La Fiscalía General de la República (FGR) detuvo al supuesto fabricante de drones con explosivos que primero trabajó con José Antonio Yépez Ortiz, el Marro, y después, con el Cártel Jalisco Nueva Generación de Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho.
José Luis Hernández López, Bad Boy y/o Abatar, fue identificado por labores de inteligencia como el pionero en la utilización de estos dispositivos en la narcoguerra del Cártel Santa Rosa de Lima (CSRL) contra el CJNG en Guanjuato. Fue investigado desde hace un año y este 19 de noviembre cayó junto con dos presuntos cómplices.
El Bad Boy operaba desde Ecatepec de Morelos, en el Estado de México, según la FGR. La Policía Federal Ministerial detuvo a este sujeto en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Tras el arresto del Marro, el 2 de agosto de 2020, su proveedor de drones explosivos se alineó a las fuerzas del Mencho, tal como otros operadores que buscaron seguir con actividades delictivas sin represalias de los enemigos.
Según la FGR, fueron alertados de esas operaciones por una denuncia anónima el 28 de agosto del año pasado. Es decir que apenas pasaron tres semanas del arresto de Yépez Ortiz, cuando se supo que su viejo aliado ya respondía a los intereses del CJNG.
En la llamada se indicaba que Hernández López vendía armamento en Ecatepec, pero se presume que habría sido delatado por los miembros del Cártel Santa Rosa de Lima (CSRL).
Fue hasta el 23 de septiembre de este año que el Juez adscrito al Centro de Justicia Penal Federal en Guanajuato otorgó una orden de aprehensión en contra del Bad Boy por su probable responsabilidad en el delito de delincuencia organizada con la finalidad de cometer delitos en materia de acopio y tráfico de armas.
Tras ser asegurados, los presuntos delincuentes fueron trasladados a la entidad del Bajío para seguir con sus procesos judiciales. De forma simultánea se detuvo a sus supuestos cómplices, quienes también eran buscados por los mismos cargos.
La Sedena ha destacado que el CJNG sí utiliza drones, así como otros cárteles, pero el alcance no ha sido de mayor devastación. Más que emplearlos para ataques, el cártel del Mencho opera los dispositivos para actividades de vigilancia.
En cambio, el Cártel Santa Rosa de Lima recurrió a tácticas que le permitían no emplear tantos recursos humanos. Pero el Estado de México no era su única fuente de drones con explosivos, esa cadena de suministros también abarcaba el área de Puebla.
Hace siete meses, en abril, la FGR detuvo y obtuvo vinculación a proceso en contra de Diego “J” y Rogelio “L”, presuntos operadores del Marro en la elaboración de los artefactos.
Los agentes dieron con el caso luego de ser alertados, también por una llamada anónima el 22 de abril del año pasado, cuando el líder del CSRL aún era prófugo de la justicia y andaba a salto de mata en Guanajuato, su bastión criminal.
“Se señala que en el estado de Puebla, diversas personas se dedican a fabricar bombas utilizando un material explosivo, haciendo uso de drones para transportarlas”, indicó la FGR en un comunicado.
Ambos fueron detenidos por su presunta responsabilidad en la comisión del delito de fabricación de explosivos sin contar con un permiso de explosivos que son reservados al Ejército, Marina y Fuerza Aérea. Además, a Diego “J” le fueron localizadas armas y municiones que son exclusivas a las Fuerzas Armadas.
Agentes de la Policía Federal Ministerial y de la Secretaría de la Defensa Nacional cumplimentaron una orden de cateo en un domicilio de de San Andrés Cholula, Puebla, donde fue asegurado Diego “J”. De forma simultánea se desarrollaron acciones similares en la colonia Hacienda San Antonio, de Xochitepec, Morelos, donde cayó Rogelio “L”.
Un dron es un artefacto capaz de volar de manera autónoma, son ligeros y más baratos que una aeronave tradicional. También se les conoce como UAV, es decir, Vehículo Aéreo no Tripulado. Los drones encontrados en México han sido cargados con el explosivo C4 y balines de metal, conectados a un sistema de detonación a distancia.
El C-4 o divergente Composition C-4 es una variedad común de explosivo plástico de uso bélico, y es uno de los explosivos, después del TNT (dinamita), con más fuerza de los conocidos hasta el momento.
Las ventajas del uso de drones para los ejércitos respecto a un avión tripulado son: reducción de costos debido a ser más barata su fabricación, su tamaño, son más precisos y una mayor probabilidad de pérdidas humanas para las fuerzas militares.
Otros grupos criminales que son adeptos de estos aparatos son las facciones michoacanas de Cárteles Unidos, que disputan el oeste de Michoacán al CJNG. El 21 de abril emplearon los drones explosivos contra un destacamento de la policía estatal en el Aguaje, Tenencia de Aguililla, como represalia a la liberación carretera que va hacia Apatzingán. Mientras que en octubre reciente les explotó una narcobodega con esos dispositivos en Tepalcatepec.