CULIACÁN, SINALOA, 14 de septiembre (AP).— La casa de
donde huyó Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2014, cuando la Marina y la
DEA lo tenían cercado en Culiacán, sufrió algunos cambios para
ser incluida entre los premios de la rifa que promueve el López Obrador para el Día de la
Independencia de México.
Se clausuró el ducto de la bañera que iba hacia el túnel por
donde huyó “El Chapo” y se eliminaron las cámaras que vigilaban todos los
ángulos del exterior.
The Associated Press tuvo acceso al inmueble, que nunca
estuvo a su nombre, y que remodeló por completo el Instituto para
Devolverle al Pueblo lo Robado (INDEP), que concentra los bienes
decomisados a los delincuentes.
Se pintaron de blanco las paredes de la fachada y el interior,
la herrería de puertas y ventanas en café oscuro, se limpió toda la propiedad,
se hizo el mantenimiento de la cocina, los clósets, baños y aires
acondicionados y se renovó el pequeño jardín de acceso a la propiedad. Y lo
principal: una losa de concreto cubre el sitio donde antes estuvo la tina de
baño que conectaba al túnel.
El inmueble quedó habitable después de años de abandono y de
los daños en la operación de registro de la Marina en febrero de 2014.
Los funcionarios del INDEP fueron los primeros sorprendidos
por la atracción que suscita la casa que no es lujosa, no tiene alberca y
carece de la ostentación que en Sinaloa caracteriza a las propiedades de los
narcotraficantes.
Los vecinos de “El Chapo” ni siquiera sabían quién habitaba
la vivienda con el número 1811 de la calle Constituyente Emiliano C. García en
un añejo barrio de Culiacán llamado Libertad y fundado hace más de medio siglo
en las pocas montañas que tiene la ciudad.
“Nosotros no sabemos nada, nunca supimos quién vivía ahí, no
vimos a nadie”, dijo uno de los pocos vecinos que se asomaron a la calle. No
quieren hablar más de “El Chapo”, demasiados periodistas han visitado el sitio
en estos años y se sienten molestos al ser interrogados.
La famosa casa está en un punto estratégico para las
pretensiones de los habitantes anteriores: sólo hay una casa contigua a la
izquierda y del otro lado hay un canal que conectaba la bañera para la posible
huida por los largos canales que la ciudad construyó para que corra el agua de
las lluvias, muy frecuentes entre julio y septiembre. Enfrente tampoco hay
vecinos.
“El Chapo” no tuvo que hacer un túnel para huir de la casa,
ya formaba parte de la red pluvial que la ciudad construyó para evitar
inundaciones. Son cientos de kilómetros por todo Culiacán que a su vez
descargan las aguas en canales y ríos. Otras casas que fueron allanadas por las
fuerzas armadas mexicanas contaban con dispositivos similares para una eventual
huida.
Desde su construcción la casa sobresalió de las demás del
barrio. Ni entonces ni ahora pasó inadvertida. De vez en cuando llegaban
automóviles que se ocultaban en una cochera pequeña con un gran portón que
impedía ver al interior mientras las cámaras apuntaban a la calle.
La madrugada del 17 de febrero de 2014 el barrio amaneció
sitiado por camionetas grises de la Marina de México y soldados bloquearon el
paso de la calle. No había duda de que se trataba de la casa de la que nadie
conocía a los moradores.
Pero “El Chapo” no fue capturado. Desde la bañera huyó por
los canales pluviales, según algunas versiones. Sin embargo, en el juicio en su
contra en Nueva York hubo testimonios encontrados que señalaron que en en
ninguna de las cinco casas allanadas en Culiacán aquel día se encontraba ”El
Chapo”.
Lo cierto es que cinco días después, el 22 de febrero de
2014, el capo más buscado del mundo era detenido en Mazatlán, Sinaloa, 200
kilómetros al sur de la casa ahora en la rifa del Día de la Independencia. “El
Chapo” fue apresado en un apartamento frente al Pacífico donde estaba junto a su
esposa, Emma Coronel, y las hijas gemelas de la pareja.
Según la valuación pública del INDEP la casa tiene un valor
de 3,6 millones de pesos (unos 183 mil dólares). Son 395 metros cuadrados de
terreno –poco menos que una cancha de basquetbol- y 261 metros cuadrados de
construcción. Tiene cinco habitaciones, dos baños, una cochera y dos patios.
El año pasado la casa fue incluida en una subasta promovida
por el INDEP. Pero nadie ofertó y la casa no se vendió. Ahora está incluida
entre los premios en especie para el sorteo mayor de la Lotería Nacional.
Lejos de la casa, en el centro de Culiacán, Ignacio Mariscal
apoya la rifa aunque no sabe cuál será el destino de la vivienda. “Esas casas
no le servían a nadie, las tenían las personas esas. Yo lo veo perfectamente
bien, pues es para ayudar a la gente necesitada”.
Tampoco Serapio N. sabe que el Presidente López Obrador
anunció que lo generado por la rifa será para apoyar a los deportistas que
participaron de los Juegos Olímpicos en Tokio. “Ojalá que hicieran llegar esa
ayuda a la gente que realmente lo necesita”, dijo sobre los daños en muchas
viviendas de Culiacán causados por las fuertes lluvias del huracán Nora que
golpeó la zona hace tres semanas.