El español marcó mediante un cabezazo en el alargue y el
Bayern comenzó la temporada superando el jueves 2-1 al Sevilla para conquistar
la Supercopa en un estadio donde se permitió el ingreso de algunos aficionados.
Siete años después de conseguir otro tanto en tiempo extra
para que el equipo rojo obtuviera su cetro anterior de la Supercopa, Martínez
se elevó entre varios jugadores e hizo contacto con el balón a los 104 minutos.
Martínez aprovechó así el rebote, luego que el arquero
Assine Bounou había rechazado un disparo de David Alaba.
Es el señor Supercopa”, dijo el mediocampista Thomas Müller,
al recordar el gol de Martínez en 2013, que envió a los penales un duelo frente
al Chelsea, ganado finalmente por el Bayern.
Pudo ser uno de los últimos partidos de Martínez con el
Bayern. El mes pasado, el presidente de la junta del club bávaro Karl-Heinz
Rummenigge dijo a la prensa alemana que el versátil defensa buscaba marcharse.
Cuando juego con la camiseta del Bayern, quiero dar todo, el
100 por ciento, y hoy lo he demostrado”, dijo Martínez a la televisora Sky, sin
responder a una pregunta sobre su futuro. “Sólo quiero celebrar hoy con mis
colegas y con todo el equipo. No tanto, porque tenemos otro partido el domingo
(en la Bundesliga). Obviamente, si estoy ahí el domingo, lo daré todo”.
Disputar una prórroga no era lo que pretendía ninguno de los
dos equipos, en una campaña que comenzó con demora por la pandemia de
coronavirus y que tendrá un calendario más congestionado.
Para Bayern y Sevilla, el cotejo marcó el comienzo de una
racha de cuatro partidos en 11 días y llegó casi un mes después de que el
equipo alemán había derrotado al París Saint-Germain en la final de la Liga de
Campeones.
Sevilla, monarca de la Liga Europa, tomó la ventaja en los
albores, cuando el austriaco Alaba cometió una falta sobre Ivan Rakitic. El
argentino Lucas Ocampos convirtió el penal resultante a los 13 minutos.
Bayern igualó a los 34, cuando Leon Goretzka dio destino de
gol a un balón que le cedió con toda precisión Robert Lewandowski.
El club alemán tuvo el control durante el complemento, pero
vio invalidado un par de tantos, uno por fuera de juego y otro por un empujón
de Lewandowski. A los 87, se salvó cuando Manuel Neuer atajó un tiro de Youssef
En-Nesyri, en un contragolpe.
El encuentro se realizó frente a unos 15.000 espectadores en
la Puskas Arena, que se ocupó así a un cuarto de su capacidad. La UEFA probó un
retorno parcial de los aficionados, de cara a las fases de grupos de la Liga de
Campeones y de la Liga Europa.
Pero la decisión fue polémica, en medio de la reciente alza
de casos de coronavirus en Europa —y particularmente en Budapest.
Unos 800 de los 2.100 boletos vendidos a seguidores del
Bayern fueron devueltos antes del partido. Los políticos en el estado alemán de
Baviera advirtieron a los hinchas que no debían ir a Budapest.
Sevilla distribuyó unas 500 entradas. Ello significa que los
aficionados húngaros representaron la gran mayoría de las personas que
concurrieron en el estadio.
Fuente:Excelsior