Sentado en una silla de ruedas, Felipe fingía estar inválido para asaltar en los cruceros de Ticomán, el botín no lo compartía con su ex —con la que tuvo dos hijos—, quien harta de no recibir ni un peso, lo mató a golpes con ayuda de dos familiares.
La tarde del miércoles, Monserrat acudió a la casa de Felipe —en avenida Acueducto de Guadalupe, esquina con San Marcos, colonia Candelaria Ticomán en la alcaldía Gustavo A. Madero— para pedirle por enésima vez la manutención de los dos hijos que procrearon, de nueve y 12 años.
Ante las negativas de él —un exconvicto descrito por su propia familia como un hombre adicto y conflictivo— Monserrat, su hermana Mayra y un hijo de ésta, lo sacaron de la vivienda por la fuerza y lo tundieron a golpes.
Eran las 16:30 horas cuando agentes del Sector Ticomán atendieron el reporte de una riña, pero cuando llegaron al sitio, encontraron al hombre de 54 años tirado en la banqueta, no traía playera y estaba ensangrentado.
“Al salir (del reclusorio hace dos años) su exesposa lo empezó a amenazar que si no le daba dinero para sus hijos, lo iba matar”, dijeron familiares a la policía.
Testigos narraron que Mayra y sus familiares rompieron los vidrios de la puerta principal —propiedad de la hermana de Felipe— para poder ingresar y sacarlo del cuarto que le prestaban para pernoctar.
Luego de la golpiza, los agresores cruzaron la calle y regresaron a su casa, en “El Infiernito”, un caserío irregular caracterizado por la inseguridad y la venta de estupefacientes.
Los rescatistas determinaron que falleció a consecuencia de los golpes que recibió en la cabeza con objeto contundente.
Felipe Mario Salinas Gómez purgó una condena por robo agravado en el Reclusorio Oriente —bajo la averiguación previa FRVT/8103-04-04 RELRV/GAM-2/451/03-10— y estuvo preso en los penales de Barrientos y Toluca por el delito del robo de un tráiler y homicidio, respectivamente.
El Gráfico