5 mil 147 personas lograron su libertad en el mismo periodo.
La institución señala que del total de la población privada de la libertad, 94.8 por ciento fueron hombres y 5.2 por ciento mujeres. En el caso de las reclusas se mostró una disminución de 13 por ciento con respecto a 2017.
En tanto, el rango de edad con mayor proporción fue el de 30 a 39 años con 44.5 por ciento, mientras que la población entre 18 y 29 años representó 21.5 por ciento.
La encuesta revela que de los 43 mil 766 delitos cometidos por los presos en cárceles federales, el crimen más frecuente correspondió a delitos en materia de armas de fuego, explosivos y otros materiales destructivos con 29.2 por ciento, seguido de delitos federales contra la salud relacionados con narcóticos, con 17.2 por ciento y delincuencia organizada con 13.8 por ciento.
