Mujer denuncia abuso e intento de violación de un político de Querétaro

12 agosto 2020
Noticias de Yucatán. 

Bastó con que una mujer denunciara públicamente que había sido abusada sexualmente cuando era menor de edad presuntamente por Raúl Jaime Pérez, político panista de Querétaro, para que en cuestión de horas surgieran varios relatos de otras chicas y adultas que presuntamente vivieron experiencias similares a manos del mismo sujeto, que no se ha pronunciado públicamente y se desconoce si sigue en la ciudad.

Alessandra Cavazos fue quien decidió empezar a romper la impunidad y ahora pide a todas las mujeres que hayan vivido un abuso que alcen la voz y señalen a su agresor.

En entrevista con Animal Político cuenta que durante 14 años había sufrido su propio silencio, hasta que recientemente, alguien que conoce a Jaime Pérez le preguntó si a ella le había hecho algo alguna vez. Con la pregunta directa, Aless por fin pudo romper esa barrera y su respuesta fue mucho más allá del acoso sexual: le contó que intentó violarla cuando tenía 16 años.

Dado el primer paso de por fin nombrar a su abusador, el siguiente fue firme: poner una denuncia formal ante las Fiscalía General de la República (FGR), y después contarlo en Facebook, donde surgieron otros testimonios.

Aless era apenas una adolescente. Una de sus mejores amigas tenía una hermana mayor ya casada viviendo en Houston, Texas, así que planearon irse allá a buscar vestidos para su graduación de preparatoria con la facilidad de hospedarse en casa de la pareja.

Desde que llegaron, recuerda, la mirada del cuñado de su amiga la incomodó, así como algunas frases y acercamientos físicos. Lo que no se imaginaba es que él pasaría muy rápido de la mirada libidinosa a aprovechar un momento en que las otras dos mujeres salieron del departamento por unas hamburguesas para meterse a la habitación en el que se alojaba Aless.

Después de eso, no supo qué hacer. Tuvo miedo de contarle a su familia, no porque no la respalden y protejan, sino justo por eso, pensando en el impacto que podía tener en su mamá o la reacción que pudiera tomar su papá contra el agresor. Tampoco sabía a quién contarle y si iba a servir de algo.

“Sentía una culpa terrible, vergüenza, asco, miedo, tenía miedo de que si hablaba, por lo mismo de que vivimos en una sociedad machista, no me van a creer, van a pensar que yo me le aventé, voy a tener problemas con la familia de mi amiga… Pues imagínate, era una niña de 16 años, no tenía ni idea de cómo reaccionar o qué se hacía en un caso así”, lamenta.

Lo peor es que el acoso no paró ahí, asegura. Después, cada vez que lo volvía a encontrar en algún evento social, con total impunidad encontraba la manera de acercarse a tocarla y hacerle comentarios sexuales.

Vinieron años de depresión, diagnóstico de ansiedad generalizada, insomnios, de subir de peso hasta 40 kilos y de ir a terapias de todo tipo a partir de los 22 años para ir sanando. Y aunque llegó a contarle a algunas amigas o novios de la experiencia traumática que había vivido, nunca revelaba la identidad de quién había sido. Aless dice que es como si el abusador siguiera teniendo un poder sobre su víctima, como si le arrancara la voz.

El pasado 8 de marzo fue clave para ella. Este Día Internacional de la Mujer ocurrieron en todo México las manifestaciones feministas más grandes que se hayan visto y Aless llegó a sentirse cómplice de su abusador por no haberlo denunciado. Hasta que hace unas semanas por fin pudo hacerlo.

Fuente: Animal político 

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