El Parlamento de Hungría aprobó, con los votos del partido
gobernante Fidesz, del ultranacionalista Viktor Orbán, una polémica normativa
que, entre otros aspectos, prohíbe hablar sobre homosexualidad en las escuelas
y que ha sido calificada de “homófoba” por la oposición progresista.
Esas medidas se incluyeron dentro de un proyecto de ley,
contra la pedofilia, en la que se prohíbe exponer a menores de 18 años a
pornografía y a cualquier contenido que fomente el cambio de sexo y la
homosexualidad.
Según la oposición progresista, colectivos de defensa de los
derechos LGTB+ y la prensa que no está controlada por el Gobierno, la ley
aprobada es especialmente dañina porque equipara la homosexualidad con la
pedofilia.
Los partidos de la oposición de izquierda, entre ellos los
socialistas, la formación Párbeszéd (Diálogo), la Coalición Democrática y los
ecologistas del LMP, decidieron no participar en la votación, mientras que la
formación opositora de derechas Jobbik respaldó la normativa.
De esta manera, Orbán logró también dividir a la oposición,
que ha decidido unirse -desde la izquierda hasta el derechista Jobbik- en una
única candidatura electoral para las elecciones de 2022 con el objetivo de
desalojar al primer ministro del poder.
Miles de personas protestaron ayer en la plaza Kossuth,
donde se encuentra el Parlamento, contra la aprobación de esta polémica ley que
tildaron de “homófoba” y “dañina”.
Según el canal privado RTL Klub, la aprobación de la ley
supondrá que películas juveniles como Harry Potter, en las que se tratan
asuntos como la identidad sexual, deberían ser recomendadas solo para mayores
de 18 años.
La semana pasada varias ONG criticaron el proyecto de ley,
al asegurar que la legislación “no tiene precedentes en la Unión Europea (UE)”
y pone en peligro la salud mental de los jóvenes LGTB+.
Organizaciones como la Asociación Háttér, de defensa de los
derechos homosexuales, Amnistía Internacional o Budapest Pride recordaron que
esta legislación es muy parecida a la que Rusia aprobó en 2013 sobre la
“propaganda gay”, y que conllevó un aumento de la homofobia en ese país.
Desde que llegó al poder en 2010, el Gobierno de Orbán
adoptó una serie de leyes que limitan los derechos LGTB+ y varios políticos han
lanzado públicamente mensajes homófobos.
Ya en la Constitución de 2011, aprobada en solitario por el
partido de Orbán, se determinó que el matrimonio era la unión de un hombre y
una mujer.
El presidente del Parlamento y uno de los fundadores del
Fidesz, László Kövér, ha comparado a los homosexuales que quieren adoptar con
pedófilos.
“Hungría es un país tolerante y paciente con la
homosexualidad, siempre que dejen en paz a nuestros hijos”, afirmó en su día
Orbán, poco antes de que se prohibiera la adopción por parte de parejas del
mismo sexo.
El año pasado, un libro para niños titulado “El país de las
maravillas es para todos”, que buscaba mostrar respeto hacia las minorías, fue
descrito por el Gobierno como “propaganda homosexual” que debería prohibirse en
las escuelas.
Durante la pandemia, en mayo de 2020, el Gobierno de Hungría
prohibió cambiar de nombre a transexuales.
Fuente: Noticieros Televisa