Uruguay; 20 de mayo de 2020 .- En una región que
escala hacia el pico de la epidemia de coronavirus, Uruguay se
ha convertido en una “rara avis”: la curva de
contagios está aplanada, la letalidad es baja y
las personas que cursan la enfermedad son cada vez menos.
Con 738 casos detectados, 20
fallecidos y 579 recuperados de Covid-19 de acuerdo a
los números oficiales del martes, este pequeño país de 3.4
millones de habitantes que nunca decretó cuarentena
general se encamina hacia una apertura de las actividades
casi total.
El optimismo de las autoridades radica en cifras que le
sonríen: hasta el martes, apenas 139 personas cursaban la enfermedad y el
número tiende a decrecer, a fines de abril, eran 209.
La tasa de reproducción del virus (R0), que indica a cuántos
otros contagia cada enfermo o portador, se ubicaba el martes en Uruguay en 0.74
de acuerdo a un modelo elaborado por el ingeniero Andrés Ferragut y el
matemático Ernesto Mordecki, integrantes de uno de los grupos que trabaja bajo
la órbita del comité de asesores del gobierno.
¿Esto pronostica que el virus va a desaparecer en el país?
“En un mundo ideal, sí”, dice Ferragut, antes de aclarar que
el número es dinámico y se actualiza cada día.
“Depende de un montón de cosas: de la contagiosidad natural
del virus pero también del comportamiento de la sociedad y de las medidas que
se tomen”, agrega.
La estimación inicial de China, recuerda, fue que cada
persona contagiaba en promedio a otras 2.5, “lo que llevó a la alarma porque
resulta en un ascenso exponencial”.
Pero en Uruguay esa cifra no solo nunca se replicó sino que
los expertos que asesoran al gobierno hablan de una “aparente baja prevalencia”
del virus y una “contención” de la epidemia.
Según la página EndCoronavirus.org, del Instituto de
Sistemas Complejos de Nueva Inglaterra en Massachussetts, Estados Unidos,
Uruguay es uno de los 43 países del mundo y el único de Sudamérica que le “está
ganando” al virus.
LOS MOTIVOS DEL ÉXITO
¿Puede haber una trampa de los números? El epidemiólogo
Julio Vignolo, integrante del comité de expertos que asesora al gobierno,
asegura que no.
“Usted me podría decir que hay subregistro, pero cada vez se
hacen más test. Y quien no crea en los test, ¿cómo explica que estén libres las
camas de CTI (Centros de Tratamiento Intensivo)? ¿Por qué no están abarrotados
los sistemas de salud? ¿Por qué no hay un aumento de la letalidad? Eso no se
puede ocultar”, menciona.
Para él, “es un dato de la realidad” que la epidemia “está por
ahora controlada” en Uruguay considerando la baja letalidad (2.7%), así como la
disminución de casos activos y de nuevos contagios.
Entre las razones del éxito, Vignolo apunta a la rapidez de
reacción.
Uruguay detectó sus primeros cuatro casos de coronavirus el
13 de marzo y el mismo día el gobierno declaró emergencia sanitaria, con
suspensión de clases y cierre de fronteras en las horas posteriores, entre
otras medidas.
También llamó al confinamiento voluntario de la población,
que acató en masa.
El 29 de marzo, la actividad en lugares de recreación como
cafés, teatros y centros comerciales se había reducido en un 75%, y en parques,
plazas y playas, en 79%, de acuerdo al reporte de la fecha de Google Mobility,
plataforma de Google que informa sobre los desplazamientos en distintas
comunidades.
También colaboran las características demográficas del país,
con una baja densidad de población y sin grandes urbes.
‘NO CAER EN EL TRIUNFALISMO’
A las puertas del invierno austral, Uruguay registra incluso
una disminución de otras enfermedades respiratorias, algo “lógico” considerando
las medidas de distanciamiento, lavado de manos y uso de tapabocas adoptadas
por la población, dice Vignolo.
Tal es la confianza de la administración en sus resultados
que se espera que este jueves el presidente Luis Lacalle Pou anuncie el
reinicio de clases de primaria, que se sumarían a otros sectores que se han
abierto paso en la llamada “nueva normalidad”.
Pero hay quienes advierten de un exceso de confianza entre
la población, que ha ido flexibilizando su confinamiento voluntario.
De hecho, el último reporte disponible de Google Mobility,
del 9 de mayo, muestra que la disminución de movilidad en cafés y centros
comerciales bajó a 36% y en parques y plazas, a 53%.
“No hay que caer en el triunfalismo. Esto es día a día. Hay
que ser prudentes, cautos”, aclara Vignolo.
“El coronavirus vino para quedarse. Y mañana pueden
escaparse los casos porque se empezó a aglomerar la gente”, señala.
Aunque aclara que la batalla contra el Covid-19 “va
para largo, hasta que haya una solución de fondo”.
Fuente: AFP