Comprar un Bugatti es algo que está al alcance de muy poca gente. Comprarse 8 de una tacada, por mucho que unos cuantos de ellos sean “de juguete”, es solo para la élite de la élite. Y es justo lo que acaba de hacer un adinerado y anónimo comprador, que aprovechó de sobra su visita a la fábrica de la compañía.
Según la firma, se trata de un cliente que lleva mucho tiempo adquiriendo modelos de la marca, fue a su central en Molsheim con la familia y le dio un nuevo sentido a la frase “ir de compras”:
Seis unidades del Baby Bugatti II
Un Bugatti Chiron Super Sport 300+
Un Bugatti Veyron Grand Sport Vitesse World Record Edition
Huelga decir que el montante de dicha cesta de la compra es astronómico, pero vamos a intentar detallarlo.
Los Baby Bugatti II pueden parecer “baratos”, pero nada más lejos de la realidad, pues cada una de estas réplicas a escala del 75%, cuesta entre 30.000 euros si hablamos de modelo básico y 58.500 euros si se trata del Pur Sang. Si tenemos que apostar, seguramente sean de los últimos, así que hablaríamos de algo más de 350.000 euros.
El Bugatti Chiron Super Sport 300+ pertenece a la serie limitada creada para celebrar el hito de superar las 300 mph (490,484 km/h), de la que solo se produjeron 30 unidades y cada una vale 3,5 millones de euros, considerablemente más que el Bugatti Chiron estándar.
Por último, el Bugatti Veyron Grand Sport Vitesse World Record Edition no es un vehículo nuevo, si no un ejemplar de segunda mano pero certificado por “La Maison Pur Sang.” Nuevo costaba casi dos millones de euros y solo se fabricaron 8 ejemplares, por lo que es bastante probable que usado haya costado incluso más dinero.
Se crearon para celebrar el hecho de batir el récord de velocidad punta entre los descapotables con 408,84 km/h y su combinación de colores fue la que inspiró la del Chiron Super Sport 300+.
