Para madres y padres la crisis del coronavirus ha sido muy difícil: desempleo, trabajo en áreas esenciales con exposición al COVID-19 o tareas desde la casa, donde los niños quedaron también confinados, con escuela virtual y sin actividades de socialización. Pero un nuevo trabajo realizado por investigadores de las universidades de Tufts y Duke reveló que para las madres trabajadoras la situación ha sido particularmente grave: la paternidad podría haber protegido a muchos hombres de perder sus trabajos, mientras que en ellas la maternidad tuvo el efecto de ponerlas en la primera línea de despidos.
“Encontramos pruebas de la ventaja de la paternidad en las tasas de despido”, sintetizó el estudio de Felipe Dias, Joseph Chance y Arianna Buchanan. “Los padres tuvieron muchas menos probabilidades de ser despedidos en comparación con las madres”, aun después de hacer ajustes estadísticos por edad, educación, etnia y otros factores. “Estos hallazgos son coherentes con las expectativas teóricas sobre las ventajas de la paternidad en el empleo”. Esas ventajas se mostraron más entre padres con una educación escasa o mediana: el ámbito laboral tiende a protegerlos más que a las madres de la misma condición o a los trabajadores y trabajadoras sin hijos.
Otro estudio, del Instituto de Política Económica (EPI), arrojó resultados similares sobre la brecha de género, sin el factor de la maternidad o la paternidad: “Aproximadamente el 8% de las mujeres que han quedado cesantes no tienen posibilidades de recuperar su empleo, en comparación con 6,4% de los hombres”. Eso no toma en cuenta a otro 4% de mujeres que se ubica en una zona gris, donde podría o no recuperar su puesto laboral.
Como consecuencia de la pandemia de COVID-19 “el desempleo entre las mujeres alcanzó los dos dígitos por primera vez desde 1948”, cuando se las comenzó a considerar en las estadísticas. “El porcentaje de mujeres blancas con empleo es el más bajo desde fines de los años ’70s”, según el análisis de Univision y 19th del trabajo de EPI. “La tasa de desempleo entre latinas fue de 15,3% en junio. Entre mujeres afroamericanas fue de 14%”, distinguió. Y entre hombres blancos, del 9%, comparó.
Sin profundizar en cuestiones como la brecha salarial —en promedio, las mujeres ganan 71 centavos por cada dólar que gana un varón— “casi 11 millones de empleos ocupados por mujeres desaparecieron de febrero a mayo, con lo que se borró una década de logros laborales”, agregó EPI.
¿Qué sucede cuando a esa diferencia se agrega el elemento de los hijos, en una coyuntura de contracción económica? “Cuando una crisis se desarrolla velozmente, como pasó con la de COVID-19, los empleadores y los gerentes necesitan determinar con rapidez quién será despedido”, escribieron Dias, Chance y Buchanan. Las compañías pueden aplicar criterios propios del mercado, como la titularidad en un cargo, pero también entran en juego cuestiones como el estatus parental y el género. El trabajo de Tufts y Duke “identificó una nueva fuente de desigualdad por ambos en el empleo”, agregaron.
“A diferencia de la Gran Recesión de 2008, durante la cual las tasas de despido no se diferenciaron sustancialmente por el estatus de la maternidad, nuestros análisis muestran que el COVID-19 ha afectado a los padres mucho menos que a las madres, a las mujeres que no son madres y a los hombres que no son padres, lo que proporciona una fuerte evidencia de ventajas de la paternidad”.
La interpretación de The Lily subrayó que “estos hallazgos se suman a un cuerpo creciente de investigación que sugiere que tener hijos afecta las consecuencias en el mercado laboral de manera diferente para hombres que para mujeres". Resumió: Mientras que las madres sufren una penalidad por maternidad, bajo la forma de salarios más bajos y progreso más lento, los hombres parecen tener una ventaja en el mercado laboral luego de tener hijos".
Dias y sus colegas tomaron en cuenta que la relación entre empleo y población cayó en un 7,4% para los padres, mientras que para las madres cayó en un 9,3% y para las personas sin hijos (varones y mujeres) en un 9,9 por ciento. “Estos cambios se debieron principalmente a los despidos; las tasas de renuncias en realidad cayeron durante abril y mayo en todos los grupos”, según la publicación. Cuando los investigadores realizaron ajustes por factores como edad, educación y etnia, la probabilidad de ser despedido fue del 6,1% para los padres y del 10,1% para las madres.