MÉXICO.- La epidemia de obesidad que se vive en México
está ligada al calentamiento global, afirmó Rodolfo Acuña Soto, investigador de
la Facultad de Medicina de la máxima casa de estudios.
La razón deriva de que para alimentar a una sola persona se
genera una enorme cantidad de energía, particularmente en el contexto de una
sociedad de hiperconsumo de alimentos, sobre todo industrializados, explicó
el académico universitario.
Ejemplificó: para que una sola barra de galleta llegue al consumidor se requiere de mucha energía que “es carísima desde el punto de vista ecológico”. Y es que para la operación de la cosechadora y el molino de trigo se queman combustibles fósiles, a lo que se suma el calentamiento del horno donde se cuece, más lo necesario para transportar el producto.
“La producción de carne tiene un efecto devastador en el
medio ambiente”, ya que para un kilo de carne de res se emplean unos 15 mil
litros de agua (la que requiere el cultivo de la alfalfa más la que come y bebé
el animal) a lo que se adhieren las grandes cantidades de metano que libera la
res al eructar, agregó Acuña Soto.
Según el investigador, el factor determinante para el brote
de la actual epidemia de obesidad en el país es que dejó de ser una nación
donde se preparaba y consumía comida casera tradicional, para convertirse
en un lugar de consumo de comida chatarra industrializada, adictiva y sin
ninguna regulación.
“Nuestra cultura culinaria que se creó a lo largo de miles
de años y permitía llevar una dieta equilibrada que se perdió en el lapso de
dos generaciones”, indicó.
“Con el crecimiento acelerado, caótico y gigantesco de las
ciudades, que implica entre otras cosas la movilización masiva en vehículos,
largos y cansados trayectos para trasladarse de un punto a otro y la
disponibilidad de menos tiempo, se tuvo que adoptar una alimentación rápida y
poco equilibrada”, concluyó.
Fuente: Notimex