Las herencias son un gran apoyo para tus hijos y seres queridos y te ayudan a respirar con tranquilidad sobre el destino de los frutos de tu trabajo en vida y sobre quién los disfrutará.
Se espera una gran transferencia de riquezas para los próximos 30 años, que ya inició. Planificar tu herencia es importante porque evitas conflictos y peleas familiares. Estas son las 5 mejores opciones para dejar en herencia.
1: Efectivo o cuentas de banco
Se trata del activo más fácil de traspasar de unas manos a otras: tus herederos sabrán a cuánto equivale su herencia, dividirla equitativamente si es el caso, y no tendrán grandes dificultades para acceder a él, toda vez que se designan beneficiarios de cuentas bancarias. Por el contrario, las propiedades pueden ser problemáticas por cuestiones de venta, de escrituración, o de que es necesario tasar el precio actual.
4 de los mejores activos para heredar a tus hijos
El efectivo es una gran opción para heredar por su sencillez de dividir y transmitir || Fuente: Oink Oink
2: Seguros de vida
Un seguro de vida permite que a tu fallecimiento, la aseguradora pague a tus beneficiarios alguna cantidad en dinero, de acuerdo con las instrucciones y términos que hayas firmado al contratar la póliza.
3: Inversiones
Tu cuenta de inversión en una casa de bolsa o en CetesDirecto puede ser objeto de herencia, que también es sencillo de dividir y evaluar porque tus herederos podrán conocer el valor de mercado de tus inversiones. Asimismo, las inversiones son fáciles de vender y convertir en efectivo.
4: Colecciones
Puede tratarse de monedas de oro, colecciones de estampillas, o alguna pieza de arte. Estas herencias tienen la desventaja de que si tus herederos no saben lo que estás dejándoles, podrían rematar su herencia en una venta de garage. Por eso es mejor explicarles qué son o porqué son importantes.
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Otro problema es que los coleccionables suelen ser difíciles de avaluar, por lo que nuevamente, tus herederos deben estar educados sobre lo que están recibiendo. Deben saber también que a veces sobreestimamos el valor de nuestros coleccionables. Por ejemplo, la joyería se nos vende en altos precios, pero al venderla, se paga precios muy bajos.
