Migrante lleva casi un mes encerrado en el AICM sin luz natural ni ventilación

06 octubre 2020
Noticias de Yucatán. 

Faarooq Muhammad, pakistaní de 34 años, lleva casi un mes atrapado en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de Ciudad de México. El Instituto Nacional de Migración (INM) no le permite ingresar alegando que tiene una alerta migratoria y él no acepta regresar a Pakistán, argumentando que lleva un año viviendo en México y que tenía sus papeles en regla.

Hasta el momento, Mohammed ha obtenido dos amparos que impiden a los agentes migratorios regresarlo a Pakistán. Sin embargo, sigue sin poder cruzar. Así que permanece desde el 9 de septiembre atrapado en un espacio conocido como “La Burbuja”, que es el lugar en el que se mantienen los extranjeros que son rechazados o deportados antes de salir del país.

Según denuncia su abogado, Luis Xavier Carrancá Álvarez, de la clínica jurídica de la Universidad Iberoamericana, Muhammad “duerme en una colchoneta en un espacio hacinado y sin ventilación natural, lo que incrementa el riesgo de contagio de COVID-19, y se alimenta de los sándwiches de máquina que él mismo tiene que costearse”.

Desde entonces, el pakistaní está incomunicado: solo ha podido comunicarse en dos ocasiones con sus representantes legales, a quienes contactó la familia tras constatar que el hombre llevaba desaparecido desde el momento en el que tomó el vuelo hacia la Ciudad de México.

La Clínica Jurídica de la Universidad Iberoamericana ha presentado una queja ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que se le permita seguir su proceso en libertad o, al menos, al interior de una estación migratoria. Además, pide que los oficiales del INM se abstengan de intentar introducir por la fuerza a Muhammad en algún avión de regreso a Pakistán. También se ha presentado una queja ante la Comisión Nacional para los Derechos Humanos (CNDH).

Animal Político consultó al INM sobre el caso, solo respondió que esperan la resolución final del juez.

Fronteras cerradas por COVID-19

Faarooq Muhammad nació en 1986 en Multán, la quinta ciudad de Pakistán, ubicada al sur de Islamabad, la capital, y cercana a la frontera con la India. Desde 2018 reside en la Ciudad de México, donde convivía con un primo. Su tarjeta de residente, que ya había sido renovada, tenía vigencia hasta el pasado 3 de agosto. En febrero se vio obligado a viajar a Pakistán, desde donde no pudo regresar hasta el 9 de septiembre debido a las medidas restrictivas impuestas ante la pandemia.

Según la ley de migración, los extranjeros a los que se les vence el documento migratorio fuera del país disponen de 60 días para reingresar y regularizar su situación. Muhammad se encontraba en esa situación cuando aterrizó en Ciudad de México. Al llegar al control de pasaportes, sin embargo, se encontró con que los oficiales le impedían el paso. Tras una segunda revisión, fue incomunicado y enviado a una estancia temporal, donde debía aguardar hasta que se decretara su expulsión.

En el caso del paquistaní no cabe hablar de deportación ya que se considera que, hasta el momento, no ha pisado territorio mexicano, explica su abogado.

Nerviosos ante la falta de noticias sobre Muhammad, su familia contactó con la clínica jurídica de la Ibero, que promovió una demanda de amparo indirecto en su favor. Esta fue a parar al Juzgado Décimo Cuarto de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad de México bajo el expediente 446/2020.


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