Ferrocarrilero de toda la vida, como se describe, el ingeniero Francisco Javier Gorostiza es categórico al afirmar que el Tren Maya no es para los mayas y que es técnicamente imposible la meta de poner en funcionamiento la obra a fines del próximo año.
Y va más allá: propone que se cancelen en definitiva los tramos 5, 6 y 7 del proyecto, por asuntos ambientales y de cuestionable utilidad, y que se otorgue prioridad a la rehabilitación de vías y reforzamiento de puentes del tramo entre Coatzacoalcos y Palenque.
Por Tren Maya la industria de la construcción no tiene obra ni trabajadores en Yucatán
Esto último, explica, permitiría conectar al Tren Maya con el resto de la red ferroviaria nacional para el tráfico de mercancías, algo que ve como única área de negocios con potencial de rentabilidad económica.
Desde su óptica, el proyecto del Tren Maya se ha caracterizado por la improvisación y falta de un proceso formal de planeación y se han tomado muchas decisiones sobre la marcha, a base de ocurrencias, de manera dispersa “y con la única meta inamovible de que el tren entre en funcionamiento a fines de 2023”.